Familiar de Luis Parra y un FAES invaden apartamento de general obligado a exiliarse
Antes de ser invadida, la vivienda del general Rodolfo Camacho Rincones, ubicada en Valle Abajo, fue allanada cuatro veces. La familia del alto oficial huyó del país en 2018, aseguran que lo hicieron para salvar sus vidas y que todo lo que les ha ocurrido ha sido por órdenes expresas de Nicolás Maduro
El 12 de febrero de 2014, a medianoche, funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) se llevaron preso al general Rodolfo José Camacho Rincones de su apartamento ubicado en Valle Abajo, Caracas, específicamente, en las residencias Hacienda Humboldt. No hubo ni orden de allanamiento ni explicaciones de ningún tipo para la detención.
«Los Dgcim que fueron a mi casa dijeron que eran órdenes superiores que tenían que cumplir», recuerda la cardióloga María Lourdes de Camacho, esposa del general, quien asegura que la decisión fue directamente de Nicolás Maduro, quien llegó a acusar al militar de conspirar.
El general Camacho estuvo un mes preso en la sede de la Dgcim y nunca fue presentado en tribunales. Tras insistir en averiguar el motivo de su detención, el mayor general Iván Rafael Hernández Dala, jefe del organismo para ese entonces, le dijo que estaba allí «para su protección». Para sus familiares, la explicación no tuvo ni tiene lógica. Casi 30 días después del encarcelamiento, Camacho Rincones fue puesto en libertad; los mismos tres funcionarios que lo detuvieron, lo regresaron a su vivienda, nuevamente sin explicaciones.
Para demostrar su inocencia, el general Camacho -quien también es abogado con cuatro postgrados, uno de ellos en gerencia de Educación, además de haberse desempeñado como profesor de la Academia Militar- comenzó un procedimiento de tipo legal para comprobar que se le estaban violando sus derechos humanos. A pesar de estar asesorado por otros abogados especialistas en derecho militar, la recomendación final de sus colegas fue: «No hagamos nada porque este caso va a ir al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y allí van a mandar a arrestarte de nuevo porque Maduro maneja el TSJ a su antojo», rememora su esposa.
Para la fecha de la detención, Rodolfo Camacho estaba activo como general de brigada del Ejército; pero seis meses después de su liberación le dieron la baja de manera forzosa y lo obligaron a retirarse.
Vivienda de Camacho Rincones es invadida
Las irregularidades en torno al caso del general Camacho Rincones siguen sin resolverse seis años después de su encarcelamiento y, aun cuando su familia está fuera del país, las acciones en su contra continúan materializándose en Venezuela, con allanamientos ilegales y hasta con la invasión de su apartamento.
La agresión más reciente en contra de la propiedad de los Camacho ocurrió el 29 de mayo de este año, cuando su casa fue invadida por una familia integrada por tres personas: «Un supuesto funcionario de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES); su esposa Andrea Parra, quien dice ser familia del diputado Luis Parra, y una niña», detalla María Lourdes de Camacho.
La esposa del general califica a este funcionario de las FAES como un «hampón» por adueñarse de una propiedad de forma ilegal y por sacar de esa vivienda, en bolsas negras, los utensilios de su apartamento, dejando para su uso colchones, camas, sillas, ollas, juego de comedor y otros enseres.
Cuando esta familia llegó a instalarse en la vivienda, solicitaron a la junta de condominio una llave del ascensor; la cual se les negó por el retraso en el pago del condominio desde el mes de enero de 2020; sin embargo, Andrea Parra pidió el monto de la morosidad porque supuestamente, «el general con el que ella trabaja pagaría la deuda», dice la María Lourdes de Camacho, según le han comentado.
«Ellos dicen que todo es por órdenes superiores, pero nunca dicen quién es que los manda. Sabemos que todo es avalado por Maduro, porque son regímenes dictatoriales que premian a sus funcionarios policiales con lo ajeno; se roban ese bien y se lo entregan a gente que lo que hace es asesinar, torturar y robar», expone María Lourdes de Camacho.
Allanamientos y robos a vivienda de Camacho Rincones
Antes de la invasión del apartamento, la vivienda de los Camacho había sido allanada y robada en cuatro oportunidades, todas las veces por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar. En ninguna de las oportunidades ha habido una orden legal para ingresar a la propiedad.
El primer allanamiento fue el 8 de octubre de 2018, pocas semanas después de que la familia completa abandonara el país, y justamente un día antes del asesinato del concejal Fernando Albán.
Ese día, llegaron como cinco funcionarios de la Dgcim, uniformados, y buscaron a la presidenta del condominio y a unos cuatro testigos del piso 7, donde está el apartamento. El allanamiento duró aproximadamente cuatro horas, y es el que María Lourdes de Camacho considera «más decente», porque “se identificaron, fueron con un cerrajero y no entraron a la fuerza”.
En este procedimiento se llevaron una laptop que tenía el disco duro quemado, como tres celulares que tampoco servían y algunas otras cosas. Los vecinos que fueron testigos de la acción, tuvieron que firmar, en la sede de la Dgcim, una declaración que hacía constar que el allanamiento se había hecho de forma tranquila.
Lo acusan de estar vinculado al ataque con drones
Aunque no se ha confirmado si este caso está vinculado con el del Albán, llama la atención que este concejal fue detenido por supuestamente estar involucrado en el ataque con drones contra Maduro y que luego, el mandatario también involucró al general Camacho en este atentando. No obstante, la esposa del general asegura que Albán y Camacho no eran amigos, pero sí conocidos. «Habían hablado varias veces y mi esposo colaboraba con la ‘olla solidaria’ que preparaba Albán en la plaza Las Tres Gracias: llevaba verduras, pollo o cualquier cosa para hacer el sancocho. Ese era el único contacto que tenían», afirma.
