Soluciones hay; lo que no hay es voluntad política
Este minicronista quiere complementar el editorial de hoy, refiriéndose a otra solución. Es la de construir nuevos establecimientos penales. Este gobierno, no sólo cuando salió Chávez de Yare, aparentemente sensibilizado por la situación que conoció en vivo y en directo, sino a la hora de presentar esas fantasías que llama planes de gobierno, prometió construir en 2006, por boca de Jesse Chacón, quince nuevos penales en el curso de seis años. Como todo, promesa incumplida; paja. Hasta hoy, apenas han sido erigidas cuatro cárceles. De modo que el hacinamiento, que se cuenta entre las causales más obvias del clima brutal que se vive dentro de las cárceles, lo que ha hecho es empeorar con el tiempo, dado el crecimiento de la población carcelaria, que se ha duplicado durante el reinado de Chacumbele. Prácticamente el mismo número de cárceles alberga el doble de personas sepultadas en ellas. ¿Quién ha visto gobierno como éste? ¿Quién ha visto gobierno más ineficiente que éste? Nada le sale bien. No hay fracaso que no signe cualquiera de sus gestiones. No sólo arman a los presos, sino que ni siquiera son capaces de organizar la vida dentro de los penales, de modo tal de clasificar los presos por su grado de peligrosidad, separando los duros y encallecidos homicidas de los primodelincuentes, por lo general rateros, y llevar adelante programas de educación, deporte y trabajo que contribuyan a rescatar lo rescatable (que no es poco) de la población penal, así como programas posteriores de reinserción de los ex reclusos en la vida social y laboral. Pero eso necesita otro gobierno y no esta manada de charlatanes, incapaces y corruptos, que viene desgraciando al país desde hace doce años.
