Rescatar a Venezuela de los malos políticos chavistas y opositores, por Ángel Monagas

Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Si algún día la democracia regresa a Venezuela, hay muchas cosas que debemos cuidar para que no la volvamos a perder.
Una de ellas tiene que ver con la sindéresis. Con la capacidad de tolerancia. Con el establecimiento de una opinión pública seria, incluso superior a la habida antes de la era Chavista. Donde los medios de comunicación cumplan su papel “antipoder”, sin desconocer los méritos de los gobernantes cuando ese fuera el caso. Es que en Venezuela, te censura el chavismo y también la oposición.
Los medios de comunicación aunque es imposible del todo, no pueden ser plataformas de partidos o intereses particulares de políticos.
El populismo y la corrupción, son dos cánceres y debe legislarse para combatirlos. Cuando uno visita cualquier ciudad en Venezuela, el rostro de los gobernantes en todas las instancias resalta. En los camiones de la basura, en las vallas usadas por las empresas privadas o no para reparar, construir o hasta podar un árbol. Es tan grave esto que en muchas regiones debes comprar los famosos “burritos”, a una empresa del entorno del gobernante.
Necesitamos verdaderos y auténticos organismos contralores. Hoy los “contralores” tienen empresas, contratos, a cambio de aprobar los recursos y no es un mal, repito, exclusivo del chavismo ni de este periodo comunistoide. Existe desde hace mucho.
Por ejemplo, la recolección de basura se hace a través de un personal contratado por muchas empresas del entorno gobernante, con una modalidad grosera, vulgar, prácticamente un “robo a mano armada”. En las nóminas de “salserines” (así se les llama en el Zulia y otra regiones porque trabajan de “sol a sol” como el tema que hizo famosa a la agrupación musical), se contratan por ejemplo, en el papel 500 personas y realmente trabajan la mitad o menos. ¿A dónde va ese dinero? Simple: Familiares, amigos del jefe del poder ejecutivo, entre otros.
Ese modelo de corrupción es hijo de la campaña, donde hasta las empresas que hacen la propaganda impresa, avisos, etc, pertenecen o las establece el candidato y la pagan los inversionistas.
Es necesario que las contribuciones de campaña sean públicas, con nombre y apellido.
Hago mención de unos breves ejemplos. Y si a eso le sumamos el “populismo”, la cosa se pone peor. El candidato, el jefe de gobierno, manipula diciendo lo que la gente quiere oír, no lo que la gente necesita escuchar, entender y hacer.
Por muchas otras razones consideramos que los problemas de Venezuela no los resuelve un cambio de gobierno, como se pensó en 1998. Es mucho más difícil.
Cambiar el modelo económico, requiere ciertamente de otra gente en el gobierno. Cambiar la cultura política lleva mucho más tiempo y mayor complejidad.
En Venezuela, los “líderes” hablan de problemas que ellos mismos no padecen, no sufren, no los viven. Uno pudiera tolerar eso porque no es “necesario ir a Roma para saber que existe”, el quid del asunto es la desconexión, la carencia y ausencia total de modelaje.
Es doloroso decirlo y muchos se molestarán si me leen: No hay mucha diferencia entre los estilos de los bandos en pugna en la nación. Encontrar las raras excepciones es difícil pues los intereses en conflicto juegan duro.
Yo fui uno de los pocos que descubrió las mentiras del “gobierno de internet”. Lo digo con propiedad porque también creí y recibí “gas del malo no del bueno”. Apoye a Guaidó y muy pronto descubrí la debilidad de su persona para asumir tamaño reto.
El resultado fue la censura de medios que están al mando de quienes se han beneficiado de las cuantiosas y groseras finanzas recibidas por el “interinato”.
Aún así uno siempre juega a la oportunidad de que se rectifique. Eso sí, exijo que pidan perdón públicamente.
Han sido tres años desperdiciados. Un pueblo que no se siente representado por “nada ni por nadie”, que sería el único partido que ha crecido en Venezuela.
No es “antipolítica”, porque muchos de ellos no son “políticos”. Son delincuentes de rojo, de azul, de amarillo, de blanco, naranja, etc.
El modelaje no soluciona, sin embargo ayuda a soportar.
¿Usted ha visto a su gobernador, alcalde, diputado, concejal o alto funcionario, haciendo cola para la gasolina?
¿Ellos igual que usted soportan las inclemencias de los frecuentes cortes eléctricos y problemas de fluido?
¿Cuántos “tobos” o “baldes” los has visto bajar para tener agua?
Sus vacaciones ¿Dónde las disfrutan? ¿Cómo tú, en las playas de Vargas, o en las mejores a través de un yate?
¿Por qué cuando un político llega al poder le cambia la vida? de vivir en una urbanización popular, a través de sus “testaferros” se mudan a costosas mansiones y circulan en lujosos autos.
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Por cierto los chavistas como Freddy Bernal no se mudan es cierto, el asunto es que transforman sus casas en “bunker”.
El problema es que rescatar a Venezuela también requiere rescatarla de los “malos políticos” de la cuarta y de la quinta. Para ello también es necesario una población que elija y no solo vote. Que no se deje engañar como en la colonia, recibiendo espejitos y entregando el oro.
Necesitamos organismos (no sé si los hay) que enseñen a la gente a participar con el voto, en el cambio que requiere Venezuela.
No podemos seguir creyendo en promesas. Debemos revisar los planes, obligar a los partidos y sus plataformas a presentar Planes de desarrollo, de gestión.
Como dice mi amigo Néstor Rincón, quien lleva años hablando de esto, que molesta a los políticos tradicionales: “2022 nos presenta un gran reto: Lograr que mayoría de los venezolanos sepan y entiendan, que si asumimos como ciudadanos, el derecho, responsabilidad y deber de participar en la formación, ejecución y control de la gestión pública, podremos resolver problemas que nadie solo podrá”.