Cuatro meses después, exactamente el 16 de febrero de 2019, varios funcionarios de la Dgcim regresaron al apartamento, sin orden de allanamiento y sin cerrajero. Con golpes rompieron la reja y la puerta, escogieron dos testigos al azar, a quienes les quitaron los teléfonos y obligaron a sentarse en la mesa del comedor, sin poder pronunciar ninguna palabra durante el procedimiento.
Informan los vecinos que en la mañana de hoy, sábado 16 de febrero, una comisión de la DGCIM allana (otra vez) la residencia del General Brigada Rodolfo Camacho Rincones. Su familia se salvó por los pelos hace pocos meses de ser secuestrados por encapuchados con armas largas.
— Elvia Gómez (@ElviaGomezR) February 16, 2019
«Esta vez se llevaron unas cuatro bolsas negras llenas de cosas, pero no sabemos qué. Una vez que hicieron el robo, ordenaron a los testigos que se fueran», cuenta la esposa del general, mientras añade que ese día el apartamento fue confiscado y le pegaron un papel en la puerta que decía: «Expropiado por legitimación de capitales y corrupción».
Sin embargo, aún la familia Camacho se pregunta: «¿Por qué legitimación de capitales?, si no hemos tenido nunca en nuestras vidas cargos gubernamentales, ni manejo de dinero», sostiene María Lourdes de Camacho.
La esposa del general asegura que su apartamento fue comprado con un crédito bancario que terminaron de pagar hace casi dos años. «Tenemos todas las constancias (de pago), tenemos el apartamento y dos carros, no tenemos más propiedades, no nos hemos robado nada, no tenemos casa en la playa, ¿cuál corrupción?», se vuelve a interrogar María Lourdes Camacho.
Incautación de la vivienda
En febrero de 2020 se realizaron dos allanamientos más, uno el 17 y el otro el 28. La primera fecha llegó al lugar un general, que no se identificó, acompañado de cinco supuestos funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, tres hombres y dos mujeres, todos vestidos de civil. Notificaron ante la junta de condominio que realizarían una incautación y un inventario de los bienes en el apartamento del general Camacho.
En esta oportunidad, los funcionarios estuvieron más de 12 horas en la vivienda y salieron con más cosas en unas ocho bolsas negras y notificaron que desocuparían los clósets, porque una vez más, «por órdenes superiores, se mudaría al lugar un alto funcionario de la Dgcim».
El 28 de febrero de este año, regresaron por algunas cosas que quedaban en el apartamento, por el bajante de la basura botaron la comida que había quedado en el lugar y regaron desperdicios por todo el pasillo. «Todo fue un robo a mano armada», concluye María Lourdes de Camacho sobre los cuatro allanamientos.
Torturas y amenazas de muerte
La familia Camacho había tomado la decisión de abandonar el país, paulatinamente, desde que el general Camacho Rincones había sido puesto en libertad. El primero en irse al exterior fue él, tras haber sido calificado por el régimen como opositor. Sin embargo, el resto de la familia huyó de Venezuela luego de que funcionarios de la Dgcim, el 21 de septiembre de 2018, uniformados con ametralladoras y en un carro modelo Orinoco sin placas, intentaran secuestrar a María Lourdes de Camacho y a su hijo. «Eso era un atentado contra nuestras vidas porque luego nos enteramos que la orden era buscarnos y capturarnos a nosotros porque no habían dado con el paradero de mi esposo», detalla la pareja del general.
María Lourdes de Camacho comenta que antes no había denunciado el caso porque temían por sus familiares que aún vivían en Venezuela; pero ahora denuncian porque consideran que el mundo entero debe conocer lo que ocurre en el país.
«La orden de Maduro era capturar a mi esposo y torturarlo hasta morir, como lo han hecho con otros militares. Como no nos hicieron daño físico, nos hacen daño psicológico», insiste María Lourdes de Camacho.
Torturas psicológicas
Mientras el general estuvo preso en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en el año 2014 no fue víctima de torturas físicas, pero sí psicológicas. Su esposa recuerda que «en el día lo dejaban caminar por los pasillos de la Dgcim y en la noche lo encerraban en un calabozo, ubicado en los sótanos, donde no había luz, ni agua, ni baños. Mi esposo pasaba hasta 14 horas sin poder orinar, ni tomar agua».
Igualmente, dice que la cena se la dejaban varias horas en el piso, frente al calabozo y cuando estaba llena de hormigas y chiripas era que se la pasaban. La comida que se le llevaba los días de visita, era depositada en un tobo de limpiar el piso y revisada con un palo.
En el mes que el general Rodolfo José Camacho Rincones estuvo detenido en la Dgcim perdió 14 kilogramos de peso, pues era poco lo que comía por temor a ser envenenado. Tampoco podía dormir.
Para esta familia, la desconfianza se ha vuelto parte de sus vidas, incluso estando fuera de Venezuela, porque a los pocos meses de haber abandonado el país recibieron amenazas de muerte. «Maduro le mandaban mensajes a mi esposo, con militares que lo conocen y le decía: ‘que no creyera que donde estuviéramos íbamos a estar bien, porque iba a mandar sicarios para que lo mataran, y no solo a él, sino a su familia'», asegura María Lourdes de Camacho.
Nunca se ha sabido con exactitud cuáles son los cargos en contra del general Rodolfo Camacho Rincones, pues no existe expediente. En 2014 estuvo preso supuestamente por conspirar, se le expropió el apartamento por «legitimación de capitales y corrupción» y también se dijo que estaba involucrado en el ataque con drones ocurrido en 2018 contra Nicolás Maduro; pero para su familia, el único delito del general fue «adversar este gobierno».
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