Se alzó el vicealmirante Molero, por Simón Boccanegra
Hace dos días vi en televisión a un militar, con uniforme de marino, echando sapos y culebras contra «los políticos», los «medios apátridas», los «partidos políticos» y refiriéndose, en tono muy amenazante, a unos «traidores civiles y militares». Me dije que seguramente se trataba de un militar hondureño, explicando las razones del golpe, pero al ratico me di cuenta de que no, que era un militar vernáculo, endógeno, macho y criollo, de esta Fuerza Armada heredera de las gloria de los libertadores, forjadora de libertades. Luego supe que el gorila de marras era un tal Diego Alfredo Molero, nada menos que vicealmirante, director de no sé qué escuela de la FAN. Lo primero que hice fue pedir un video de ese tipo y vía correo exprés se lo mandé a José Miguel Insulza, en la OEA, preguntándole, en nota adjunta, si ese lenguaje no le recordaba uno que él, Insulza, debió haber oído hace casi 36 años, cuando el general Pinochet derrocaba al presidente Allende. Desde luego, no espero que la OEA le aplique la Carta Democrática al comandante en jefe del vicealmirante Molero, pero sí esperaría del secretario general de la OEA (quien a finales de mayo tuvo a bien invitarme a conversar con él en su oficina de la OEA, en Washington, y por eso me permito este trato confianzudo) que me explique cómo se compaginan las altisonantes palabras de Hugo Chávez, en Managua, en «defensa de la libertad y la democracia», con su aprobación de un discurso como el de «King Kong» Molero, a quien ni siquiera por cubrir las formas llamó la atención -lo cual indicaría que el mencionado marino no hacía sino repetir palabras que ya nos son más que familiares en boca de su comandante en jefe, a quien, desde luego, no podían sino sonarle como música celestial.