Trump y Harris cerraron sus campañas en los estados clave: Pensilvania es la joya
Terminó la campaña electoral en Estados Unidos con ambos candidatos haciendo esfuerzos por convencer al electorado en Pensilvania, quizá el estado que lo definirá todo en este 2024
Este martes 5 de noviembre se decidirá la elección presidencial en Estados Unidos, incluso si el resultado tarda más en conocerse. Es la contienda electoral con mayor incertidumbre en los últimos años, no solo por el virtual empate de ambos competidores, Kamala Harris y Donald Trump, sino porque la disputa pudiera incluir escenarios judiciales posteriores.
Las dos preguntas clave son quién ganará y cuándo se sabrá el resultado. En esta contienda histórica, las encuestas indican un empate entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris en los estados decisivos. Si los resultados son ajustados, el escrutinio podría extenderse por varios días, particularmente en estados como Pensilvania y Arizona donde el conteo de los votos que se hacen por correo o de manera adelantada solo puede comenzar al terminar de totalizar los de electores presenciales. En 2020, Joe Biden tuvo que esperar cuatro días tras la jornada electoral para que su victoria fuera confirmada, a la espera de los resultados, por ejemplo, del condado de Maricopa en Arizona.
Hoy, las encuestas están más ajustadas que en anteriores elecciones recientes, sin un favorito claro. Harris parece tener una ligera ventaja en el voto popular, aunque esto no garantiza su triunfo en los estados clave. Las elecciones están prácticamente en manos de siete estados decisivos, en los que viven el 15% de los 335 millones de habitantes de EEUU. En estos territorios, Pensilvania destaca como el principal campo de batalla, donde ambos candidatos están empatados en las encuestas.
Esos siete estados concentran 93 votos del Colegio Electoral, necesarios para alcanzar los 270 que sirven para declarar a un triunfador. Pensilvania es el de mayor peso (19 votos), seguido de Georgia (16) y Carolina del Norte (16), Míchigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). En 2016, Trump ganó en todos menos en Nevada; en 2020, Biden se hizo con todos, salvo uno: Carolina del Norte.
Harris aparece en encuestas con una mínima ventaja en Wisconsin y Míchigan, mientras que Trump lo hace en Arizona, Carolina del Norte y Georgia. Si eso se confirma en votos, Pensilvania resolvería la disputa y allí ambos candidatos están empatados en los sondeos de opinión. No obstante, Wisconsin, Michigan y Pensilvania han votado de la misma manera desde 1992.
No es casual que Kamala Harris concentró todos sus esfuerzos en Pensilvania en el último día de campaña, con hasta cinco mítines en ese estado incluyendo la ciudad de Scranton, con gran cantidad de electores. Donald Trump, por su parte, comenzó el día en Carolina del Norte y terminó en Michigan, haciendo paradas intermedias en Pensilvania también.
Kamala se esfuerza por enamorar Pensilvania
Pocos hubiesen pensado que el comentario de un comendiante en un acto de Donald Trump hace una semana llamando a Puerto Rico una «isla flotante de basura» terminaría siendo determinante en un estado clave como Pensilvania. Pero le ha servido a Kamala Harris para buscar atajar por completo el apoyo en ese estado, siendo que en la ciudad de Allentown, por ejemplo, la comunidad boricua y con derecho al voto es muy importante, con un 55% de la población repartida entre puertorriqueños y dominicanos.
Allí fue una de las cinco paradas en Pensilvania de la candidata demócrata este lunes, último día de campaña en Estados Unidos. Literalmente concentró todos sus esfuerzos en ese único estado. También estuvo en Reading, ciudad industrial de ese territorio y con mayoría hispana. El esfuerzo final de Harris busca lograr destrabar el escenario de empate a 48 puntos que dan las encuestas en ese estado, donde ella adelantaba a su rival por cuatro puntos al asumir la candidatura pero fue perdiendo terreno.
Los estudios de opinión, no obstante, muestran que entre los votantes de última hora, muchos de los cuales se han declarado como indecisos, Harris logra una ventaja de casi 10 puntos. En ese estado, el gobernador Josh Shapiro es del partido Demócrata.
Por eso mismo, los actos finales Harris se dirigieron a los indecisos entre la clase trabajadora (Scranton), los hispanos (el de Allentown, más la parada sorpresa en Reading), y los urbanitas independientes, moderados o dudosos de Pittsburgh (tercer mitin) y Filadelfia, con especial atención en esta última a los afroamericanos. Allí fue su último acto, acompañada por Lady Gaga y Oprah Winfrey, en las escalinatas del emblemático Museo de Arte que se hizo famoso por las películas de Rocky.
De los 36 millones de votantes latinos repartidos por el país, históricamente demócratas pero ganados en parte para su causa por el republicano por apelar a sus bolsillos y a la crisis migratoria, entre otros asuntos, Harris ha encontrado en el insulto racista a Puerto Rico su gran oportunidad. Algo que el republicano ha intentado atajar también, cuando Trump se reunió con votantes hispanos en Reading dijo: «Nadie ama más a los latinos y a los puertorriqueños que yo».
A escala nacional, se calcula que más del 30% de los latinos que voten este año lo harán por primera vez. Una encuesta del New York Times mostró a mediados de octubre un apoyo nacional del 56% de los votantes hispanos a Harris, por debajo del 62% que logró Biden en 2020. Trump tenía un 37%, estable desde hace cuatro años.
Trump fue a tres estados
Quizá el mensaje que mejhor le ha funcionado a Donald Trump es que durante su mandato la inflación baja hacía que más personas tuvieran mejor capacidad de compra. Los números macroeconómicos de Estados Unidos sugieren que el gobierno de Joe Biden, del que Kamala Harris es vicepresidenta, ha hecho un buen trabajo. Pero aguas abajo el electorado siente que su situación económica personal no es mejor.
Harris ha enfocado su mensaje económico en oportunidades, bajadas de impuestos y apoyo al emprendimiento, con su rival preguntándose por qué no lo hizo como segunda al mando en Washington.
En su último día de campaña, Donald Trump visitó Pensilvania, Carolina del Norte y Míchigan, tres estados clave. Estuvo en total en cuatro ciudades, moviéndose en su Trump Force One.
«El 5 de noviembre será el día de la liberación en Estados Unidos. Y en cuanto llegue (al Despacho Oval) lanzaré la mayor deportación de la historia de criminales migrantes: son como animales», abrió fueros en su primer mítin del día. «Pensilvania construyó Estados Unidos y ahora va a salvar el país», dijo en el segundo, que ocurrió en Reading.
Y si bien la mayoría latina de esa ciudad, según ha recogido la prensa local, no recibió de buena manera el insulto a Puerto Rico, hay algunos electores que sienten que más allá de esos comentarios el asunto es económico: con Trump había más dinero.
Las encuestas han mostrado dificultades para capturar el apoyo a Trump en 2016 y 2020. Ahora, con ajustes en sus modelos, es incierto si podrían estar favoreciendo involuntariamente al expresidente. Además, un reciente sondeo en Iowa muestra a Harris con una ligera ventaja en un estado que Trump creía asegurado, lo que añade un nuevo elemento de intriga.
Estas elecciones han impulsado la participación anticipada, con millones de votos ya emitidos. En todo caso, será una larga noche electoral y, si el conteo se prolonga, una espera ansiosa. La decisión finalmente dependerá de cuál de los dos partidos y abanderados logren movilizar a mayor cantidad de su propia base electoral. Esta vez, cada voto cuenta.
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