Oposición no encuentra cómo negociar con una Fuerza Armada reprimida
El punto culminante de los contactos de Juan Guaidó con militares venezolanos se demostró el pasado 30 de abril, cuando el mandatario interino apoyó a un grupo de oficiales de la Guardia Nacional que desconoció a Nicolás Maduro
«Hemos fallado». La declaración de un alto funcionario opositor deja en evidencia los problemas que ha tenido Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y juramentado como mandatario interino desde el 23 de enero, para negociar con el sector militar venezolano y conseguir ayuda para desalojar a Nicolás Maduro del poder.
«No tenemos nada para ofrecerles, para convencerlos», dijo el alto funcionario opositor encargado de mantener conversaciones con militares a la agencia de noticias Reuters. Desde que asumió como mandatario interino, Guaidó ha dicho que los funcionarios castrenses son importantes para restaurar la democracia en el país.
En reiteradas oportunidades ha dicho que su gobierno mantiene conversaciones con todo tipo de oficiales, a los cuales se les ha ofrecido una ley de amnistía que no los protege en caso de haber cometido o estar involucrados en actos de corrupción o violación de derechos humanos.
El punto culminante de esos contactos con militares venezolanos se demostró el pasado 30 de abril, cuando Guaidó apoyó a un grupo de oficiales de la Guardia Nacional que desconoció a Nicolás Maduro como presidente y llamaron a la rebelión.
Este intento de tomar el poder y algunas sedes militares del país fue «neutralizado», según el régimen de Nicolás Maduro. Los choques entre militares bajo las órdenes de Maduro y los ciudadanos que salieron a las calles ese día, a instancias de Guaidó, dejaron seis muertos y decenas de heridos en todo el país.
Actualmente, los militares que apoyó el mandatario interino se encuentran bajo resguardo en las embajadas de Panamá, Colombia y Brasil ubicadas en Caracas.
Cuba en la Fuerza Armada
La ascendencia de Cuba dentro del ejercicio del poder en Venezuela se ha documentado desde los principios de la llamada «revolución bolivariana», debido al constante apoyo que la dictadura de los hermanos Castro otorgaron desde el principio al proyecto del fallecido Hugo Chávez.
La intromisión de Cuba dentro de la Fuerza Armada Nacional (FAN) venezolana con el objetivo de reprimir a la disidencia militar dentro de las propias instituciones fue lograda a través de dos acuerdos firmados en 2008, según un reportaje especial publicado por la agencia de noticias Reuters.
Para garantizar el control absoluto de los militares, un consejo que Fidel Castro habría dado a Chávez para que se mantuviese en el poder, se permitió a Cuba tener acceso al sector militar venezolano con el objetivo de espiar y reformar.
Los dos acuerdos firmados por Cuba y Venezuela, y que se elaboraron en pocos meses según la información obtenida por Reuters, impusieron una “estricta vigilancia” dentro de las instituciones que componen la FAN, para identificar dentro de las tropas a los posibles rebeldes o conspiradores.
Para esto se usó el servicio de inteligencia militar venezolano, conocido actualmente como la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Este organismo ahora es acusado por organizaciones, activistas y la misma Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos como una institución que ha reprimido la disidencia política a través de métodos como la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
La asesoría cubana habría recomendado reformular esta unidad de inteligencia para “espiar” a las fuerzas armadas, desde los soldados hasta funcionarios de alto rango, bajo el concepto de “enemigo interno”. Además, según los documentos revisados por Reuters, los acuerdos permitieron a la isla entrenar a soldados en Venezuela, revisar y reestructurar partes del Ejército y entrenar agentes de inteligencia venezolanos en La Habana.
El primer acuerdo serviría para preparar a los agentes de inteligencia venezolanos para “el descubrimiento y enfrentamiento a la labor de inteligencia y subversiva del enemigo”. El segundo acuerdo autorizó a los funcionarios cubanos a supervisar la “asimilación” y la “modernización” del ejército de Venezuela.
Ni Cuba o Venezuela han reconocido que existan este tipo de acuerdos o tan siquiera un entrenamiento formal de funcionarios venezolanos en La Habana. Mucho menos la intromisión militar cubana dentro de la FAN, tal como lo denunció en marzo de este año el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien además acusó a ese gobierno de ser una «influencia maligna» para la nación suramericana.
Lea el reportaje completo de Reuters aquí