Savonarolas de pacotilla, por Simón Boccanegra
Ironía más sangrienta es difícil de concebir. En un mismo día los perros de presa del MVR, en la Asamblea Nacional, «exoneraron» de toda culpa al ex gobernador del DF, Grüber Odremán, y anunciaron un juicio a Alfredo Peña nada más y nada menos que por «traición a la patria». Los perros de presa, las fauces babeantes, tratan de morder la yugular de Peñita. Esa acusación estrafalaria, totalmente ridícula -proveniente de mentes atrasadas, sectarias, primitivas, cargadas de odio y revanchismo-, forma parte de este viento de locura que sopla en las alturas del poder. ¿Esto es la «radicalización»? El gobierno reivindica su derecho a opinar sobre los actos del gobierno norteamericano, pero quisiera negar ese mismo derecho a quienes opinan sobre la política doméstica. Miquilena nuevamente insulta y amenaza a la Iglesia. Según su óptica, el gobierno sólo puede tender puentes hacia quienes están de acuerdo con él, no hacia aquellos a quienes denomina «fariseos». ¿Cuál es la gracia de eso? Los puentes se tienden precisamente hacia quienes están en el otro lado, si es que se quieren construir acuerdos mínimos que aseguren la gobernabilidad. Lo otro es la política kamikaze.