Reuters: EEUU prepara acción penal contra Cilia Flores por narcotráfico y corrupción
El caso contra Cilia Flores, de hacerse realidad, buscará vincularla con el proceso judicial contra sus sobrinos, quienes pagan condena en EEUU. Un reportaje de la agencia Reuters relata los roles que habría cumplido la «primera combatiente» en el manejo de la política del régimen de Maduro y hasta la asunción de Luis Parra en la Asamblea Nacional
La Fiscalía General de Estados Unidos estaría preparando una acción penal para acusar en los próximos meses a Cilia Flores, esposa del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, por delitos que incluyen corrupción y actividades relacionadas con el narcotráfico.
De acuerdo a la agencia Reuters, que consultó a cuatro fuentes ligadas al caso, si se llega a hacer una acusación de Washington contra Flores sería a través del caso de tráfico de drogas que involucró a sus sobrinos Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Campos Flores, a quienes recientemente les fue negada la apelación de su caso y cumplen una condena de 18 años en EEUU.
En respuesta al medio de comunicación británico, el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez dijo que las preguntas sobre la posible acusación de EEUU contra Cilia Flores fueron «nauseabundas, difamatorias y ofensivas», sin dar más detalles al respecto.
El proceso judicial se apoya en el testimonio de Yazenky Lamas, quien trabajó como guardaespaldas de Flores y que actualmente se encuentra en EEUU tras ser arrestado y extraditado desde Colombia.
Según Lamas, Cilia Flores estaba al tanto de lo que estaba ocurriendo con Campos Flores y Flores de Freitas en materia del narcotráfico, al igual que usó sus influencias para situar a familiares con altos cargos de la administración de Maduro.
Lamas le dijo a Reuters que declara sobre Flores porque se siente abandonado por el gobierno de Maduro. «Me siento traicionado», dijo.
En una serie de entrevistas con Reuters, las primeras que Lamas ha dado desde su detención, el ex guardaespaldas dijo que Flores estaba al tanto del lío de tráfico de cocaína por el que dos sobrinos fueron condenados por un tribunal de Estados Unidos. Flores también utilizó su privilegiada posición, dijo Lamas, para recompensar a miembros de la familia con importantes y bien remunerados cargos en el gobierno, un reclamo respaldado por otros entrevistados por la agencia.
Aparte de Lamas, Reuters entrevistó a más de 20 personas cercanas o conocedoras de Flores. La retratan como una política astuta y sigilosa que ostenta gran parte del poder de la oficina de su esposo, exigiendo reuniones importantes incluso antes que el presidente y negociando personalmente con emisarios extranjeros, legisladores rivales y otros.
Cuando miembros de la opositora Asamblea Nacional y un grupo de militares protagonizaron el año pasado una revuelta para intentar sacar a Maduro del cargo, Flores ordenó a los funcionarios de seguridad que le entregaran directamente a ella todo el material de inteligencia sobre el asunto, de acuerdo con Manuel Cristopher Figuera, el jefe de la agencia de inteligencia del país en ese momento. Figuera fue uno de los pocos altos funcionarios de la administración que consideró en ese momento una salida negociada del poder para Maduro con Estados Unidos. Figuera huyó del país cuando la acción opositora fracasó.
“Cilia Flores siempre ha estado tras la cortina moviendo los hilos del poder”, dijo Figuera a Reuters.
Flores buscó concesiones personales en negociaciones con Estados Unidos en los últimos años. Según cinco personas familiarizadas con esas conversaciones, Flores dio instrucciones a los intermediarios de pedir a los enviados estadounidenses la libertad de sus dos sobrinos encarcelados. A cambio, esos intermediarios dijeron que Venezuela liberaría de prisión a seis ejecutivos de Citgo Petroleum, el refinador en Estados Unidos de la empresa petrolera estatal venezolana. Los ejecutivos, detenidos en 2017 en Venezuela y luego acusados por cargos de peculado y legitimación de capitales, entre otros, son considerados como presos políticos por activistas de derechos humanos y muchos en la comunidad empresarial.
Esa propuesta falló.
Pero Washington tomó nota del alcance que tiene Flores. “Ella es probablemente la figura más influyente además de Maduro”, dijo a Reuters Fernando Cutz, asesor de la Casa Blanca para América Latina durante el primer año de mandato de Trump.
A principios de este año, según personas con conocimiento de sus esfuerzos, Flores presionó personalmente a legisladores de la oposición para que apoyaran a un aliado de Maduro para encabezar la Asamblea Nacional, hasta entonces considerada la última institución gubernamental independiente en el país. Como Reuters reportó en marzo, personas familiarizadas con las negociaciones con los diputados dicen que operadores del partido gobernante pagaron sobornos a rivales para que cambiaran de bando. Reuters no pudo determinar si Flores jugó algún papel en dichos pagos.
