Trump acepta candidatura y asegura que hará a EEUU «más grande que nunca»
Trump se comprometió a producir una vacuna contra la covid-19 antes de fin de año y a bajar los impuestos en caso de ser reelegido. Por contra, según subrayó, la oposición subirá los impuestos, se rendirá al coronavirus y permitirá que el caos campe a sus anchas en las ciudades estadounidenses.
Texto: Rafael Salido
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó este jueves 27 de agosto la candidatura del Partido Republicano de cara a las elecciones del próximo 3 de noviembre, prometiendo una vacuna para la covid-19, más seguridad, menos censura y una bajada de impuestos, en caso de ser reelegido.
“Mis conciudadanos estadounidenses esta noche, con un corazón henchido de gratitud y un optimismo sin límites, acepto esta nominación para presidente de Estados Unidos”, dijo Trump al aceptar la candidatura desde los jardines de la Casa Blanca, ante una audiencia de cientos de personas que -en su gran mayoría- no llevaba mascarilla ni respetaba las distancias.
Lejos de amilanarse por las críticas vertidas por la oposición protagonizar un acto de campaña en la residencia presidencial, algo nunca visto y que ha despertado dudas sobre si se trata de una decisión ética, o incluso legal, el presidente se mostró orgulloso del escenario elegido.
«El hecho es que yo estoy aquí. Lo diré de manera diferente, el hecho es que estamos aquí y ellos no», afirmó con una sonrisa en los labios que fue recibida con una cerrada ovación. «Para mí este es uno de los edificios más bonitos del mundo. No es un edificio, por lo que a mí respecta, es un hogar».
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El mandatario abordó el impacto de la pandemia en Estados Unidos y, sin mencionar el número de víctimas ni el impacto que ha tenido en la economía, con una caída de la tasa anualizada del 31,7% según datos oficiales divulgados este mismo jueves, se congratuló por las diversas medidas adoptadas por su Administración y se comprometió a producir una vacuna antes de año.
“En estos últimos meses nuestra nación y todo el planeta ha sido golpeado por un nuevo y poderoso enemigo invisible. Como los valientes estadounidenses que nos precedieron, estamos a la altura del reto. Estamos logrando terapias que salvan vidas y produciremos una vacuna antes de que acabe el año, o incluso antes”, afirmó.
Trump aseguró que su Administración se guía por argumentos científicos e insistió en que, si se adoptan las precauciones necesarias para proteger a los más vulnerables, todos los estados deberían reabrir ya sus negocios y escuelas, en contraste con su oponente Joe Biden, quien ha dicho que, en caso de que los expertos lo recomienden, estaría dispuesto a contemplar un nuevo cierre.
“El coste del cierre de Biden se traduciría en un aumento de las sobredosis de drogas, depresiones, alcoholismo, suicidios, ataques al corazón, devastación económica, pérdida de empleos y mucho más. El plan de Joe Biden no es una solución al virus, sino una rendición al virus”, argumentó Trump.
Críticas a la oposición
Trump dedicó buena parte de su discurso a criticar al demócrata, a quien incluyó en esa «clase política» que no le perdonará «nunca» el haberse saltado una de sus reglas básicas: «Yo mantuve mis promesas».
Para atacar a Biden, y al Partido Demócrata en general, Trump se vio obligado a esbozar un panorama muy oscuro en Estados Unidos, marcado por la censura y la violencia en las calles, de las ciudades demócratas.
«Vuestro voto decidirá si protegemos a los ciudadanos respetuosos de la ley o si dejamos que anarquistas violentos, agitadores y criminales campen a sus anchas», dijo en referencia a la oleada de protestas que sacudió al país a raíz de la muerte, en mayo, del afroestadounidense George Floyd cuando se encontraba bajo custodia policial y que en los últimos días se han avivado por la muerte del también afrodescendiente Jacob Blake.
Trump, visiblemente molesto por las acusaciones vertidas contra él la semana pasada en la Convención Nacional Demócrata, aseguró que Biden «no es el salvador del alma de Estados Unidos» y recalcó que los votantes nunca han tenido dos opciones más diferentes entre «dos partidos, dos visiones, dos filosofías o dos agendas”.
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El mandatario sostuvo que la oposición tiene una visión «retrógrada» y que no ve a Estados Unidos como «la nación más libre, justa y excepcional de la Tierra». «Ven a una nación malvada que debe ser castigada por sus pecados».
«Muchas cosas tienen un nombre diferente ahora —sostuvo— y las reglas están cambiando constantemente. El objetivo de cancelar la cultura es hacer que los estadounidenses decentes vivan con miedo de ser despedidos, expulsados, avergonzados o apartados de la sociedad».
Acusó a sus rivales de no querer mostrar sus intenciones, al tiempo que criticó que el exvicepresidente hubiera presentado un «programa electoral de 110 páginas» en consonancia con los designios del senador liberal Bernie Sanders.
“El manifestó Biden-Bernie aboga por suspender todas las deportaciones, implementar una política de atrapar y liberar a nivel nacional y ofrecer a los inmigrantes ilegales abogados pagados por los contribuyentes”, enumeró.
Trump, por contra, aseguró que el Partido Republicano seguirá siendo «la voz de los héroes patrióticos que mantienen a Estados Unidos a salvo y saludan la bandera estadounidense».
Mientras que Biden ha reconocido que contempla la posibilidad de subir los impuestos para hacer frente a una deuda pública que se ha disparado durante la pandemia, con el objetivo de garantizar la viabilidad de la Seguridad Social, Trump se comprometió a estimular la economía mediante nuevas bajadas de impuestos en caso de asegurarse un segundo mandato.
“Juntos somos imparables. Juntos somos invencibles, porque juntos somos los orgullosos ciudadanos de Estados Unidos y el 3 de noviembre haremos que Estados Unidos sea más seguro, haremos que Estados Unidos sea más fuerte, haremos que Estados Unidos esté más orgulloso y haremos que Estados Unidos sea más grande que nunca”, concluyó antes de que los fuegos artificiales iluminaran la noche en Washington.