Una vieja pero buena, por Simón Boccanegra
Este minicronista, como señor mayor que es, recuerda bien los tiempos en que Pérez Jiménez llevó a cabo un plebiscito, en diciembre de 1957, para asegurarse cinco años más de mando. PJ inventó esa mamarrachada para sortear el obstáculo que su propia Constitución había creado. El artículo 101 o 110 -eso sí no lo recuerdo bien (y a lo mejor ninguno de los dos números)- de la «bicha» perezjimenista, mandaba la realización de elecciones universales, libres y directas. Pompeyo Márquez, que entonces se llamaba Santos Yorme, solía decir que a PJ lo iba a ahorcar su propia Constitución. Así fue. La violación, con aquello del plebiscito en lugar de elecciones, fue tan obscena que precipitó la crisis en las Fuerzas Armadas. El final de este cuento es historia. No sé qué extraña asociación de ideas me lleva a sacar del baúl de la memoria este recuerdo. Será porque veo ahora a otro presidente con ganas de saltarse a la torera una Constitución que de algún modo tiene su huella.