Rectificación, por Simón Boccanegra
Tengo que pedir disculpas a Enrique Mendoza. Dije ayer –y lo critiqué– que había lanzado un ultimátum poniendo como fecha límite de la negociación el 31 de marzo. Pues bien, no fue cierto. La frase nunca fue pronunciada. Estaba en la primera versión del discurso que leyó, pero fue suprimida. La confusión vino porque el periodista de El Nacional, que no recibió la versión definitiva, transcribió la original, con el supuesto ultimátum. Además, abrió su crónica con esa noticia, porque desde luego ese era el hombre mordiendo al perro. Pero complace saber que al revés de lo que equivocadamente inferí, si se está aprendiendo de los errores, y fue la gente de la Coordinadora Democrática, en cuyo nombre habló el gobernador de Miranda, la que revisó el discurso y aconsejó la supresión de ese emplazamiento. Queda, sin embargo, un cabo suelto: el de la planilla de un supuesto apoyo a los medios, que después resultó el contrabando de una enmienda constitucional a los artículos sobre la libertad de expresión. Puesto que eso no fue discutido ni decidido por la CD, convendría que se aclare si las firmas que esa planilla recibió van a ser utilizadas para solicitar una enmienda chimba.