Sí, Yépez…; por Laureano Márquez
…Y cuando dice que va a llevar tanques a Carabobo, está hablando de tanques de agua para contribuir al suministro del vital líquido en caso de que gane la oposición, cuya incapacidad en el manejo del suministro de agua es notoria en Carabobo desde que el gobierno es oposición.
Y las cadenas son su derecho y cualquiera se apasiona en un discurso de cuatro horas y le entran ganas de apasionarse cuatro horas más en la tarde y dos horas en la noche antes de dormir. Lo que pasa es que un gobierno que tiene tanta eficiencia en desarrollo de su gestión administrativa de los fondos públicos, necesitaría 20 horas para promocionar lo que hace en las cuatro en las que efectivamente trabaja.
Y cuando amenaza con cárcel a los gobernadores opositores si se atreven a ganar, está usando el sentido metafórico de la palabra «cárcel». Es decir, lo que les está diciendo es que gobernar es como una cárcel, puesto que estás regido por el principio de legalidad que consiste en que sólo puedes hacer –como funcionario– aquello que la Constitución te permite, y eso él lo sabe muy bien porque vive prisionero de las normas y los principios éticos. Entonces, efectivamente, a cada gobernador opositor le espera una cárcel: la cárcel del deber…es que hasta poética es la vaina.
Y cuando le dice a Ramón Martínez «asqueroso traidor», no se trata de un insulto.
Asqueroso es el que no se baña y es un hecho público y notorio que en la capital de Sucre falta el agua y eso afecta hasta al primer mandatario regional. «Traidor», por su parte es un juego de palabras para significar «traedor» (el que trae). Así que se está diciendo que el gobernador es un «traedor» de bienestar para su pueblo y que si no se baña no es su culpa.
Y cuando, en horario infantil, llama a Rosales «desgraciado, ladrón, bandido y mafioso» fue porque se apasionó mucho, pero no hay intención de ofender. Veamos: «Desgraciado» es el que no tiene gracia y la verdad es que Rosales cómico no es. «Ladrón» es el que ladra, ha podido ser peor, le ha podido llamar «rebuznón», así que más que un insulto fue un acto de generosidad con un adversario. «Bandido» es el nombre de un perrito, así que en este punto, lo que se evidencia es un gesto de ternura.
«Mafioso», por último, viene de mafia. Eso tiene que ver con Sicilia y eso no puede ofender a Rosales puesto que ni apellido italiano tiene.
Ahí tiene esos argumentos, Yépez, por si le sirven de algo, como contribución al primer volumen de «La Historia del Cinismo» que se está escribiendo en la Venezuela de hoy.