Tulio Monsalve: Es inminente que Gobierno y oposición avancen en una negociación
El sociólogo y analista político asegura que es imposible que uno de los bandos obtenga una victoria total sobre el otro y estima poco probable que ocurra una intervención militar extranjera en Venezuela. Cree que la negociación podría llevar a una recomposición de la Asamblea Nacional
El sociólogo Tulio Monsalve, experto en negociaciones internacionales, cree que el proyecto chavista sigue vigente por sus logros en cuanto a reivindicaciones sociales e influencia en movimientos de América Latina y otras regiones del mundo; sin embargo, considera que el Gobierno ha construido el mito de que para sostener el proceso debe mantenerse en el poder, cuando lo que motiva a las masas es una idea y una filosofía. Por ello está convencido de que en el actual momento político se impone una negociación que permita que tanto el Ejecutivo como la oposición puedan avanzar conjuntamente y encaminar al país hacia la solución de sus problemas.
“Al tema de la negociación se llega cuando te das cuenta que no puedes seguir pulseando con el otro y ganar la apuesta y aquí ninguno de los dos está en capacidad definitivamente de llevarse todo lo que está en la mesa de juego. Han comenzado (a conversar), pero es un proceso que tiene que darse en primera instancia con personas suficientemente representativas, a nivel personal muy maduras, que sean capaces de controlar el lenguaje dentro del proceso y al salir a la calle, porque la inmadurez tiene esa característica; ser inmaduro es estar tratando de buscar en cada momento cómo expresar su poder y presencia y ser más notorio, mientras más encendida y menos elaborada la palabra históricamente ha tenido resultados (negativos)”, expresó Monsalve, quien es profesor jubilado de la Universidad Central de Venezuela y docente de la Católica Andrés Bello y la Monteávila.
En entrevista con TalCual, aseveró que existe la posibilidad de las partes negocien que se restablezca o recomponga la Asamblea Nacional y el Ejecutivo la acepte como contraparte, lo que abriría espacio para nuevos escenarios. “Si se da, (puede ser) aprovechando la circunstancia de alguien como los uruguayos y los mexicanos que han sido buenos coaches y managers para este tipo de procesos”, acotó al respecto.
– ¿Cómo avizora un escenario de acuerdo? ¿Podría ser una fórmula como se practicó en Polonia, el Gobierno conserva la jefatura del Estado y la oposición forma gabinete? ¿Sería aplicable?
– En Venezuela la tradición de gobiernos de coalición es casi inexistente, salvo en esos momentos de 1958, que tuvo mucha importancia porque se creó a partir de un acuerdo de partidos y comenzaron a formar gobierno, pero duró muy poco y el costo fue que el Partido Comunista no entró. Habría que ver cómo aceptamos la negociación y luego que ellos tuviesen en capacidad de dialogar entre ellos para tener sus representantes en el nuevo gobierno.
Es difícil, porque al fondo de eso hay muchas negociaciones, un sistema de acuerdos y en el partido de gobierno a pesar de que hay una unidad y una forma lineal y bastante estalinista de manejarse, todos estos procesos hacen que comiencen a aparecer fracciones que van a querer participar de esa forma de gobierno. Sería una opción mágica y espectacular, mágica no por ilusoria sino por lo creativa que puede ser, pero también es posible.
– La Unión Europea aboga por elecciones presidenciales, pero Nicolás Maduro se ha negado ¿Unas elecciones tuteladas por la comunidad internacional sería una salida posible?
– Al hablar de la Unión Europea estamos hablando de compañías petroleras francesas, belgas, inglesas italianas y alemanas, eso juega y tiene su manera de estar presente en este cuadro, pero el que se repitan elecciones, si se crea un ambiente más flexible, hasta eso puede darse.
– La Asamblea Constituyente fue elegida en agosto de 2017. Maduro dijo que la convocaba por la necesidad de que hubiera paz en el país. Esta paz se ve hoy amenazada ¿cómo queda ese proceso constituyente? ¿La ANC puede desempeñar algún rol?
– Hasta ahora el proceso constituyente ha sido utópico porque lo que ha hecho es reproducir los esquemas de poder y formas de dirección, gestión y coordinación del partido PSUV. Allí no hay diversidad de criterios, no hay oportunidad de que temas importantes sean revisados a nivel nacional y con la presencia de todos los partidos. Ha sido hasta ahora muy poco o nada abierta al escrutinio público y sus resultados han sido totalmente oscurecidos, ocultos; si hay resultados es o están en manos de un grupo muy particular de personas que hasta ahora no han tenido ni la voluntad ni la capacidad de darlas a conocer porque tienen la limitante de la discusión sobre quién le va a dar validez o vigencia al producto constitucional, que tiene que ser el pueblo, y entre ellos hay dudas y ahí va a surgir otro problema. La Constituyente en vez de ser un factor de apoyo ha desunido al mismo partido, al Gobierno y a la comunidad frente a ella. Ha sido un factor refractario y ha sido manejado con maneras poco claras en cuanto a los posibles resultados.
