Sergio Dahbar: «La labor de una editorial es proponer libros que sean pertinentes»
“Fidel Castro. El último rey católico” y “Notas de economía para principiantes”, son los más recientes títulos de Editorial Dahbar. TalCual conversó con Sergio Dahbar, fundador de la editorial, sobre la producción de libros en la Venezuela de hoy y los cambios en elaboración y consumo que trajo la pandemia de la covid-19
“El 2020 fue un año muy difícil, se paralizó el mundo, pero nosotros seguimos trabajando y seguimos moviéndonos, dentro de lo que nos permitía la pandemia”, afirma Sergio Dahbar, periodista y fundador de la Editorial Dahbar, la cual a pesar de lo accidentado –y atípico–que fue el comienzo de la segunda década del 2000, y de los obstáculos propios de la Venezuela de hoy, pudo sacar a la calle 10 títulos. Tres en España, el resto en Venezuela, entre ellos: “Fidel Castro. El último rey católico” y “Notas de economía para principiantes”.
“Diez libros que costó mucho hacer. Aquí hay que esforzarse mucho para hacer lo que uno hace, pero lo logramos; no hemos dejado de hacer nuestro trabajo, entre otras cosas, porque somos muy ligeros, somos un equipo pequeño y se concentra mucho trabajo entre ese equipo pequeño; pero esto es lo que nos permite estar sobreviviendo en un ambiente tan agresivo y difícil”, señala Dahbar, quien también fue Director Adjunto del El Nacional entre 2000 y 2006.
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Editorial Dahbar nació en 2006 junto con la revista “El Librero”, publicación de novedades literarias que se imprimió de 2006 a 2014, que dejó de salir por el precio del papel y por no contar con anuncios. Primero bajo el nombre de “La Hoja del Norte”, luego Editorial Dahbar, años después se consolidó todo como Editorial Dahbar.
“Cuando Random House se fue de Venezuela yo decidí abrir mi propia editorial. Siguiendo la línea que tenía ‘Debates’, de esa editorial, que en Venezuela lo hacía yo”, cuenta.
Hoy suman más de 120 libros en catálogo, la mayoría polémicos, sobre lo que ha pasado en los últimos años en Venezuela. En 2019 se expandieron y comenzaron a trabajar en España, donde han impreso cinco títulos.
TalCual converso con el editor sobre Editorial Dahbar, la producción de libros en la Venezuela de hoy, los cambios en la concepción, elaboración y consumo de estos que trajo la pandemia de la covid-19 y sobre los proyectos que tienen para este 2021.
Estamos terminando de organizar la planificación de este nuevo año. Mientras tanto, les dejamos todos los libros que editamos en el 2020. ¿Ya los tienes?👇🏻 pic.twitter.com/G42vwDnS6v
— Editorial Dahbar (@DahbarEditorial) January 11, 2021
-¿Qué está buscando el lector venezolano? ¿Qué está leyendo?
-Yo esa pregunta no la sé responder, aun cuando tengo muchos años en esto. Y las veces que hemos tenido un gran éxito no hemos sabido responderla. Nosotros sacamos “Afiuni, la presa del comandante” –un libro que aún hoy sigue siendo el más vendido de la editorial– y nunca entendimos porqué… Es como un cisne negro; es decir, antes de que pase no lo sabes y cuando pasa te das cuenta que era obvio. Pero eso no dice nada. Yo tengo una gran incógnita sobre el público, para mí es sorprendente por qué los libros se venden y de qué manera se interesa la gente. Uno hace una especie de antropología rara del lector y del público y no termina nunca de ser claro. Por ejemplo, en España, durante la pandemia el libro más importante y éxito en ventas fue “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo, un libro que yo admiro mucho, es sorprendentemente extraordinario, pero yo nunca me habría imaginado que iba a ser el más vendido. Es de una editorial pequeña de Zaragoza y de una autora poco conocida. ¿Por qué pasa esto? No lo sé, no lo sé explicar, hay miles de hipótesis sobre ese tema, pero no lo sé explicar.
