Respeto a los tratados internacionales, por Simón Boccanegra
En el acto del sábado pasado, para juramentar el comando de la Coordinadora Democrática, Enrique Mendoza, es de suponer que a nombre de esta, dijo algo que, sorprendentemente, ha pasado por debajo de la mesa, a pesar de que posee una enorme importancia. Anunció que un eventual gobierno post Chávez respetará todos los acuerdos y tratados internacionales que haya suscrito el Estado venezolano. Esto que usualmente es una formula ritual, una mera formalidad, adquiere en la presente circunstancia venezolana un valor que sería difícil exagerar. Porque es obvio que esa referencia de Mendoza alude, entre otros y sobre todo, al Acuerdo Energético de Caracas, firmado con diecinueve países de Centro América y el Caribe, entre ellos Cuba, para el suministro de petróleo con ventajosas condiciones de financiamiento. En otras palabras, la CD ha dicho que también ese tratado será respetado, lo cual quiere decir que un nuevo gobierno continuaría vendiendo crudo a la isla. Se trata de una interesante toma de posición, que habla de una comprensión, diríase que de estadistas, acerca de la compleja madeja de nuestras relaciones internacionales.