Una ñinguita de dignidad, Aristóbulo; por Simón Boccanegra
Por segunda vez Hugo lanzó una proclama de respaldo a Aristóbulo. Este hombre no tiene sentido de las proporciones ni respeto alguno por las reglas de convivencia ciudadana. Peñita debería multarlo. El mismo lenguaje jactancioso y perdonavidas de cuando lanzó el «misil» contra la CTV. ¿No hay nadie en su entorno que le diga que eso es un abuso, un acto de ventajismo y un anuncio de que se prepara el lanzamiento de todo el peso del gobierno a favor de un candidato? El primero que debería pedirle al presidente que saque sus manos de la elección sindical es el propio Aristóbulo. ¡Un poquito de vergüenza, negro! Pero este minicronista está casi seguro de que el jacarandoso Aristóbulo no lo hará. De hecho, ya demostró que no es la misma persona de antes cuando aceptó ser candidato -previa puñalada trapera a su hermano del alma. Aristóbulo tiene más de veinte años fuera de las luchas gremiales. Hace mucho tiempo que se transformó en un político profesional. Sabe perfectamente que es un paracaidista en el mundo sindical, con una misión específica: colocarle una prótesis oficialista al movimiento obrero. Por eso, más bien quiere que Hugo salga a hacer campaña junto a él. Quiere asegurarse aunque sea el cargo de bedel.