Soluciones al problema de electricidad en el país no «verán luz» por un buen tiempo
El especialista Miguel Lara, exgerente de la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado (Opsis), explica que los bajones son producto del deterioro de la infraestructura eléctrica del país. Asegura que el sistema eléctrico perdió su capacidad de regulación de tensión
Autor: El Pitazo
El sistema eléctrico venezolano es inestable. Los bajones o fluctuaciones en el voltaje se sienten de Oriente a Occidente. En todo el país, los usuarios corren para desconectar sus electrodomésticos o aparatos electrónicos y evitar que se les quemen.
No son uno o dos bajones al día. Se cuentan hasta por docenas en 24 horas. Ni las autoridades de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), ni Luis Motta Domínguez, ministro de Energía Eléctrica, responden a las quejas de los usuarios que abundan en la redes sociales, medio favorito por la colectividad para difundir información.
A los bajones se sumó el miércoles 14 de noviembre el segundo apagón en un mes que afecta a al menos una docena de estados del país. Zulia, Trujillo, Mérida, Táchira, Portuguesa, Barinas, parte de Aragua, Carabobo, Falcón y Lara quedaron a oscuras a las 2.30 p.m. tras un bajón. El sistema comenzó a recuperarse a la media hora. La falla se registró en las subestaciones La Arenosa y Yaracuy, según fuentes de la estatal eléctrica.
La condición de oscilaciones (subidas y bajones) es por una infraestructura que está en deterioro, que no se le hace mantenimientos, que no se le reemplazan equipos, que cada vez pierde más capacidad de generación. Así lo explicó el ingeniero Miguel Lara, que hasta 2004 estuvo al frente de la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado (Opsis).
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“Ante un sistema eléctrico en deterioro y en condiciones precarias como el que tenemos, cualquier elemento de generación, transmisión o distribución que falle tiene un impacto negativo y afecta los valores de tensión; sobre todo, cuando los equipos de protección no despejan las fallas oportunamente y hay una gran cantidad de equipos de maniobra inoperativos”, aseguró el especialista en entrevista telefónica con El Pitazo.
Agregó que hay equipos compensadores de reactivos (como reactores, compensadores estáticos) de la Red Troncal de Transmisión – que una de sus funciones es estabilizar el voltaje- que están fuera de servicio. “Cualquier inestabilidad afecta a todo el sistema porque está interconectado. No importa donde ocurra la falla. El sistema eléctrico perdió su capacidad de regulación de tensión. Las unidades de generación térmica e hidroeléctrica están mal, los equipos de la Red Troncal de Transmisión están mal. No es posible mantener un mínimo de calidad de servicio y eso es lo que pasa”.
Lara, quien trabajó en la industria eléctrica venezolana por más de 30 años, indicó que si la generación térmica del país fuera superior a la de hoy, que ronda los 2.500 megavatios de 19.731 megavatios de capacidad térmica instalada, la red de transmisión no trabajaría en condiciones extremas y las oscilaciones o variaciones en el voltaje serían mucho menos.
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– ¿Qué se debe hacer?
– Se tiene que recuperar todo el equipamiento de los compensadores reactivos de la Red Troncal de Transmisión. Eso es vital que cese, al igual que aumentar la generación en las áreas más importantes, como Termozulia en Maracaibo, las hidroeléctricas en los Andes, Planta Centro en Carabobo. Es un trabajo que tomaría un periodo de 18 meses si se cuenta con un equipo de profesionales que conozca cómo hacerlo, que no es el caso de Corpoelec, y una vez que se tengan los recursos.
Un monitoreo del equipo de El Pitazo en todo el país cuenta las penurias del servicio en cada región:
En Occidente no se acaba
El ministro Motta Domínguez se despidió el miércoles 7 de octubre de Zulia y aseguró que deja un sistema eléctrico estable tras una inversión de 5.269 millones de bolívares soberanos; 1 millón 800.000 euros y 40 millones 859.000 dólares. Pero los zulianos no perciben esa estabilidad.