– ¿Qué se hace con ella? ¿Se debe exigir como sociedad que se presente el proyecto a ver si se aprueba en referendo o echarla atrás en las negociaciones?
– Es mejor someter el producto de la constituyente a referendo, es un punto pendiente e importantísimo. Es obvio que quienes crearon el fantasma de la constituyente se van a oponer pero son una fracción del partido, no todo el partido y a nivel del mundo social, la gente se siente totalmente divorciada, ajena y desconocedora, no integrada a lo que allí se hace.
– ¿Considera que el proyecto chavista no va a ser cómo lo planteó Hugo Chávez o sigue vigente?
– Sigue estando vigente por las cosas que efectivamente logró y que a nivel internacional ha sido quienes han movilizado lo que está pasando en estos 20 años de la política latinoamericana y muchos espacios a nivel mundial, pero son ideas derivadas y expresiones y prácticas políticas que se han ejecutado que han tenido éxito y estilos políticos nuevos que han tenido resultados de esa experiencia; de allí que donde hay una presencia es a nivel de la acción popular, (es) una bandera política con un tipo de estilo, lenguaje, comparable a lo que fue la Acción Democrática de 1945, que venía preparándose desde 1936.
– Hugo Chávez habló de una economía mixta, pero durante su gestión el Estado comenzó a abarcar muchas áreas del sector económico ¿Se debe racionalizar el que Venezuela necesita del capital privado para resolver problemas de la economía, el abastecimiento y producción de bienes y servicios?
– No hay ninguna opción política hacia futuro que no busque convenir en un plano de racionalidad, ecuanimidad con el capital privado, porque solo la economía manejada a nivel central desde el Gobierno como ha sido demostrado abiertamente, reiteradamente durante 20 años, no tiene éxito porque necesita un componente de flexibilidad, apertura; no es pedir algún tipo de claudicación del modelo que se califica como social.
– ¿Debe convencerse el Gobierno de que no puede aplastar el contrario y es inminente una negociación con los otros sectores?
-Absolutamente, no hay manera de que en este juego alguno de los dos derrote como se propone al contrario, no hay derrota posible, no hay guerra final, no hay fin de la historia, es que ellos visualicen maneras de acomodarse, es que ni siquiera de llegar los marines con el clima político que hay, no hay posibilidad alguna, va a ser una barbarie, quién de los dos se va a considerar ganador y cómo lo va a tomar.
– Si bien ha habido elementos de especulación, bloqueo a financiamiento, es evidente que ha observado ineficiencia en la producción de bienes y servicios y en el tema de la corrupción ¿Cómo se corrige eso si se apuesta a quedarse con represión a las manifestación o sacando los milicianos a la calle?
– Así como hay el mito de la oposición del enemigo único que hay que derrotar hay el que ha creado el Gobierno de mantenerse en el poder para mantener el proceso y eso no tiene nada que ver, la vida social y política de la masa de la muchedumbre con sus sistemas organizativos se mantienen es por una idea, una filosofía que motiva a ese pueblo más no por el esquema de poder establecido y además lo que tú dices de los errores y problemas terribles, porque la corrupción es una creación, no es un fenómeno que irrumpe, sino que así como se van perdiendo los elementos de orientación que marcan una ideología de acción política se pierden los elementos de control social de control moral, entonces otro de los elementos a reconstruir tiene que ver con el clima moral, es una cosa bien complicada eso no puede pasar desapercibido, hay que enfrentarlo, reconocerlo y tomar medidas. Bolívar con todos sus ejemplos dijo que si contra la subversión moral no tomas medidas eso te va a derrotar. Eso se puede lograr si hay un acuerdo entre factores dignos de la oposición y del Gobierno.
Guerra poco probable
El escenario de confrontación bélica en Venezuela es visto por Tulio Monsalve como poco probable, por diversos factores, el primero de los cuales es la situación política interna en EEEUU, donde el presidente Donald Trump no las tiene todas consigo con miras a su reelección y cuenta con oposición incluso dentro del propio partido republicano. El segundo factor es el internacional ya que la hegemonía de la potencia norteamericana ha quedado atrás con la irrupción de China y la propia Rusia, y el tablero de las relaciones internacionales avanza en un reacomodo hacia la multipolaridad.
