Unidad Democrática del Sector Educativo pide luchar contra la brecha de desigualdad
La Unidad Democratica del Sector Educativo (UDSE) junto a otras organizaciones firmaron un manifiesto en el que comunicaron su decisión de «luchar por una educación que forme ciudadanos con una conciencia que contribuya a restituir el Estado de Derecho»
La Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE) se reunió este miércoles 31 de mayo para proponer distintas ideas en defensa de la educación democrática y luchar contra la brecha de desigualdad generada por las distintas problemáticas en las instituciones educativas que afectan directamente a docentes y estudiantes.
Desde la sede del Instituto de Mejoramiento Pedagógico del Magisterio, ubicada en Los Dos Caminos, docentes de la Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE), Federación Venezolana de Maestros (FVM), Asociación de Educadores Jubilados y Pensionados de la Región Capital, Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes (Fenasopadres), representantes de la Federación Nacional de Estudiantes de Educación Media (Feneem) Y Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv).
Keta stephany, secretaria de información de Fapuv afirmó que el estado se retiró de sus obligaciones en materia educativa, salud y derechos sociales en general y pidió al Estado mayor compromiso «independientemente de quien asuma en el Gobierno».
«Necesitamos de la democracia para la restitución de derechos como la educación que está siendo violada en materia generalizada. Planteamos que además de la lucha de la sociedad, es indispensable la formación ciudadana», ratificó.
Señaló que los docentes salen a luchar por salarios porque en Venezuela la educación es un voluntariado. “La educación pública es una donación de tiempo y talento porque no nos pagan para hacerlo”, dijo en referencia a los bajos salarios que perciben los educadores y acotó que “sin financiamiento de la educación no es posible resolver los problemas.
Insistió en que la pobreza de ingreso del país se debe a que no hay un salario significativo que ayude al ingreso familiar.
Por su parte, Ofelia Rivera, coordinadora de la UDSE, destacó que la crisis educativa es problema de toda la sociedad venezolana, por lo que instó a toda la ciudadanía a involucrarse para «convertirnos en defensores de la educación democrática».
Rechazó que el gobierno nacional incentive el “horario mosaico” debido a que este tipo de iniciativas acentúan la desigualdad porque “quienes tienen oportunidad de estudiar en colegios privados sí tienen sus horas completas de clase, mientras que los que estudian en escuelas públicas asisten máximo tres días por semana”.
En este sentido, Sebastián Bazo, representante de Feneem expresó su preocupación debido a que no hay educación de calidad. «En las instituciones privadas se ve cierto nivel de educación que les permite acceder a una universidad, pero en los liceos públicos esto ha sido afectado en mayor medida. Si no se ve un horario completo de clases, si los profesores y estudiantes no tienen recursos para asistir a las instituciones, las posibilidades de los estudiantes de instituciones públicas a entrar a las universidades será muy baja», dijo.
Afirmó que el deterioro del sistema educativo ha obligado que los jóvenes a irse del país. Pese a esto, hizo un llamado para «no abandonar y seguir luchando por la educación».
Carmen Teresa Márquez, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros, enfatizó que la emergencia humanitaria compleja en la educación cada vez es más profunda, por lo que la brecha de desigualdad social se ha acentuado.
Afirmó que 11% de la población infantil, entre cero y cinco años, en las zonas más pobres del país se encuentran en desnutrición aguda, «lo que se traduce en que esos niños tendrán un menor desarrollo cognitivo y menores posibilidades de acceso a la educación».
La presidenta de la FVM recordó que un millón y medio de niños y niñas están excluidos del sistema escolar, mientras los que logran mantenerse no reciben la formación prevista en los planes de estudio, debido al déficit de maestros causado por la destrucción del salario y de la carrera docente. A eso se suman las condiciones inadecuadas para el trabajo académico y la falta de políticas efectivas de bienestar estudiantil. Tampoco hay escuelas suficientes y las que existen no están dotadas de los bienes y servicios necesarios.
A través de un escrito firmado por las organizaciones que asistieron al encuentro, los representantes de los sectores educativos insistieron en que «la pandemia de covid-19 agudizó las carencias de nuestro subsistema de educación básica: fueron dos años prácticamente sin escuela, sin estudio, sin atención escolar, durante los cuales los alumnos fueron promovidos de año sin haber recibido la formación correspondiente. El regreso a la presencialidad no ha contado con las necesarias medidas y programas para superar el déficit de enseñanza, ni para reincorporar a los miles de jóvenes excluidos del sistema. Prácticamente no hay educación, y sin educación, no hay formación ciudadana. El Estado ha abandonado sus responsabilidades constitucionales de hacer cumplir la educación como derecho humano, profundizando así un cuadro de desigualdad social».
En su escrito, la UDSE hizo un llamado «a unirnos en la tarea de convertir la educación en elemento clave de la superación de la emergencia social, del desarrollo científico, tecnológico y humanístico, de la realización individual, de una estrategia de desarrollo en Venezuela y de la reconstrucción de la democracia».
*Lea también: Luisa Pernalete: «Un millón y medio de niños y niñas no están escolarizados»