Seis años después, por Simón Boccanegra
Tal día como hoy fueron destruidas las Torres Gemelas en Nueva York. A partir de ese día, Bush desató la guerra contra el terrorismo. Seis años después el pueblo norteamericano se apresta a pasarle una gruesa factura a su Presidente y al Partido Republicano. Bush ha perdido la guerra contra el terrorismo precisamente en su país. Debe darle gracias al cielo porque en Estados Unidos no es posible sino una reelección, porque de no ser así y si pretendiese continuar al mando, recibiría una paliza histórica. Pero el descrédito de su gobierno arropa a los republicanos. Serán estos quienes pagarán los platos rotos. A Bush lo agarró la Ley de Murphy, esa según la cual lo que tiene posibilidades de salir mal, sale mal. La invasión de Irak, basada en el engaño, en mentiras insólitas, no podía salir bien. De hecho, peor no ha podido haberle ido a Bush en las bíblicas tierras mesopotámicas. 160 mil soldados gringos están allí entrampados,muriendo goteaditos, en un país destruido, con una furiosa guerra civil en marcha y el inefable Bin Laden vivito y coleando. En Afganistán, las tropas norteamericanas viven ya la ordalía que conocieron los soviéticos. Pero, ¿qué más se podía esperar? Era obvio que un tipo que confunde a los australianos con austríacos y que no sabe que su país no es miembro de la OPEP, estaba condenado al fracaso.