Neira Rosales, quien habita en el sector Gallo Verde en Maracaibo, aseguró que cuenta a diario más de 10 bajones. “Que dejaron el sistema eléctrico estable es una mentira más grande que el Lago de Maracaibo. Todos los días hay bajones, tenemos que correr a desenchufar los aparatos”.
Desde el viernes 9, tres subestaciones de Maracaibo registraron una “avería” –según informó Corpoelec en Twitter-: Veritas, Sabaneta y Trinidad. Fuentes de la estatal afirmaron que “hay equipos que se dañan con los bajones y las sobrecargas”.
En Lara, la situación es similar con los bajones. Ernesta Álvarez, habitante de Carora, aseguró que el lunes se le dañó la nevera entre tantos bajones. “No mayor cosa, se le paró el reloj y la reparación salió en 700 soberanos”.
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Rosender Evies, vecino del caserío Padre Diego, estuvo tres días sin luz. “Entre el viernes 9 y el lunes 12 de noviembre estuvimos sin luz y no hubo respuesta de Corpoelec. Como ya no atienden averías los fines de semana tuvimos que esperar tres días. Según Corpoelec la prioridad es la ciudad y no la zona rural, es un trato excluyente”.
Los tres municipios de la Península de Paraguaná en el estado Falcón, sufren de bajones eléctricos constantes, al punto de registrarse al menos uno diario.
A pesar de ello, los que viven en este sector creen que ha mejorado el sistema eléctrico ya que en meses anteriores habían cortes de hasta 12 horas sin explicación de los organismos competentes.
Renny Mavarez, habitante de Santa Ana en el municipio Carirubana, dijo que ahora son repetitivos los bajones eléctricos que han dejado a la mayoría sin enseres. “Hay personas que quedaron sin nada, todo se les quemó por los apagones y eso no lo repone nadie”.
Karina Cuauro, habitante de Punto Fijo, comentó que en su casa perdieron a mediados de año casi todos los enseres. “Solo se me salvó la nevera, pero todo lo que tenía conectado lo perdí. He ido arreglando poco a poco las cosas, pero no es fácil y eso nadie se lo paga a uno, nadie responde”.
Los Andes no mejora
La crisis eléctrica en Los Andes es parecida a la de Occidente. Las fluctuaciones y restricciones en el servicio se mantienen. Los racionamientos no cesan en las zonas rurales.
En San Cristóbal, estado Táchira, se va la luz una vez al día por 20 o 30 minutos. Pero en las zonas rurales el apagón es hasta dos o tres veces al día por dos horas cada uno.
En Mérida y Trujillo, el reporte de los usuarios son de constantes bajones que ponen en riesgo los electrodomésticos.
Pérdidas en los Llanos
Desde el lunes 12 en la tarde, y hasta la medianoche del martes 13 de noviembre, se registraron no menos de 10 variaciones de voltaje por hora en los estados de la región de los llanos, lo que produjo una merma en las faenas agroproductivas de la región y un estado de alarma en los centros médico asistenciales.
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Adriana Candiago, productora agropecuario del sector rural El Páramo, municipio Leonardo Infante en Guárico, relató que los bajones eléctricos no le permitieron conservar la cadena del frío de la producción de leche. “Esto no se aguanta; ahora ni refrigerar la leche podemos, la energía eléctrica falla cada rato y daña los equipos. Es un caos lo que estamos viviendo”.
A más de 30 kilómetros de la ciudad de Barinas, los productores vivieron la misma situación. Rafael Monsalve, obrero de la Alcaldía y habitante de Quebrada Seca, denunció que en su comunidad la noche del martes hubo 10 bajones y dos cortes de energía eléctrica en el lapso de una hora y media.
Los centros de diálisis de Guanare y Cojedes reportaron fallas de máquinas dialisadoras. Rafael Valenzuela, de la Asociación Civil La Coromotana, informó que los constantes bajones no permitieron servicio normal en los turnos matutinos. “En ese lapso se vieron afectados unos 40 pacientes, quienes nos fuimos a casa sin la terapia”.
Martín Garza, también en Cojedes, acusó fallas eléctricas en San Carlos, donde tiene un negocio de repostería y venta de dulces. Reclamó que la luz se va constantemente e indicó que los bajones de voltaje están a la orden del día. Pese a contar con protectores en los equipos con los que trabaja, se preocupa porque eso ya no es garantía.