“Además, y entramos en el mundo nacional, la oposición ha descargado toda la responsabilidad del manejo de su política de la mano de EEUU, eso es más que evidente, no hay que ser un analista muy brillante para ver que ellos no tienen fuerza para hacerlo. Hay una contradicción, uno dice bueno y qué hacemos con esas marchas, son movimientos monumentales muy importantes pero si hubiese partido que pudiese capitalizarlas… Porque esas marchas llevan a la gente, la emocionan, viene lo que son los discursos, que son el clímax de ese proceso y definitivamente sabemos que en ese campo la oposición está debilitada, no tiene figuras de peso”, explicó Monsalve.
El analista considera que al presidente de la Asamblea Nacional, y quien se juramentó como presidente encargado de la República, Juan Guaidó, la gente lo sigue viendo como un “joven atrevido pero que no ha cuajado y no tiene estructura política real para ser en quien uno entregue la situación del país y confíe en él, porque no se maneja solo, existen fuerzas que lo controlan”.
A su juicio, esa falta de definición, la indeterminación política, hace que las marchas emocionen mucho, pero luego se cae en la frustración porque no se activan redes políticas.
“A las redes políticas no hay forma de organizarlas sino cuando tienes una postura política, de cualquier naturaleza centro, derecha o izquierda y la propones y la defiendes, entonces se terminan las marchas en un jolgorio y un accionar momentáneo que a las 4pm se diluye provocando una gran frustración”, insistió.
En cuanto al tema militar, Monsalve resaltó que en el estamento castrense es obvio por ahora que sigue habiendo una coherencia de quienes apoyan a Maduro. “Hay un excedente de personas contrarias pero no son significativas porque no tienen tradición y no corresponden al estamento de esta forma de poder y la logia de poder militar que se ha creado. Entonces, por ese lado como posible búsqueda de apoyo para que se produzca una ruptura y el surgimiento de una nueva forma política que conduzca a la transición es bien difícil que se encuentre como elemento de apoyo necesario a la transición, fuerzas militares que sean diferentes”.
Finalmente señaló el factor social: “Todos los planes que ha hecho la derecha y la oposición para ver de qué forma se ordena la transición, uno jamás encuentra que ellos hagan una propuesta, expongan su opinión sobre cómo piensan manejar ese mundo de gente que está identificada con el chavismo, bien o mal que le haya ido, es un sentimiento de carácter político, ideológico, espiritual, de esperanza y contra eso no hay guerra que valga. Usted propone algún tipo de acción militar y consigue acceder al poder (pero) no va a poder manejar ni los órganos administrativos, ni de seguridad callejera, ni de seguridad militar o pública ni la total del Estado, porque no se ha hecho ningún plan; suponen que llegaron y comenzaron a nombrar gente en los ministerios».
«Esa opción de transición sin apoyo de la masa chavista va a ser imposible. Es indudable que tienen gente en la calle, lo han demostrado, pero esa opción de manejo de masas no llega a asegurar tranquilidad en un proceso porque son masas esporádicas que responden a alguno de 35 partidos o no está con ninguno de ellos sino que son personas que están como es lógico que estén, afectadas por el tema de la falta de alimentos, seguridad pública, la inflación y el desabastecimiento, que son formas que se han utilizado en –Chile, Rusia, República Dominicana y no han dado resultado porque eso son presiones que lo que hacen es reforzar el espíritu defensivo nacional”.
Las críticas de Monsalve también se dirigen al oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) del que señala moviliza política, social e ideológicamente a la gente pero no han logrado realmente redes de poder popular que le permitan llegar a tener una forma para reconstruir.
«Es el fervor estrictamente ideológico y emocional por Chávez. Es lo que siguen explotando, pero no se han creado un lenguaje nuevo, una forma de organización nueva, no se ha revisado los errores cometidos, (como) la improvisación en muchas de las funciones del Estado, sino que todo se sigue apilando a un lado y esto puede ser un factor que fatigue a la masa».
El experto considera que se trata deEs un problema que tiene que enfrentar el chavismo: «El partido de gobierno se ha caracterizado por un centralismo estalinista, con poca capacidad para negociar internamente y con sus aliados, todavía no ha aprendido ese mecanismo político de negociación. Tienen una tarea pendiente para evitar que se siga dando un exclusivismo y una posición excluyente y negadora de otras fuerzas políticas porque sin esos grupos que den equilibrio a la opinática política es lo que va a permitir construir o no una red nueva y una forma de poder potente y eficiente».
– ¿Cómo podríamos recomponernos como sociedad?
– Es un proceso realmente bien importante, de los más importantes que hay, que pasa por el hecho de comenzar a crear confianza, que es un elemento muy complejo.
– No es un cheque en blanco, se gana
– Exactamente, se gana cuando haces gestos que promueven el respaldo y cooperación del otro sin fijar condiciones, cuotas, aduanas ni limitantes, sino sencillamente un juego de confianza y eso poco a poco hay que ir ganándolo, incluso con formas cooperativas y asociativas de gobierno y la gente poco a poco se deslinde de la desconfianza.
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