Suavizando la brecha entre Educación y Tecnología, por Pablo V. Ojeda P.
Twitter: @pvojedap
Como preámbulo debo mencionar, que la brecha de educación sigue siendo una preocupación global y local en la actualidad. La desigualdad en los niveles de educación entre diferentes regiones y sectores sociales se ha vuelto un punto clave a tener en cuenta para evaluar el desarrollo económico y social de un país. Esto se hace aún más complejo si consideramos que el acceso a la tecnología digital avanzada también puede provocar un importante grado de desigualdad entre quienes pueden acceder a esta información y aquellos que no. Este blog se centrará en cómo promover el uso adecuado de la tecnología, competencias blandas o “soft skills” para suavizar esta brecha. Presentaremos una visión general del uso de estas herramientas para mejorar el nivel y calidad de educación general en muchos países.
*Lea: La educación híbrida en la pospandemia, por Pablo V. Ojeda P.
Conviene subrayar, que la educación ha cambiado significativamente en los últimos años. A medida que los avances tecnológicos han transformado nuestras vidas, muchas competencias blandas se han vuelto cada vez más importantes para el éxito académico y profesional. Esta tendencia obliga a las instituciones educativas a encontrar nuevas formas de abordar la brecha entre lo que esperan las empresas modernas de sus graduados y lo que se ofrece en los programas educativos convencionales. En la siguiente publicación exploraremos cómo esto puede lograrse al integrar la tecnología con la educación para desarrollar aptitudes digitales y sociales necesarias para el éxito en el mundo laboral actual.
Dicho de otra manera, la tecnología es una herramienta útil para reducir la brecha de educación y nivelar el campo de juego y ofrecer a todos los estudiantes las mismas oportunidades. La integración de la tecnología en el aula permite a los maestros proporcionar ayuda individualizada a cada estudiante, lo que da lugar a mejores resultados pedagógicos. Además, gracias a la tecnología, los estudiantes pueden acceder fácilmente al contenido educativo en línea y desarrollar sus competencias blandas (como el pensamiento crítico, el trabajo en equipo y la ética).
Esto reduce significativamente la brecha entre aquellos con altos recursos económicos y aquellos con recursos limitados. Por tanto, abordar la brecha de educación con tecnología puede ser una excelente forma de impulsar el éxito académico y preparar a los estudiantes para las demandas del mundo laboral moderno, que, por cierto, se encuentran muy mermadas en el país.
En otras palabras, la educación se ha convertido en una herramienta vital para preparar a las personas para los desafíos del siglo XXI. La tecnología también juega un papel importante al proporcionar acceso a la información y el aprendizaje. Sin embargo, las competencias blandas también son esenciales para garantizar que los estudiantes no solo obtengan conocimientos, sino también ciertas habilidades interpersonales y de liderazgo necesarias para triunfar en la vida laboral. El aprovechamiento de estas competencias blandas dentro del currículo escolar podría ayudar enormemente a ampliar el acceso a la educación, brindando nuevas oportunidades a quienes de otra forma no tendrían acceso a ellas. Esto beneficiaría enormemente a todos, construyendo un futuro mejor para todos.
Añado, que tenemos suficientes estudios de caso, exitosos, en otras latitudes, sobre como suavizar la brecha entre la educación, tecnología y competencias blandas, y podemos afirmar que jóvenes desempleados, que participan en experiencias formativas enriquecedoras, despliegan sus habilidades técnicas y desarrollan las competencias blandas que necesitan para un éxito laboral. Esto ha ayudado a muchos jóvenes a mejorar su perspectiva profesional al tener la oportunidad de adquirir conocimientos y habilidades de empleabilidad con el soporte tecnológico que necesitan. A través del programa, más personas han incorporado herramientas digitales en sus currículos, permitiéndoles adquirir nuevas destrezas para adaptarse mejor al mundo digital moderno.
En conclusión, nuestra sociedad ha evolucionado enormemente a lo largo de los años para alcanzar niveles más altos de educación y tecnología. Sin embargo, la brecha existente entre estas áreas todavía es muy difícil de abordar. El desarrollo de habilidades blandas puede ayudarnos a reducir esta brecha e incluso permitir un camino hacia un mejor acceso a la educación y la tecnología por parte de todos. Por ello es importante promover el aprendizaje continuo en áreas como las competencias blandas, para que todos puedan lograr su potencial pleno.
Pablo V. Ojeda P. fue director decano (2006-2012) del Instituto Pedagógico de Caracas-UPEL.
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