Una pelota de real mueve el béisbol nacional

Autor: Tony Cittadino
Este jueves 6 de octubre arranca la temporada 71 de la Liga Venezolana de BeisbolProfesional, con el gran reto de esquivar los malos pitcheos de la situación económica y la inseguridad. Los ocho equipos ya están listos para saltar al terreno y luchar por el título de la campaña que se jugará en honor de Doña Lilia Silva de Machado.
Pero, ¿quiénes son los dueños que están detrás de todo este negocio? Sí, porque al final el beisbol es un negocio. Dejando a un lado las pasiones y el fanatismo, del juego del bate y la pelota se desprenden miles de personas en nómina de forma directa o indirecta, que va desde el pelotero hasta el encargado de la limpieza en el estadio.
Desde que la LVBP se fundó en 1946 ha sido un negocio familiar, pero que ha ido creciendo con mayor fuerza y organización en este siglo. Parte de su éxito es que es una liga privada, que ha sabido tener éxito en los buenos momentos y temple en los difíciles. Además tiene un gran arraigo en la población, porque en nuestro país el beisbol es un fenómeno deportivo, social y cultural.
El gobierno nacional entrega dólares preferenciales a los equipos para poder cubrir parte de los gastos que genera una temporada. El monto solicitado se ha mantenido cercano a los 12 millones de los verdes
El gran vuelco en este negocio lo iniciaron los Leones del Caracas. Los melenudos, que desde el 8 de agosto de 1952 fueron manejados por las familias Morales y Prieto, pasaron el 18 de abril de 2001 a manos de la Organización Cisneros.
La venta generó un cambio organizacional que no sólo se vio reflejado en el terreno, con los títulos en las zafras 2005-2006 y 2009-2010 y la Serie del Caribe 2006, sino en la creación y reforzamiento de sistema de ligas menores, trabajo social y mercadeo. Eso sí, mucho mercadeo. El Caracas pasó a tener un conjunto de tiendas propias con ropa oficial del equipo, que se fue extendiendo con el pasar de los años por el resto de las franquicias.
Un modelo similar lo adoptaron los Bravos de Margarita. Los insulares aparecieron en la Liga en la temporada 2006-2007, luego de mudarse a Margarita y tomar el lugar de Pastora de Los Llanos, que jugaba en Araure. Tobías Carrero, dueño de Multinacional de Seguros, llevó adelante este proyecto que se ha ido asentado en la isla y buscando la identidad propia de los margariteños. No ha sido un trabajo fácil, pero han armado una organización profesional.
Por su parte, las Águilas del Zulia se mantienen como una empresa familiar, dirigida por décadas por la familia Machado. Igualmente sucede con Cardenales de Lara y la familia Oropeza, al igual que en su momento lo fueron los Tiburones de La Guaira con Pedro Padrón Panza.
Hay equipos que se manejan a través de la figura fundaciones y cuentan con el apoyo estadal. Los Tigres de Aragua, recientes campeones, son una muestra. Los felinos vivieron su época dorada del 2003 al 2011 con seis títulos y una Serie del Caribe en 2009. En su momento, eran presididos por Rafael Rodríguez Rendón y tenían el espaldarazo del gobernador de Aragua, Didalco Bolívar.
Sin embargo, problemas legales llevaron al ex pelotero Carlos Guillén al frente de los Tigres como presidente y la reestructuración organizacional, sumando, por ejemplo, al estelar David Concepción como vicepresidente. Los recursos otorgados por el gobernador Tareck ElAissami son parte fundamental del crecimiento de los felinos.
Los Navegantes del Magallanes también se manejan a través de una fundación y suelen contar el apoyo del gobierno regional. Si bien los turcos son un poco más independientes que sus vecinos, recordemos que años atrás el ex presidente Hugo Chávez pidió al entonces gobernador Luis Felipe Acosta Carles la expropiación del equipo. Por fortuna de todos, no sucedió.
Caribes de Anzoátegui es otro de los equipos que ha sabido manejarse y ha crecido como organización. Parte de sus ingresos también llegan por la gobernación y por el apoyo del ex grandeliga Magglio Ordóñez. La tribu se unió a los campeones de la Liga en las temporadas 2010-2011 y 2014-2015.
A ponchar la inseguridad
Uno de los puntos claves de esta contienda, es que todos los juegos en día de semana comenzarán a las 7:00 de la noche. La medida fue adoptada por todos los equipos de la Liga, luego de que en la zafra pasada aplicaran este experimento Caracas, La Guaira y Bravos. Los resultados fueron buenos, porque se redujo la hora de salida del estadio, factor que beneficia a los peloteros, los periodistas, los fanáticos y los trabajadores.
La grave situación con la inseguridad no le permite al venezolano ponérsela “bombita” al malandro. Por el contrario, como si se tratase de un bateador experimentado, el fanático intenta no hacer swing a pitcheos malos. Usa todas sus habilidades para resguardarse y que no lo ponchen parado.