-Entre los libros que publicaron en 2020 están “Notas de economía para principiantes”, de José Guerra y “Fidel Castro. El último rey católico”, de Loris Zanatta, del primero se puede decir que es muy oportuno; el segundo, tal vez genere un poco de duda. ¿El venezolano está interesado en seguir leyendo sobre Fidel?
– Ambos son muy interesantes. “Notas de economía para principiantes” es un libro muy sencillo, donde el autor trata de acercarse a un lector que no conoce de economía, pero que está sometido a la ley de la economía, porque cotidianamente compra pan y ve que no le alcanza el dinero o no entiende por qué el dólar aumenta. Todas esas cosas que hacen de la economía un mundo bizarro, difícil; él lo trata de explicar de forma sencilla. Es un libro corto, sencillo, un libro manual, pensado de manera diáfana. Si todos los libros se escribieran así la gente leería mucho más.
“En el caso de “Fidel Castro. El último rey católico”, es de un escritor que aprecio y respeto muchísimo. Él vino a Venezuela, aquí lo conocí personalmente y me comentó que estaba escribiendo sobre Fidel. Le dije que me interesaba mucho verlo y sacarlo en Venezuela. Todo esto se pudo dar gracias a la intervención de Loris y de algunas consideraciones de las editoriales que tienen los derechos del libro. Nos interesaba este libro porque Venezuela tiene una relación con Cuba muy particular, y pareciera que va a perdurar. También Fidel Castro además fue el gran adversario de Rómulo Betancourt. Nos parecía que Fidel era una figura a la que nosotros teníamos que atender, pero todos los libros que hay sobre él son libros poco críticos, que no lo cuestionaban. Al leer el de Loris me impresionó que era un trabajo muy serio y bien hecho, lleno de información relevante”.
“Otro elemento innovador es que el autor indaga en el tema de los jesuitas. Fidel Castro vivió 14 años con los jesuitas y estos jamás lo cuestionaron, después. Más allá del rechazo o simpatía por Fidel en el país, pensamos en publicar este libro porque nos parece importante que la gente lo lea. La labor de una editorial es proponer textos que sean pertinentes, cuestionadores, para mover a la gente, que discuta, se cuestione. De eso se trata este trabajo”.
-A pesar de la situación económica que atraviesa el país, ¿Sigue habiendo interés por comprar libros?
-Ha bajado mucho. En Venezuela se vendían muchos libros. Este es un país muy curioso, Venezuela no estaba dentro de los cánones de la gran venta de libros, como México, Argentina, Colombia –países con muchas editoriales–, pero nos impusimos dentro en la venta de libros, esto es algo que no se entiende mucho. La gente confunde leer con comprar y son dos cosas absolutamente diferentes. Aquí se vendían muchos libros, las cifras que daba Venezuela de venta dejaban locas a las editoriales en España.
“Nosotros, de un libro bueno podíamos vender 15.000 ejemplares, hoy no vendemos ni 100. Creo que esto se debe a la suma de la crisis, la economía y ahora la pandemia. La suma de una vida entregada a tener comida y medicamentos, a que no alcanza el dinero, a que muchos lectores –y editoriales– emigraron. No es un buen momento para la venta de libros, pero consideramos que es importante aguantar y esperar que todo esto pase y retomemos una cierta normalidad. También porque creemos que hay que seguir imprimiendo, eso nos va a permitir que cuando todo cambie estemos activos y fuertes”.
-Cuando TalCual cerró su edición impresa les donó el papel que le quedaba, ¿Cuáles libros se imprimieron con ese papel?
-“Notas de economía para principiantes” se imprimió con ese papel. También el libro de Oscar Hernández, “Cuando Petkoff navegó el Atlántico”. Con lo cual, de alguna manera, le hicimos un guiño, en la eternidad, a Teodoro. Pero además aprovechamos un papel que valoramos mucho, sentimentalmente. Es un papel que nos pone a compartir muchos valores con un medio y con una persona a la que admiramos mucho, Teodoro. Este gesto nos cayó como anillo al dedo, para cumplir con una serie de etapas. Para nosotros ha sido muy importante tener este papel, lo cuidamos y lo valoramos mucho.
