Tal día como hoy, por Simón Boccanegra
Autor: Simón Boccanegra
Antes de la llegada de Chávez al poder la conmemoración del 23 de Enero no podía ser más desleída. Los rituales discursos de orden en el Congreso, asambleas legislativas y concejos municipales y los consabidos reportajes mediáticos sobre los sucesos que culminaron ese día. Cualquier encuesta entre jóvenes revelaba que pocos,muy pocos, sabían qué cosa se recordaba «tal día como hoy». Pero, a partir del año 2000 la efeméride quedó atrapada en la dinámica de la polarización y, ahora sí, todo el mundo sabe a qué se refiere. Para Chávez no había nada que celebrar, como lo recuerda nuestra portada hoy, porque la fecha según y que era del «puntofijismo». Sintiendo que había pelado bola con ese juicio caprichoso y sectario, del 2001 en adelante, entró a arroparse con esa cobija. Entre tanto la oposición ya se afincaba en la fecha, emblemática de la lucha contra el dictatorialismo, y el 2002, ese día de enero llevó a cabo su primera gran manifestación de masas, contra la cual compitió el gobierno con el extravagante «remolino» que Chávez inventó, cuando se encontró con que «su» marcha era bastante menor que la de los adversarios. Había descubierto, sin embargo, que la fecha no tenía por qué serle ajena, y la reivindicó sin el menor empacho. Hoy, el recuerdo de esa fecha, que, irónicamente, evoca un soberbio esfuerzo unitario de los venezolanos, sólo sirve para subrayar la división que agobia al país.