Universidades públicas venezolanas retroceden en los rankings educativos
La Universidad de los Andes (ULA) fue la única seleccionada dentro del ranking 2023 del Times Higher Education, aunque retrocedió 200 puestos en comparación al año anterior. También se recibieron reportes de la Universidad Simón Bolívar (USB), la Monteávila y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). La investigadora María Restrepo aseguró que, bajo las actuales condiciones, “no habrá incentivos para que exista una generación de relevo de investigadores, y fomentará aún más la idea del desplazamiento de las universidades como creadoras de conocimientos por un sistema paralelo de universidades y espacios que adoctrinan y construyen identificación hacia un modelo educativo sin parámetros de calidad”
El retroceso de la calidad universitaria venezolana quedó reflejado en la medición 2023 del Times Higher Education, una institución británica que genera un análisis de datos sobre las comunidades académicas y que proporciona información confiable sobre el desarrollo y desempeño global y regional de las universidades.
La Universidad de los Andes (ULA) fue la única seleccionada dentro del ranking, aunque retrocedió 200 puestos en comparación al año anterior, al ubicarse en el puesto 1.501 de las universidades de todo el mundo, señaló la investigadora de la alianza Todos por la Educación, María Restrepo.
El Times Higher Education también recibió reportes de la Universidad Simón Bolívar (USB), la Monteávila y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Solo la USB logró mejorar sus puntuaciones generales, respecto a investigación y citas de investigación con perspectiva internacional, impacto y enseñanza, destacó Restrepo.
Para la investigadora, estos resultados son “preocupantes para la comunidad universitaria en Venezuela” pues evidencian el deterioro en la calidad educativa. Además hizo hincapié en el caso de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la cual no ingresa al ranking en ninguna de sus categorías desde el 2018.
“Para aquel entonces, clasificó en el puesto 801-1000, una cifra que dista mucho de las pretensiones de la comunidad universitaria y de esa excelencia que estamos acostumbrados a escuchar (…) Hay un claro desmantelamiento de los objetivos centrales de una casa de estudio y ¿cuáles son? Pues crear conocimiento e investigación que influyan directa o indirectamente en el desarrollo de nuestra sociedad”, comentó.
Fuera del ranking también se encuentran la Universidad del Zulia y la Universidad de Oriente.
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Sobre estos datos, la coordinadora del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la USB, doctora Gloria Buendía, explicó que la investigación se ha vuelto inviable en esa casa de estudios debido a un inexistente presupuesto universitario. “Lo poco que el Gobierno otorga sirve, y con dificultad, para el pago de nóminas. Es una realidad que ha causado una fuga de investigadores a otros espacios y recintos universitarios de otros países en la región”.
Durante un foro de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas Naturales el pasado 19 de octubre, Buendía señaló que en diversas oportunidades el Decanato de Investigación de la USB tuvo apoyo de múltiples programas e instituciones para llevar a cabo sus proyectos. Actualmente solo tienen un programa de bonos abierto que funciona como reconocimiento a los investigadores que logran publicar sus trabajos en revistas de alto nivel.
En el caso de la ULA, el doctor y profesor jubilado Alejandro Gutiérrez señaló que el Consejo de Desarrollo Científico obtuvo un fondo aproximado de $34.791 en el año 2015, monto que se redujo en 2019 a $400. En 2020 no se realizó ninguna asignación de fondos, mientras que en 2021 se recibieron $239 y este año solo han recibido un aproximado de $100.
La investigadora María Restrepo aseguró que, bajo las actuales condiciones, “no habrá incentivos para que exista una generación de relevo de investigadores, y fomentará aún más la idea del desplazamiento de las universidades como creadoras de conocimientos por un sistema paralelo de universidades y espacios que adoctrinan y construyen identificación hacia un modelo educativo sin parámetros de calidad”.
Restrepo reconoció que algunas casas de estudio hacen esfuerzos con el poco dinero que reciben para continuar en la generación de conocimiento e investigación. “Los académicos venezolanos siguen queriendo aportar al debate de las ideas y enfrentar la imposición de pensamientos, pero la inversión estatal en este capital es vital para la reactivación de las universidades y la lucha contra el oscurantismo”.
Con información de nota de prensa