Tanto nadar para…, por Simón Boccanegra

La lengua es el castigo del cuerpo. Escuchemos (o leamos) a Rafael Ramírez: «Una delegación de la banca internacional visita Venezuela para verificar de primera mano el desempeño de la política económica y la gestión fiscal de las cuentas gubernamentales.» Luego el ministro detalló de qué bancos se trata: Deutsche Bank, Goldman Sachs, Credit Suisse, Citibank y otros. Más adelante nos avisa que «vamos seguir trabajando con la banca internacional. No tenemos ningún prurito en eso.» El viraje madurista da un paso de siete leguas con esto.
Hay que estar pendiente de la respuesta de la «izquierda trasnochada», es decir de Giordani y lo suyos, a este aspecto del fenomenal salto que ha dado el gobierno de Nicolás Maduro. Antes de continuar debo decir que no tengo ninguna objeción de principios a esta jugada. Es lo que había que hacer y lo están haciendo. Pero podrían tomarse la molestia de explicar, sobre todo al pueblo chavista, que puede estar desconcertado, porque el cambiazo se está haciendo después de quince años de una cháchara estúpida y cansona sobre el capitalismo y los males que produce, para que ahora le salgan, sin pasar por go, con una política de manitos agarradas con esos íconos del capitalismo mundial que son los bancos mencionados. La autocrítica está en los hechos, pero eso no basta.
Supongo que el chavista promedio quisiera oír la fundamentación de los pasos que se están dando.
Y los que deben de darse, si se quiere en verdad sacar el país del atolladero donde ellos mismos lo metieron, con desaciertos tras desaciertos. Por ahora, si uno mira hacia atrás en el tiempo conseguiría no pocos puntos de contacto entre el viraje de Maduro y el segundo gobierno de Caldera (digo, en materia económica). Tanto nadar para después ahogarse en la orilla. Pero bueno, lo importante es que están rectificando y eso no es malo.