El acuerdo con Lamas
Lamas, que ahora tiene 40 años, pasó cerca de una década custodiando a Flores, primero cuando era legisladora y encabezaba la Asamblea Nacional, luego cuando se convirtió en primera dama. Después de su extradición en 2017, Lamas llegó a un acuerdo con los fiscales estadounidenses, según un documento confidencial del Departamento de Justicia revisado por Reuters. Lamas aceptó cargos de tráfico de drogas y accedió a convertirse en testigo. Ese acuerdo no había sido reportado hasta ahora.
En el acuerdo de culpabilidad, Lamas admitió los cargos de tráfico de drogas y acordó cooperar como testigo en las investigaciones relacionadas con su caso. La orden judicial colombiana que aprobó su extradición, también revisada por Reuters, dijo que Lamas conspiró para enviar cocaína desde Venezuela en aviones registrados en Estados Unidos. Ni la orden judicial colombiana ni el documento del Departamento de Justicia mencionan a Flores, Maduro u otros miembros de la familia.
Debido a los términos del acuerdo — dijo que todavía espera sentencia y continúa testificando en investigaciones relacionadas — Lamas se negó a discutir detalles específicos sobre el caso en su contra. Su abogada en Washington, Carmen Hernandez, también declinó hacer comentarios.
La información que ha proporcionado a los investigadores, incluidos los detalles sobre el supuesto papel de Flores en el plan de tráfico de drogas de sus sobrinos, es considerada creíble por las autoridades estadounidenses, según las personas familiarizadas con las investigaciones. Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, dijo a Reuters que la DEA le da “gran importancia” al testimonio de Lamas.
“Cilia sabía todo”
Lamas, el exguardaespaldas, comenzó a trabajar para Flores desde sus días como legisladora. Desde un puesto en la Guardia Nacional, fue asignado al equipo de seguridad de Chávez y luego transferido a la custodia de Flores, dijo. Una foto en el feed de Twitter de Lamas lo muestra con una revolucionaria gorra roja de béisbol junto a Flores en un evento del partido socialista en 2010.
Con el trabajo llegó la proximidad con la familia Flores.
La primera dama le confió que condujera a su anciana madre para chequeos médicos, dijo Lamas. Se hizo cercano a los hijos de Flores: Yoswal, Yosser y Walter. “Los consideraba mis hermanos”, dijo, recordando los viajes para disparar rifles y visitar opulentas propiedades familiares en la costa del Caribe.
Los hermanos, conocidos como “Los Chamos” o “los niños”, han llamado la atención de los medios en Venezuela por sus extravagantes estilos de vida. Lamas dijo que los vio usar aviones del gobierno para viajar al extranjero por diversión. También dijo que los vio varias veces cargar tarde por la noche jeeps militares con cajas con dólares en efectivo y llevarlos desde sus hogares en Caracas para almacenarlo en otros lugares.
Reuters no pudo verificar independientemente esa afirmación. Los hijos de Flores no han sido acusados de ningún delito en Estados Unidos. Están en una lista del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de venezolanos sancionados por presunta corrupción. Las sanciones están destinadas a castigar a las figuras centrales del gobierno de Maduro y bloquear cualquier activo que puedan tener en Estados Unidos o dentro de su jurisdicción.
Antes de que los dos sobrinos fueran capturados, Lamas dijo que vio a los dos hombres en varias ocasiones enviar cargamentos de cocaína en aviones desde el hangar presidencial a las afueras de Caracas. Reuters no pudo verificar si Flores sabía de esos supuestos embarques.
A veces, dijo Lamas, Flores escuchaba a familiares hablar sobre actividades ilícitas, incluyendo a sus sobrinos hablando sobre la transacción de drogas por la cual fueron condenados. Ella sacudía la cabeza, agregó, pero no manifestaba su desaprobación a viva voz. “Cilia sabía todo”, dijo Lamas.
Antecedente
El fiscal del Distrito Sur de Nueva York (Estados Unidos), Jeff Burman, anunció el jueves 26 de marzo cargos criminales contra Nicolás Maduro, por asociación narcoterrorista con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Por tal motivo, informó que EEUU ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por información que lleve a la captura de Maduro, así como 10 millones por cuatro coconspiradores: Diosdado Cabello Rondón, presidente de la constituyente; el general (retirado) Hugo Carvajal Barrios, exdirector de inteligencia militar; Clíver Alcalá Cordones, mayor general (retirado) del Ejército; y Tareck El Aissami, ministro de Industria y Producción Nacional.
Luego, el 1° de abril, el gobierno de Estados Unidos anunció el despliegue de buques antidrogas en aguas caribeñas, cerca del territorio marítimo venezolano, con la finalidad de ejecutar operaciones para detener el narcotráfico en la zona tras las acusaciones contra Maduro y varios de sus funcionarios.
Así lo reveló entonces el presidente estadounidense, Donald Trump, quien aclaró que serían enviados buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros a realizar tareas de vigilancia cerca del territorio marítimo venezolano.