TSJ: la hora de la verdad, por Simón Boccanegra
Poco a poco el TSJ se acerca a la que parece va a ser su decisión definitiva en el caso de los militares: sobreseer la causa. Si de aquí a la semana próxima las presiones tremendas que el gobierno ejerce sobre los magistrados (y que ayer lograron arrancarle un voto a la mayoría) no tienen éxito, lo más probable es que la ponencia de Franklin Arriechi, proponiendo el sobreseimiento, sea aprobada. La nueva correlación de fuerzas en el máximo tribunal no es sino reflejo de la ruptura de la mayoría del país con Chávez. Así como el comandante perdió la mayoría en la calle, la está perdiendo en las instituciones. La ruptura de Miquilena con Chávez, como una piedra que cae en un estanque, sigue produciendo ondas concéntricas. Es parte de la misma desilusión de millones de venezolanos. La decisión del TSJ será política, que duda cabe, pero no puede no serlo. Se trata de un juicio político en un país polarizado y, en definitiva, se decidirá a favor o en contra de Chávez. Como en los referendos que este convocó, en los cuales el tema era lo de menos: se votaba por o contra Chávez. Ahora no está sino recibiendo cucharadas de su propia medicina.