-Es una bonita coincidencia que el papel de TalCual se haya empleado en un libro como el de José Guerra, que trata un tema que hoy preocupa a todos los venezolanos y escrito de forma clara, diáfana y explícita; como eran lo editoriales de Teodoro…
-Totalmente. Otro libro que yo valoro mucho, que publicamos en la editorial –no se imprimió con el papel TalCual– es “Barrio bonito”, de Luis Freites, que me recomendó Teodoro. Lo leí, me gustó mucho, lo publicamos. Es un libro que yo siempre llamo a atención, reconociendo que me lo trajo Teodoro.
-¿Qué ha sido lo más difícil de sortear en estos años, tan convulsos, para poder seguir adelante con la editorial?
-Ha habido varias cosas, que han ido cambiando con el tiempo; por ejemplo, hubo una época donde no teníamos papel y era muy difícil ubicarlo o el que había era muy caro, y cuando no era el papel era el alcohol o las planchas. Otra cosa es el miedo, algunas imprentas rechazan imprimir algunos libros para evitar posibles represarías. También la gente que se ha ido, eso nos ha quitado mucho talento, en toda la cadena de producción del libro. Y por supuesto, la crisis económica que estamos atravesando, que ha hecho que la gente deje de comprar libros. Por varias de estas razones se han ido muchas editoriales, extrajeras y nacionales. En 20 años nos hemos ido quedando solos.
-¿Qué tanto afectó la pandemia el trabajo en la editorial?
-La pandemia me paralizó unos meses, pero después seguimos adelante y no me he detenido, y en España tampoco. Mi equipo desde antes de la pandemia trabajaba desde su casa. Y la imprenta encontró la forma de trabajar en medio de esta situación. La pandemia ha sido un problema para el país, para nuestra vida, para nuestro ritmo de vida, para poder viajar y hacer negocios afuera; eso sí lo paralizó la pandemia y es ahí donde sientes el golpe.
– ¿Y cómo les ha ido con las presentaciones virtuales de libros?
– Hemos hecho actividades bajo esta modalidad, hemos tenido público, pero todo pareciera ser algo muy extraterrestre, porque uno no termina de entender bien cuánta gente asistió o estuvo atenta; aunque se da un debate, hay preguntas en el chat, hay movimiento… pero no sé, no es lo mismo. Pero hasta que se masifique la vacuna y la gente se calme un poco tendremos que seguir con este modelo, que para mí es un poco raro y que no facilita la venta; porque en Venezuela la venta pasa ahora por la voluntad de alguien que quiere comprar un libro, esa voluntad pasa por el hecho de hacerte una transacción, enviar toda tu información de domicilio, luego contactar a un motorizado que te lleve el libro. No es lo mismo que antes.
-¿Qué proyectos tienen para el 2021?
-Estimamos publicar 15 libros, eso puede cambiar a medida que avance el año. Vamos a publicar el tercer libro de José Guerra, “La política económica de los gobiernos de Venezuela entre 1920-2020”, es un análisis, una comparación de los gobiernos de ese período. También uno sobre la destrucción de la industria petrolera de Venezuela. Otro sobre el caso de Linda Loaiza López, que este año se cumplen 20 años de su secuestro. Y dos libros de Inés Quintero, la segunda parte de “No es cuento es historia” y “El hijo de la panadera”. Entre estos 15, dos corporativos.
“Estamos organizando las presentaciones de “Fidel Castro. El último rey católico” y “Notas de economía para principiantes”, y trabajando en mejorar la página web de Ediciones Dahbar”.
-¿Cuál libro de Editorial Dahbar recomendaría para las semanas de cuarentena radical del 2021?
– No recomendaría libros políticos, más bien de ficción, lecturas que permitan viajar y sortear esos períodos de encierro. Los libros de Francisco Suniaga me parece que son perfectos para la cuarentena. También “La perla de Blanca”, de la francesa Nicole Landau. Libros que tienen que ver con aventuras, historias de ficción, que pueden ser lecturas mucho más tranquilas que meterse en la candela del libro político; aunque todo puede ser, el buen lector leer siempre de todo.