Un 68% de los profesores universitarios del país podría dejar de dar clases

El estudio arrojó que el 56% de los profesores universitarios han tenido que vender bienes o intercambiarlos por comida para sobrevivir
El Observatorio de Universidades (OBU), junto al Laboratorio de Desarrollo Humano, elaboró una encuesta para determinar cuáles son las condiciones de vida de la población universitaria de Venezuela donde se alertó que al menos el 68% de los profesionales de la educación han pensado en dejar su trabajo durante la pandemia por la covid-19 para dedicarse a otras labores que les permitan percibir mejores ingresos económicos.
Es decir, seis de cada 10 docentes ha pensado en renunciar a su puesto como profesores, mientras que el 62% de los estudiantes han considerado la posibilidad de dejar de estudiar durante el más de año y medio que Venezuela lleva en alarma por la pandemia
De acuerdo a las cifras presentadas en el estudio, un 56% de los profesores universitarios se han visto en la necesidad de vender bienes o intercambiarlos para poder comprar comida, mientras que se reveló que los docentes no completan las tres comidas diarias.
“Ha habido un impacto importante en la calidad de vida de los universitarios venezolanos. Que 86% de los docentes haya tenido que reducir sus porciones de comida al día, o que solo 18% de los alumnos pueda comer proteína animal con una frecuencia diaria refleja parte de este impacto”, dijo el sociólogo Carlos Meléndez, profesor de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) y director del OBU.
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Para la realización del estudio se aplicaron 4.180 encuestas en los 24 estados del país en instituciones públicas y privadas, donde se abordaron temas como seguridad alimentaria; condiciones socioeconómicas y sanitarias; morbilidad, atención en salud, servicios públicos, transporte, condiciones de estudio y trabajo; estrategias para afrontar las enfermedades y garantizarse la comida, y el bienestar psicológico de docentes y estudiantes.
Meléndez alertó que en la región Nororiental del país es donde se evidenció una mayor inseguridad alimentaria, donde el 48% de los docentes de esa zona hacen menos de tres comidas al día. En el caso de Guayana, refirieron que sus condiciones alimenticias son peores que en año 2020.
Bajos sueltos, falta de garantías de seguridad social, deficiencia en elementos como los servicios públicos y de insumos para la bioseguridad; hiperinflación y otros elementos han sido el detonante de la deserción de profesores de las casas de estudios superiores, resaltando que el sueldo de un profesor titular con doctorado ronda los 11 dólares mensuales.
“En 2001, un profesor titular ganaba alrededor de 2 mil 400 dólares. En 2021, ese mismo profesor obtiene 11 dólares mensuales por su trabajo, es muy lamentable, como lo hanseñalado los gremios que han denunciado a la reciente convención colectiva anunciada por el Ministerio de Educación Universitaria. En México y hasta en Nicaragua, los sueldos en el mayor escalafón varían entre los 1.000 y los 2.000 dólares”, expresó Meléndez.
Por su parte, la coordinadora de la OBU, Yesenia Salazar, indicó que el 70% de los profesores y el 77% de los estudiantes dependen de su teléfono inteligente para poder tener actividades académicas, siendo la app de mensajería WhatsApp la más utilizada por estos grupos con un 59% de uso, mientras que el correo electrónico tuvo un 52% de uso para las clases.
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Sin embargo, para el 83% de profesores e igual porcentaje de alumnos, la conexión a internet fue considerada de regular a mala, lo que dificultó aún más el impartir y recibir clases.
Las clases a distancia como estrategia ante la cuarentena nacional no ha sido tan efectiva como refieren las declaraciones hechas por los voceros del oficialismo. Según la OBU, el 60% de los docentes y el 48% de los estudiantes no cuentan con el servicio de energía eléctrica continuo.
Refieren además que el 88% profesores y 95% de los estudiantes no se había vacunado, y que 13% de los docentes y 17% de los alumnos había sufrido el covid-19.
Por ende y a pesar del anuncio por parte del Ejecutivo para iniciar las clases presenciales en octubre, la OBU rechazó el regreso a las aulas y exigió que hayan condiciones mínimas para poder hacer eso posible.
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