Sarkozy, l’autre roi de l’écran (el otro rey de la pantalla, en criollo)

Como si no fuera suficiente tener que calarnos a ese rey de la pantalla que es Ego Chávez, ahora nos cae monsieur Sarkozy. Este cabal exponente de la derecha francesa –tan chovinista y xenófobo como Le Pen, pero con mejores maneras–, también está esculpiendo su estatua en vida. Ingrid Betancourt realmente le sabe a mierda. Lo que quiere es el crédito por su eventual rescate, lo que quiere es otro ladrillo para el pedestal de su monumento. En el colmo del egocentrismo le ha pedido al gobierno colombiano que rectifique su decisión de sacar a Chacumbele de la mediación. Ni una palabra sobre la crueldad y el cinismo de las FARC, quienes han hecho del sufrimiento de los demás un activo de su causa y ni siquiera proporcionaron la inefable fe de vida; ni una palabra sobre el comportamiento irresponsable, imprudente e infidente de Ego Chávez, quien comprometió la propia mediación. Sólo el reclamo a Uribe. Vaya mamarrachada. Sarkozy, cuyo ego, por lo visto, también requerirá una urna paralela a la de su cadáver, sólo quiere poder seguir dragoneando en el mundo de su rol de gran negociador con chantajistas. No hay sino que imaginar cuál habría sido la reacción del Presidente de Francia si algún jefe de Estado de otro país lo «bypasseara», llamando telefónicamente al comandante del ejército francés para conversar sobre asuntos que atañen sólo a los gobiernos. ¿Lo toleraría el señor Sarkó? Sería no conocer la arrogancia de la derecha francesa.