El ministro de Justicia, Néstor Reverol y el ministro del Deporte, Mervin Maldonado, se reunieron semanas atrás con los directivos de la Liga y de los equipos y quedaron en garantizar la seguridad, tanto fuera del estadio, como en las rutas en donde se dirijan los fanáticos y los equipos.
En la campaña pasada, una persona debía llevar en promedio cerca de 12 mil bolívares, casi un sueldo mínimo de entonces, para disfrutar un juego e ir con lo justo: entrada, comida, bebida y transporte
El secuestro y robo hace tres semanas por vía terrestre al equipo de fútbol nacional Trujillanos, prendió, nuevamente las alarmas. La mayoría de los equipos y circuitos de radio van de “rolling” a los estadios. Se trasladan en carretera y se viaja en avión cuando se va a los extremos del país: Zulia y Nueva Esparta, sede de Águilas y Bravos, por ejemplo. Claro, tampoco es que ir en avión es un lujo, porque actualmente hay menos vuelos y más retrasos que de costumbre. Ya en la temporada pasada hubo juegos que empezaron un poco más tarde porque los equipos o la cuarteta de árbitros llegaron tarde o el equipaje no llegó a tiempo.
Reto económico
La logística de los clubes también ha debido reorganizarse por los costos, tanto de viajes, como de alojamiento y comida. Varios directivos expresaron su preocupación durante los meses de julio y agosto, pues los hoteles ya no suelen ofrecer un presupuesto con antelación debido a la inflación.
De hecho, uno de los métodos de acuerdo es el intercambio por publicidad y negociar para cancelar los gastos. Esta fue una de las causas por las que se eliminó jugar el Round Robin en enero y se pasó a disputar series directas desde la temporada 2014-2015. Para los equipos era más sencillo cuadrar la logística semanal en dos ciudades, que hacerlo en tres o cuatro.
Y es que de la crisis económica del país no se salvó ni la pelota. El bajón del poder adquisitivo y la inseguridad, alejaron a los venezolanos de los estadios. La asistencia total a los siete parques durante la ronda regular fue de 1 millón 870 mil 698 personas, lo que representa una disminución de 26.54% con respecto a la campaña 2014-2015. Para entonces, asistieron 2 millones 235 mil 106 personas.
El equipo que menos entradas vendió fue Águilas del Zulia. Los números en el estadio Luis Aparicio “El Grande” de Maracaibo reflejan que asistieron en ronda regular 173 mil 692 personas, es decir 55.87% menos que el año pasado.
El club que tuvo una menor disminución fue Leones del Caracas, con 9.57% menos boletos que en la zafra pasada. En la 2015-2016 la venta bajó a 397 mil 339 boletos. Las otras divisas que cerraron en rojo fueron: Caribes (-42,01%), Aragua (-37,98%), La Guaira (-35,12%), Lara (-15,03%) y Magallanes (-12,57%). El único equipo que pudo celebrar en medio de todo fue Bravos. Sus números se incrementaron en 24.86% y la asistencia mejoró a 163 mil 745 personas.
Como es costumbre, al menos en las últimas temporadas y por la limitación del control de cambio, el gobierno nacional entrega dólares preferenciales a los equipos para poder cubrir parte de los gastos que genera una temporada. El monto solicitado se ha mantenido cercano a los 12 millones de los verdes, que son aprobados muchas veces sobre la hora, pero siempre se liquida, a pesar de la molestia de otros sectores en espera de divisas, como la salud y alimentación.
Si bien el panorama para esta temporada no es muy alentado, los equipos deberán reinventarse para llevar a más venezolanos al estadio. Una petición expresa que hizo el presidente de la Liga, Oscar Prieto Párraga.
En la campaña pasada, una persona debía llevar en promedio cerca de 12 mil bolívares, casi un sueldo mínimo de entonces, para disfrutar un juego e ir con lo justo: entrada, comida, bebida y transporte. El aumento de las entradas y los alimentos fue una de las quejas más comunes durante toda la contienda. Eso sin contar, que el precio de la mercancía original de los equipos también se disparó. Una camisa pasó de 3 mil 500 bolívares a 23 mil 500 y una gorra de mil 500 a 10 mil 500.
Este año no se conocen los precios completos de los productos, pero por ejemplo los abonos también se incrementaron. El más caro del Caracas (Palco de Terreno) está en 351 mil 536 bolívares, cuando en la 2014-2015 era de 92 mil 586. El más barato era las sillas verdes de estudiantes y pasó de 7 mil 160 bolívares a 61 mil 701 bolívares.
Lo que le espera al fanático y a los equipos no será fácil, porque las prioridades son otras. Pero, al final de todo, el beisbol profesional venezolano es la gran válvula de escape de tensión en nuestro país y la Liga es una de las instituciones más sólidas y con credibilidad de la nación. Algo que a estas alturas del juego, no todos pueden decir.
Así que desde esta noche comienza la fiesta nacional del país. Con un ojo se verá la pelota y, con el otro, el venezolano seguirá atento a los acontecimientos políticos y económicos diarios que quedan por delante.
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