Un pollo a 400 mil bolívares, por Jesús Silva
Tribuna constitucional
Autor: Jesús Silva
En una semana este artículo estará obsoleto porque el pollo estará más caro. Yo no niego que existe imperialismo, oligarquía, oposición apátrida, guerra económica, bloqueo financiero, bachaquerismo, especulación, el narcogobierno de Colombia que nos odia, la España neocolonial de Rajoy que nos difama, el Miami rabioso que pide a Trump que nos invada y todos los demás enemigos internos y externos, directos e indirectos que tiene Venezuela.
Mi larga formación marxista me permite ver la «foto completa» del panorama nacional e internacional. Creo en Maduro, en la Constituyente y en el legado de Chávez. Pero… que broma que siempre hay un pero, yo lo que pido es generar condiciones que permitan estabilizar la economía para que el pueblo venezolano pueda comprar alimentos y medicinas a precios «pagables» y de ese modo logre sobrevivir.
Pido que los venezolanos de buena voluntad luchemos juntos contra los enemigos del país y que los derrotemos, o que por lo menos logremos tener calidad de vida a pesar de que ellos sigan existiendo y nos sigan atacando porque enemigos y guerras siempre aparecerán.
Lo que pido como chavista de a pie (que no ocupo ni deseo ocupar ningún cargo, y que vivo exclusivamente de mi trabajo personal), es que Gobierno y oposición, así como sector público y sector privado, dialoguen y se pongan de acuerdo para (tal vez pido inocentemente pues siempre los «malos» manipulan la economía con fines políticos y es el pueblo indefenso el que sufre).
Hay cientos de ejemplos del caos económico, pero me permito mencionar uno emblemático. Es un crimen que un pollo en Caracas cueste Bs 400 mil o más en enero de 2018 pues esto significa que comprando dos pollos se gasta un salario mínimo mensual. ¿Puede así sobrevivir dignamente un venezolano? ¿Podrá así sobrevivir humanamente una familia?
Ningún gobierno desea que su pueblo pase hambre y es evidente que esta crisis nace del interés de quienes pretenden derrocarlo, pues la desnutrición estimula el malestar social y de allí el siguiente paso es el estallido, a eso apuestan empresarios privados opositores que juegan con la comida del pueblo, entonces es hora ya de que se detenga el incremento desmedido de los precios.
Los aumentos de sueldo decretados por nuestro querido gobierno revolucionario para ayudar a la clase trabajadora, hay una economía agresiva que funciona por cuenta propia y que aumenta precios diariamente, razón por la cual mientras los sueldos crecen a velocidad de bicicleta, los precios suben a velocidad de relámpago. El punto es la destrucción del poder adquisitivo del ciudadano (su capacidad de compra), dicho de otro modo, cada mes que pasa tenemos capacidad económica para menos pollos. Si en enero alcanzo a comprar dos pollos, en febrero sólo podré comprar uno o tal vez ninguno.
Urge combinar acciones de una política de Estado, esto incluye: dialogar, vigilar, sancionar, para que los vendedores de carne dejen de robar al pueblo, para que se vuelva al respeto y exista un precio máximo de venta al público. Respetando ganancias empresariales pero sin abusar del consumidor. De lo contrario seguiremos en esta locura económica.
Como Doctor en Derecho y profesor de la UCV he impartido la materia «seguridad alimentaria» con base en el artículo 305 de la Constitución: «(…) La seguridad alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo económico y social de la Nación. (…)».
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