Resolver problemas: las empresas no son la excepción, por David Somoza Mosquera
En la vida, nos enfrentamos a desafíos que nos ponen a prueba constantemente -esto se traduce en multitud de situaciones que ocurren en el día a día y que nos toca afrontar– y, obviamente, el “desenlace” dependerá de las decisiones que tomemos. Resolver un problema es parte de ello. Debemos poner en práctica nuestras habilidades, todo aquello que hemos aprendido e, incluso, nuestra imaginación para solucionarlo.
El mundo de los negocios no es la excepción: la resolución de problemas es clave para la mejora continua y el progreso de las compañías, al alcanzar mejores resultados y realizar de forma más eficiente el trabajo. Sin embargo, a veces una empresa puede llegar a convertir los problemas en una práctica habitual, bien sea por la poca importancia que le da o porque se cree que no impacta la marcha de las operaciones. Pero la realidad es que el problema está allí y, eventualmente, habrá que librarse de él.
Hay varios pasos para la resolución de problemas en la gestión empresarial y el primero es la detección. Pero soy de los que opina que para implementar cualquier estrategia, en este caso resolver los problemas que puedan afectar a una compañía, es necesario contar con el personal adecuado.
Así que vale la pena retomar el estudio “Soft Skills 4 Talent”, realizado por ManpowerGroup, empresa multinacional especializada en estrategia de talento. Si bien la investigación data de 2016, sus resultados son aplicables en la actualidad: resolución de problemas fue la competencia social más valorada por 69% de los responsables de recursos humanos encuestados, seguida por la orientación a objetivos (58%) y la colaboración (57%).
La razón de ese resultado es que, aunque pueda parecer sencillo, no todas las personas tienen la capacidad de reacción que pueden exigir ciertos problemas dentro de una empresa. De allí que esa competencia fuera tan valorada –y aún lo sigue siendo– por Recursos Humanos.
No solo en esta época, sino siempre, es importante que las compañías cuenten con personas con alta capacidad para la resolución de problemas, es decir, que sean eficaces y ágiles a la hora de encontrar las soluciones más apropiadas para cada caso.
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Se trata de un talento humano capaz de actuar de manera proactiva, sin perder el tiempo y que tiene presente las repercusiones que las soluciones pueden tener a largo plazo en la empresa. También es consciente de que los problemas no todo el tiempo conviene abordarlos desde la lógica, sino también desde la creatividad.
Es conveniente, entonces, que las compañías se blinden con personal con competencias muy específicas. Hasta ahora se ha requerido de todos nosotros mucho aplomo para resolver los problemas que se han presentado en lo que va de 2020, y desde ya hay que prepararse para 2021. Y, reitero, las empresas no son la excepción…
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