Rubén González es el 1 de mayo, por Xabier Coscojuela
¿Puede ser más triste este 1 de mayo? ¿Pueden empobrecerse más los trabajadores venezolanos? Muchos pueden pensar que es imposible, pero les recordamos que el chavismo es capaz de superar sus peores registros casi sin despeinarse.
Llegaron al poder para reivindicar a los pobres, pusieron el tema de la pobreza como punto principal de cualquier atención y terminaron convirtiendo a la abrumadora mayoría de los venezolanos en pobres. La excepción son los integrantes del cogollo chavista y sus allegados.
El 1 de mayo se conmemora para reivindicar las luchas obreras. En este aspecto, tampoco hay nada que celebrar en el país. La mayoría de los sindicatos fueron, literalmente, destrozados, los pocos que sobreviven lo hacen librando una titánica lucha contra la represión y las amenazas que el “presidente obrero” promueve y ordena.
La seguridad social de los trabajadores desapareció. El salario es un chiste malo. Las oportunidades de progreso y superación se volvieron polvo cósmico. En esto sí han roto cualquier marca los chavistas. Son la primera revolución donde los trabajadores perdieron todas sus conquistas. Le ganaron a la Unión Soviética y sus satélites. También a la Cuba fidelista.
Hoy el movimiento sindical en Venezuela tiene que reconstruirse. Es una tarea pendiente y urgente. Es necesario para la salud democrática del país. Entre las tareas urgentes está el rescate de la libertad sindical. Los sindicatos tienen que volver a ser autónomos, independientes de cualquier patrón y de cualquier partido político.
Las reservas morales del movimiento sindical venezolano tienen que ponerse en movimiento, tienen que luchar, en primer lugar, por lograr la un juicio justo para Rodney Álvarez y la libertad de Rubén González.
En este 1 de mayo no podemos olvidar a dos trabajadores que están presos desde hace años. Rodney Álvarez, trabajador de Ferrominera del Orinoco, quien está detenido en la cárcel de El Rodeo desde hace ya nueve años sin haber sido sometido a juicio.
El otro dirigente sindical detenido es Rubén González, quien está preso y condenado a varios años de cárcel por segunda vez. Su delito es ser un dirigente sindical que cuando tuvo que decidir entre defender al gobierno o a los trabajadores, optó por lo segundo. Este acto de lealtad, de honradez, de consecuencia con sus ideales, no lo pueden perdonar Nicolás Maduro ni Aristóbulo Istúriz. Ellos se ven en el espejo de González y se reconocen como los principales traidores a los trabajadores venezolanos.
Una de las primeras tareas del movimiento sindical venezolano y de todos los demócratas de este país es lograr el juicio de Álvarez y la libertad de Rubén González.