Transformaciones de principio a fin, por David Somoza Mosquera

Twitter: @DavidSomozaM
«Cuando se trata de implementar un cambio organizacional a gran escala, las organizaciones más exitosas se comprometen plenamente con el esfuerzo de principio a fin», asevera McKinsey & Company en «How to implement transformations for long-term impact», donde analiza los resultados de su última encuesta global sobre el tema.
Sin embargo, embarcarse en transformaciones a gran escala no es tarea fácil ni hay garantías de que el proceso será exitoso por mucho esfuerzo que se le dedique. Los líderes pueden terminar frustrados y los resultados no como se esperaban. Y las razones las esboza la consultora.
“Estos esfuerzos generalmente comienzan con grandes aspiraciones y mucha energía y luego pierden un promedio de 42% de su valor esperado en las últimas fases del programa de transformación”, indica.
Pero no todo es negativo. McKinsey asegura –según se desprende de los resultados de la encuesta– que si bien muchos programas de transformación a largo plazo conducen a la decepción, el éxito es alcanzable y las empresas que sobresalen en la implementación tienden a superar a sus pares financieramente.
*Lea también: Coaching laboral: para cuándo, por David Somoza Mosquera
Otra valiosa revelación de la encuesta es que las organizaciones con mejor desempeño –es decir, aquellas que lograron sus objetivos de transformación y mantuvieron ganancias de desempeño durante al menos tres años– tienen varios atributos en común.
Para empezar, estas empresas tienen más probabilidades que otras de implementar un conjunto completo y riguroso de prácticas para llevar adelante la transformación; además de que logran la mayoría de sus objetivos de transformación orientados a las personas y comprometen suficientes recursos para el esfuerzo.
«Con las transformaciones, el impacto a largo plazo es más raro de lo que uno podría pensar. Si bien 56 % de los encuestados dice que sus organizaciones han logrado la mayoría o la totalidad de sus objetivos de transformación, solo 12% informa que ha mantenido estos objetivos durante más de tres años», indica McKinsey.
Esto significa que se pierde un valor significativo durante las fases de ejecución y mantenimiento. No obstante, hay una «gran recompensa» para quienes tienen éxito en la implementación.
De acuerdo con la consultora, los encuestados que dijeron que sus empresas han logrado sus objetivos de desempeño de implementación y también han sostenido las ganancias de la transformación durante más de tres años reportan el doble de la tasa de crecimiento financiero que sus pares.
Visto lo anterior, en una época de cambios cada vez más acelerados en los negocios no solo basta el compromiso de las empresas de ejecutar cambios, es crucial sostenerlos a lo largo del tiempo para medir su verdadero impacto y, de esta manera, realmente lograr un impulso.
Y como bien dice McKinsey, las organizaciones con mejor desempeño tienen más probabilidades que otras de comprometerse con tres prácticas de implementación: mantener el rigor de la implementación en las últimas fases del programa; centrarse en objetivos de «personas», incluida la experiencia de los empleados y la gestión del talento; y dedicar recursos apropiados a cada etapa del esfuerzo.
De hecho, aquellas empresas que se comprometen con las tres áreas tienen 3,4 veces más probabilidades que otras de lograr y mantener sus mejoras de desempeño durante más de tres años.
Así que aquellas organizaciones que tienen la posibilidad de emprender transformaciones no deberían pensarlo dos veces, pero sí deben tener claro que el propósito es sostenerlas en el tiempo para que realmente rindan sus frutos.
Son transformaciones de principio a fin…
David Somoza Mosquera es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo