Samán sospechoso: devuelve planta de Cargill al imperio
Ahora resulta que el gobierno, en un rapto de procapitalismo, que vaya uno a saber de dónde le salió, decidió devolver la planta de pasta más grande del país a su dueño, la empresa imperialista Cargill. Lo peor de todo es que los trabajadores, en lugar de armar un peo, protestando esa traición a los postulados del socialismo del siglo XXI, montaron una fiesta. El jefe del sindicato tuvo las bolas de decir que «estamos contentos, ya que no se expropió la planta y que cesó la toma». Se ve que el hombre tiene la mente envenenada por el capitalismo. Para peor vaina, ni siquiera por el capitalismo salvaje sino por el capitalismo a secas. Dice este sindicalista quien, obviamente, no cree eso de que ser rico es malo-, que «tenemos un contrato colectivo muy bueno, y me atrevo a decir que es el mejor del estado Vargas». ¡Fin de mundo! ¿Cómo es posible que estos obreros, que deberían ser parte de la vanguardia proletaria de la revolución, coloquen por encima de los gloriosos valores morales del chavosocialismo cosas tan mezquinas y pedestres como los premios semestrales que reciben por productividad (¿cómo no perciben que esa es la palabra capitalista para esconder la sobreexplotación?), las vacaciones pagadas hasta de 75 días (¿cómo se puede construir la nueva sociedad con obreros que no quieren trabajar?), los bonos nocturnos (¿cómo no entienden que la noche es para dormir?) y otras zarandajas semejantes que «el burgués insaciable y cruel, siempre es cruel» utiliza como «opio del pueblo», adormeciendo el espíritu revolucionario? ¡¡¿Ah?!! Qué vaina que el «hombre nuevo» se tarde tanto en emerger de la concha moral y ética que el inhumano capitalismo le ha creado. Por más cuerda que le da Chacumbele al fulano nuevo espécimen humano, este se niega a hacer presencia más allá de los discursos. Increíble que los obreros prefieran la administración imperialista a la del incorruptible y eficientísimo gobierno revolucionario de nuestro comandante Chacumbele, a quien Dios tenga en la gloria.