El fanatismo de Teodoro por los Tiburones de La Guaira, en sus propias palabras
Teodoro Petkoff escribió este texto para participar en la nota «El guairismo evoluciona y se refuerza», publicada en las paginas 18 y 19 del diario Meridiano, el 29 de enero de 2012. Por esos días, La Guaira jugaba su primera final en 26 años. El 31 de octubre de 2018, nuestro director fundador falleció y el equipo cumplió 56 años
Como todos los fanatismos políticos y religiosos, el fanatismo deportivo tiene un alto componente de irracionalidad, algo que no se puede explicar. En mi infancia existía el equipo Vargas, que se suponía representaba al entonces departamento Vargas. El dueño del equipo vivía al lado de la casa y, por eso, nosotros en el barrio éramos fanáticos del Vargas. Después ese club se convirtió en el Pampero y en un momento dado aparecieron los Tiburones, que eran representantes de La Guaira. Irracionalmente, me encontré entonces como fanático de La Guaira.
Disfruté mucho los tiempos de La Guerrilla y los tiempos previos, cuando Luis Aparicio era la figura del equipo. Sufrí los 26 años de sequía. He amenazado, en broma, al dueño de los Tiburones, Antonio José Herrera, con mandarle una carta de renuncia a la afición por el equipo como la que escribió José Ignacio Cabrujas.
Este año, lo felicito por haber tenido con el equipo una temporada extraordinaria. Sería bueno para el béisbol que La Guaira se coronara y existiera un tercer equipo fuerte, también para los fanáticos lo sería.
A Pedro Padrón Panza (antiguo dueño de los Tiburones) lo conocí pero no con la cercanía con la que he tratado a Herrera, porque somos casi contemporáneos. Una vez me pidieron que lanzara la primera bola y ahí entendí que en el terreno no se escucha nada de lo que grita la gente.
El mayor recuerdo vinculado a los Tiburones, el peor de todos, es el momento menos glorioso para mí mismo. Ibsen Martínez y yo habíamos quedado en ir al estadio, era domingo, pero yo preferí irme la playa. Ese día Urbano Lugo nos lanzó el no hit no run que acabó con la final de 1987. Es el recuerdo más desagradable haberme perdido esa oportunidad histórica.
No he renunciado a mi afición por el equipo porque no tengo ninguna alternativa que me atraiga más.
*Imagen de portada: Dibujo de Teodoro Petkoff realizado por Jacobo Borges. El original estaba en la oficina del director fundador de TalCual, y fue fotografiado por Vladimir Marcano.