Rueda de molino, por Simón Boccanegra
La verdad es que si creyeron que con el show del peruano que se sacaron de la manga para «demostrar» que Montesinos no estuvo aquí se la habían comido, pueden irse bajando de esa nube. Nadie se tragó esa rueda de molino. Ahora es más capcioso aún el caso. Este minicronista no se pudo ocupar del asunto por la vacacioncita que se tomó TalCual, pero eso no se puede dejar así. Es cuestión de autoestima. Produce urticaria que crean que uno es estúpido. Preferible habría sido que hubieran dejado la cosa donde estaba, sin más explicaciones y punto. Pero ahora no hay más remedio que seguir jorungando. Es patético el empeño puesto en «demostrar» que sí existe un peruano Rodríguez Pérez que entró legalmente al país, después que pusieron al pobre José Vicente a declarar durante dos semanas que nadie con ese nombre había estado aquí. Por ahí salió Chávez ordenando a todas las policías que busquen a Montesinos. No sé por qué eso me recuerda tanto a Fujimori buscando él mismo a su pana Vladimiro. No queda más remedio que apelar al lugarcomunismo: hay algo podrido en Dinamarca.