Sin derecho al agua, por Orlando Chacón
Twitter: @OrlandochaconVe
Siendo Venezuela el noveno país del mundo con las mayores reservas hídricas, según el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, apenas el 25% de la población recibe este servicio de forma continua, afectando la calidad de vida, la salud y la infraestructura del Estado con esta indignante situación.
El 22 de marzo fue establecido por la ONU como el Día Mundial del Agua, para recordar que su acceso es un derecho humano fundamental; un derecho que se está negando a la mayoría de los venezolanos que pasan días, meses y hasta años sin ver una gota en sus hogares.
Y no solo es hablar de la distribución del agua hacia los hogares, también, la grave emergencia ambiental que ocurre en el Arco Minero que contamina los principales ríos de Venezuela, cómo la destrucción de la industria petrolera contamina el lago de Maracaibo y cómo la emergencia con el lago de Valencia se agudiza al ser distribuida a los estados Carabobo y Aragua sin tratamiento previo.
El mismo Día Mundial del Agua, decenas de pacientes renales en Maracaibo protestaban en la avenida Sabaneta porque la Unidad de Diálisis, localizada en esa misma avenida, no estaba operativa para los tratamientos por no contar con una gota de agua.
En nuestro activismo diario hemos recorrido sectores de Maracaibo que suman más de diez años sin agua, como León XIII en Cristo de Aranza, obligados a comprar una pipa de agua por 1$ o carretear agua –cuando llega a los sectores cercanos— tres cuadras más arriba en una cañada, para poder abastecerse. Agua que, por semanas, ha venido no apta para consumo humano en los pocos sectores abastecidos y que obliga a muchas familias al consumo de agua de botellón, que aumenta el gasto familiar, para no enfermarse del estómago.
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La escabiosis se ha convertido en una enfermedad común en cientos de comunidades zulianas donde el servicio de agua por tubería es de difícil acceso. Muchos deben recurrir a construir pozos de agua salada que los ayude a amortiguar la crisis.
Una crisis que se agudiza en medio de la pandemia por covid-19, cuando la principal medida de prevención es el lavado de manos.
Junto a Rafael Ramírez, diputado de nuestra legítima Asamblea Nacional y un gran dirigente político y social de nuestra ciudad, nos hemos propuesto acompañar a decenas de sectores que sufren y padecen a diario sin el vital líquido, llevando camiones cisternas con agua potable para ser distribuidos en la comunidad. Sabemos que esta no es la solución, pero sí una forma de acompañar y amortiguar el impacto en condiciones de insalubridad que viven cientos de familias que no tienen cómo pagar una pipa por 1$, más de un millón de bolívares por botellón; o son ancianos que no pueden carretear agua desde distancias kilométricas para poder abastecerse. En medio de la emergencia, pasamos de la denuncia, a la acción.
No hay aspecto del desarrollo sostenible que no dependa del agua, de su acceso de calidad y equitativo. Debemos todos tomar conciencia sobre la responsabilidad que tenemos en el cuidado de este recurso natural, que es vida, es salud, es subsistencia, es progreso y es futuro. Esto es vital para que, luego de iniciar la reconstrucción del país, avanzar hacia la agenda 2030 de la ONU.
Orlando Chacón es dirigente político y presidente de la Fundación Construyamos País.
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