Sede de Hidrocentro en Maracay impide a los vecinos llenar envases en sus instalaciones
En las urbanizaciones aledañas a la calle Miranda, donde está ubicada la sede de Hidrocentro en Maracay, solo reciben agua los fines de semana desde hace muchos años, de acuerdo con las declaraciones de los vecinos. Para cubrir las fallas del servicio, algunos residentes llenan sus envases en las instalaciones de esta empresa estatal
Vecinos de las comunidades cercanas a las instalaciones de la estatal Hidrocentro en Maracay (Aragua) denunciaron que desde finales de enero no pueden llenar sus envases con agua en la sede, pues los funcionarios alegan que la bomba está dañada y no hay presupuesto para su reparación.
Los denunciantes, que prefirieron omitir sus nombres, señalan que estas comunidades, ubicadas alrededor de la sede de Hidrocentro en la calle Miranda, solo reciben agua los fines de semana «desde hace muchos años». Por ello, para cubrir las fallas del servicio, los vecinos acuden a las instalaciones de la empresa hidrológica para llenar sus envases. «No todo el mundo tiene dinero para comprar un botellón de agua todos los días», alegan.
Una de las afectadas por la situación calificó como insólito que la empresa alegue falta de recursos para reparar los equipos, mientras que «sí hay dinero para hacer campañas políticas».
Los vecinos piden a la gobernación de Aragua y a las autoridades de Hidrocentro que se ocupen de resolver el problema con la bomba hidráulica de la empresa, pero también exigen que solventen las fallas permanentes del servicio. Recordaron que la comunidad requiere agua no solo para consumir, sino también para realizar las labores diarias en los hogares.
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Agua: un derecho humano
El agua es un derecho humano porque forma parte de la vida cotidiana y del entorno de las personas. El derecho al agua y al saneamiento es fundamental para la salud, por lo que se debe asegurar el acceso a agua potable en cantidad y calidad, de acuerdo a las necesidades mínimas de los seres humanos.
Las normas internacionales de los Derechos Humanos obligan y exigen a los países y Estados que garanticen a cada uno de sus habitantes el acceso a una cantidad suficiente de agua potable, tanto para uso personal como doméstico.