Tapones volados, por Simón Boccanegra
En la antigua Unión Soviética circulaba un chiste subversivo. Un norteamericano esperaba el metro en Moscú y se quejaba de su retardo. Un moscovita que lo oía le replicó: «Sí, pero ustedes matan a los negros». Así razona Tarek. Usted le pregunta por los periodistas presos en Cuba y él le responde con los presos afganos en la base gringa de Guantánamo. Dicho sea de pasada, base gringa en el «Territorio Libre de América», cuyo contrato por cien años venció en 1999 y se renovó automáticamente por otro siglo, sin revire alguno. Mapurite sabe a quién le tira sus vientos. Por cierto, nos gustaría oír de Abel Prieto una declaración condenatoria de las terribles condiciones en que se encuentran los presos de Guantánamo. Pero volviendo al tema. Usted le pregunta a Tarek por la pena de muerte en Cuba y le sale con la pena de muerte en Texas.
Como el moscovita del chiste,Tarek escurre el bulto sobre el tema concreto. Lo de William Osuna fue miserablemente patético: «Qué son 73 disidentes cubanos comparados con los 250 millones de latinoamericanos que disienten de la política yanqui». ¿Cuántas neuronas habrá quemado el poeta Osuna con esta genialidad? El catire Hernández D´Jesús se hizo el loco. Dijo que no conocía bien el caso.Te enterrarán en urna blanca, catire. Pensar que esta gente se contaba entre la que hace treinta años condenó el totalitarismo soviético y la represión a los intelectuales que le era consustancial.