También se ahogan las escuelas bolivarianas
Ahora resulta que no hay plata para financiar las escuelas bolivarianas. El ingeniero Navarro (¿Se acuerdan de él? Aquel tipo que Chávez tuvo un tiempo en el Ministerio de Educación, etc), como hombre de números, tal vez se dio cuenta de que Hugo estaba condenando el proyecto a la asfixia cuando lo obligó a arroparse más arriba de lo que le daba la cobija. Pero no dijo nada porque para jaladores, Navarro. Ayer Aristóbulo le dio ese regalo de cumpleaños al presidente: no hay real para pagar a los maestros de esas escuelas. La solución de Aristóbulo se parece a la de los gallineros que Chávez propone para los techos de los ranchos caraqueños: que los estudiantes de Educación de los primeros semestres vayan a cubrir las plazas de maestros gratiñán y que los muchachos en las escuelas críen vacas y gallinas. O sea, más improvisación, en dosis homeopáticas. Otro proyecto interesante (que viene desde la Asamblea de Educación y el ex ministro Cárdenas y que habría permitido a Chávez ganar indulgencias con escapulario ajeno, pero ganarlas, en fin de cuentas), machorreado por la ignorancia y el voluntarismo.