«Soberanía alimentaria», por Simón Boccanegra
George Orwell, en su famosa novela » 1984″, atribuía a los sombríos y siniestros regímenes totalitarios que imaginó dominarían al mundo para esa fecha –inversa del año 1948, en el cual apareció su obra-, rasgos que fueron propios del nazi-fascismo recién derrotado y seguían siéndolo de una de las potencias vencedoras, la URSS, extendidos por el Ejército Rojo a los países centroeuropeos que liberaron-ocuparon en su arrolladora ofensiva hacia Berlín. Uno de ellos fue el «doble lenguaje» impuesto a la sociedad, según el cual lo hablado o escrito quería decir exactamente lo opuesto. Así, por ejemplo, cuando se hablaba de Amor, en verdad el término quería decir Odio. Este gobierno viene especializándose en el uso diestro del «doble lenguaje». Cuando habla, por ejemplo, de «Soberanía alimentaria» en verdad se está refiriendo a «Dependencia alimentaria». De acuerdo con cifras de la propia Pdvsa, su filial Pdval importó, en 2008, 975 mil toneladas de alimentos, por valor de 2.200 millones de dólares. Esto fue el 46% de las importaciones de alimentos realizadas en ese año, cuyo monto total llegó a los 4.500 millones de dólares. Se trajo arroz, azúcar, leche en polvo, pollo, aceite de girasol, aceite de soya, carne de res, pernil, bacalao, harina de trigo. Etcétera. Más de la mitad de lo que nos comemos en este país viene de afuera. La conclusión es cajonera. Después de diez años, producimos menos de lo que producíamos antes. El «proceso» ha elevado la vulnerabilidad alimentaria del país hasta niveles jamás conocidos anteriormente. En materia de producción agroalimentaria vamos como un cangrejo con un cohete en el rabo. Pa’trás a toda mecha. De manera que cuando usted oiga a Elías Jaua hablar de Soberanía alimentaria sepa que en verdad se refiere a Escasez mimetizada tras una espesa cortina de importaciones.