Santiago Peña condena desde la ONU que se ignore «la voluntad del pueblo venezolano»
El presidente Santiago Peña reiteró su apoyo «a las fuerzas democráticas de Venezuela que luchan contra el autoritarismo por el retorno a un sistema verdaderamente democrático y no de simple fachada»
En su primera intervención en la 79° sesión de la asamblea general de Naciones Unidas, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, condenó las acciones de la administración de Nicolás Maduro tras las elecciones presidenciales, que profundizaron la crisis política y la represión a la disidencia.
«La democracia es simplemente innegociable, por eso debo condenar hoy, alto y fuerte, lo que está sucediendo con nuestros hermanos venezolanos (…) Este proceso (elecciones) ignoró la voluntad del pueblo venezolano y se caracterizó por graves actos del régimen que resultaron en persecución a los principales actores de la oposición y en detenciones arbitrarias», aseveró Peña en un discurso similar a sus homólogos de Chile, Guatemala y Estados Unidos.
Para el mandatario, «el deterioro de la democracia en Venezuela es evidente, así como las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y las libertades fundamentales. A estos se suman acciones contrarias al derecho internacional, especialmente en lo relativo a las relaciones diplomáticas y el derecho al asilo».
Esto en referencia al asedio a la embajada de Argentina en Caracas, donde se encuentran refugiados seis opositores vinculados al partido de la líder opositora María Corina Machado. Tras la ruptura de relaciones con el gobierno de Javier Milei, que calificó Venezuela como una «dictadura sangrienta» en la ONU, el cuidado de esos espacios fue asumido por Brasil, hasta que la administración de Maduro le retiró el beneplácito.
El presidente Santiago Peña también reiteró su apoyo «a las fuerzas democráticas de Venezuela que luchan contra el autoritarismo por el retorno a un sistema verdaderamente democrático y no de simple fachada».
Por otra parte, dijo que es «imperativo e incluso obligatorio» la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, especialmente al poder de veto de los cinco Estados con asiento permanente. «Debemos ser sinceros y admitir que estamos fallando todos en la construcción de un mundo mejor», apuntó Peña, que enumeró los riesgos de la ciberseguridad, la inequidad en la distribución de la riqueza, el cambio climático y el asedio a la democracia.