Tamaño de la economía venezolana al cierre de 2019 será un tercio de lo que era en 2013
De acuerdo a cifras suministradas por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, el deterioro del bienestar de los venezolanos se evidencia en la contracción del PIB per cápita
La producción petrolera de Pdvsa muestra una fuerte caída de 74% desde el año 2013 y hasta el segundo trimestre de 2019, lo que explica en gran medida el colapso de la economía del país. Para los investigadores del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, durante todo 2019 la actividad económica continuará su declive y finalizará con un tamaño que representa un poco más de un tercio de lo que representaba en 2013.
«La economía venezolana ha continuado en franco y continuo deterioro, un proceso que se inició en 2014. Para finales de 2019, esperamos que el PIB (Producto Interno Bruto) represente sólo 39% de lo llego a ser en 2013. Este ya muy prolongado deterioro del nivel de actividad económica debe haber afectado notablemente la capacidad potencial de la economía, haciendo mucho más reducidas las posibilidades de una recuperación sostenida, aún en un contexto de políticas económicas más sensatas y eficientes, y un entorno externo que nos fuera favorable», se indica en el último Informe de Coyuntura Venezuela, publicado por los profesores Luís Zambrano Sequín y Santiago Sosa de la Universidad Católica Andrés Bello.
Resaltan que este año, la caída en el PIB que se espera es de, al menos, un 22% con respecto a 2018. Esta situación ha generado que también el PIB per cápita refleje una contracción significativa.
«En términos de bienestar el deterioro ha sido dramático. El PIB per cápita de Venezuela, que llegó a ser similar al de Estados Unidos en la década de los años 60 del siglo pasado, muy por encima de los niveles alcanzados en promedio en América Latina, hoy tan sólo representa 13%, la mitad del promedio regional. Este deterioro en el ingreso per cápita se acentuó de manera extraordinaria a partir de 2014, cuando todavía el PIB por persona era superior al promedio latinoamericano»
Coinciden los investigadores que la producción petrolera comenzó su fuerte contracción en 2013, mucho antes de que el Gobierno norteamericano impusiera severas sanciones sobre Petróleos de Venezuela, sus filiales y empresas asociadas, la cual muestra un retroceso acumulado de 74%, pasando de 2,8 millones de barriles diarios a 741 mil barriles diarios en el segundo trimestre del 2019. «La mayor parte de esta contracción se ha producido en los últimos tres años en los cuales la caída ha sido de 70,7%. La razones de este deterioro están asociadas a las severas fallas de gestión, la falta de mantenimiento, el muy bajo nivel de inversión, los pésimos servicios de apoyo y, más recientemente a las sanciones internacionales».
Este descenso de la producción acarrea a su vez una reducción de las exportaciones, principal fuente de divisas del país, que este año se estima podrán
generar tan sólo 21.800 millones de dólares, lo que contrasta con los casi $98.000 millones de 2012 (un caída de 77%).
«Curiosamente, en el transcurso del primer y segundo trimestre de este año los volúmenes exportados de petróleo han superado a las cantidades producidas, lo cual ha sido consecuencia de la acumulación de inventarios, fundamentalmente de crudos, que se produjo durante el tercer y cuarto trimestre de 2018, debido a las dificultades que impusieron las sanciones para las colocaciones en los mercados tradicionales»
Por otra parte, en 2019 se espera que las importaciones lleguen a $10.900 millones (83% menos que en 2012). «La importante contracción en las
importaciones, naturalmente, se traduce en una importante restricción que afecta el lado de la oferta de la economía, respecto tanto a los bienes de consumo final como a los insumos fundamentales para mantener en funcionamiento al aparato productivo interno».
Precios al alza
La reducción de la expansión en los agregados monetarios, la tendencia del tipo de cambio a apreciarse y la continua contracción de la demanda agregada real han incidido desacelerando el ritmo de la hiperinflación en los últimos cuatro meses, resalta el informe de coyuntura económica de la UCAB. Señala que durante este período, la tasa de inflación mensual promedio se estima en 31,2%, por debajo de la inflación mensual promedio registrada entre enero y febrero que fue de 155,5%.
«Aun asumiendo que la reciente reducción en la tasa de inflación se mantenga el resto del año, se estima que los precios terminarían incrementándose 9.416%; una tasa más baja que en 2018 (1.698.848%), pero que sin duda seguirá siendo, por mucho, la más alta de América Latina y el mundo»
Los investigadores explican que la monetización del déficit financiero del sector público, el deslizamiento del tipo de cambio nominal, la contracción de la oferta interna y externa de productos continuarán siendo los factores que empujan al alza los precios, mientras que la política económica contractiva, la reducción de las distorsiones cambiarias y la apreciación real del tipo de cambio no serán suficientes para revertir el severo problema inflacionario que desde hace ya bastante tiempo caracteriza a la economía venezolana.