Dijo que en reiteradas ocasiones ha tenido que trasladar mercancía a otros sectores de la ciudad, para evitar que se le dañe. “He perdido la cuenta de las veces que he tenido que desechar productos que se han dañado por la situación de la luz. Lo más triste de esto es que uno reclama y nadie responde”.
Oriente no se salva
El servicio eléctrico en la región oriental también es crítico. Así quedó demostrado recientemente con la explosión en un gasoducto que suministra gas a las plantas termoeléctricas en Nueva Esparta desde Sucre. La consecuencia: racionamiento de hasta 12 horas y daños de electrodomésticos.
Yoraima Bernal es una de las afectadas en la isla de Margarita. “Tengo un hijo de 2 años y es injusto verlo sufrir porque no podía dormir. Uno de los aires acondicionados de mi casa se dañó y lo lamentable es que nadie responderá por esta pérdida”.
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En Carúpano, estado Sucre, cuando no ocurren apagones hay fallas en el fluido eléctrico. Los sectores más afectados son Guayacán de las Flores, Charallave, Canchunchu y el casco central. Lo mismo pasa en Maturín, estado Monagas. La zona sur, en especial las áreas rurales, son las más afectadas.
En la parte este de la ciudad, los habitantes reportan hasta cinco bajones de electricidad. Hay comunidades ubicadas en el centro que reportan suspensión del servicio por hasta tres horas en las noches, como en Brisas del Orinoco.
En Anzoátegui, Corpoelec aplica racionamiento; en especial hacia el sur, en El Tigre y Guanipa. Allí también registran bajones. Liduvina Salazar lo explica: “La semana pasada, cada vez que llovía se iba la luz y pasábamos hasta dos horas sin servicio. Pero lo que más nos afecta son los cambios de voltaje durante la mañana”.
En el municipio Sotillo, la interrupción de la energía eléctrica afectan el funcionamiento de las estaciones de bombeo de agua que surten a comunidades como El Junquito, La Caraqueña, Pozuelos y El Amparo.
En el Centro también sufren
Los aragüeños viven entre bajas de electricidad. En los últimos días se han incrementado los llamados bajones de electricidad en muchas comunidades de Aragua que han dañado equipos y han dejado a sectores con una sola fase de energía.
Reportes señalan que en los últimos días las subestaciones de Villa de Cura, en el municipio Zamora, Cagua, en el municipio Sucre, y San Ignacio, en Girardot, han presentado más fallas de lo normal y han dejado sin luz a muchos hogares.
“No te puedo decir que es saboteo, porque no es así, lo que sí es cierto es que se están incrementado los robos de cable de cobre en estas subestaciones. Cada vez que ocurre esto hay una falla de electricidad”, reveló una fuente cercana a Corpoelec que pidió la reserva de su identificación.
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Jaimer Jiménez, habitante de Maracay, dijo a El Pitazo que las fallas eléctricas lo han afectado. “Puse a cargar mi teléfono y a las 3:00 am hubo un bajón de electricidad y se quemó el cargador, la batería se abombó y al ser un teléfono sellado me dañó la pantalla, y eso no lo puedo recuperar por los altos costos”.
Los apagones son una constante en Miranda. En los Valles del Tuy, las fallas eléctricas son recurrentes. El 9 de noviembre se registró una avería que afectó el sistema ferroviario Ezequiel Zamora, tramo Caracas-Valles del Tuy. La situación provocó retrasos en la prestación del servicio y cientos de usuarios quedaron varados.
Otra emergencia similar ocurrió ese mismo día en el Hospital General de los Valles del Tuy (HGVT), que duró 30 horas y dejó el recinto a oscuras. Tanto las emergencias como las consultas externas fueron suspendidas, al igual que la atención de partos.
La misma realidad se vive a diario en las diferentes comunidades.
Vecinos de Valle Alto en Ocumare reportan que todas las noches el servicio presenta interrupciones hasta por 10 horas continuas. Ante las fallas, la empresa Corpoelec no ha dado versión oficial.