Uribe pide beligerancia para el hampa venezolana, por Laureano Márquez
Bogotá. (SNE, que no CNE) El presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez informó hoy, a través de su secretario de prensa, que piensa enviar una misiva a su homólogo venezolano con la finalidad de solicitarle que se le dé al hampa venezolana status de beligerancia. Considera el presidente colombiano que, por producir el hampa del país vecino más muertos que el conflicto armado que desangra a Colombia, el asunto reviste mayor gravedad (por no decir suprema) y él se ha ofrecido, de manera unilateral, a mediar entre ambos grupos, quiéralo el presidente Chávez o no.
Lo primero que el presidente Uribe pide es que se reconozca a la delincuencia venezolana como un ejército en armas que produce más muertos en Caracas que los que el genocida de Bush produce en Irak cada semana, con lo cual tiene ya dimensiones de una guerra internacional. Al regularizar el conflicto, el enfrentamiento malandros-ciudadanos podrá regirse por la convención de Ginebra, o en todo caso por la de Caballito Frenao. La idea es que los cuerpos policiales venezolanos se mantengan neutrales, como han hecho hasta el momento, y regularizar atracos y secuestros .
Según el presidente de Colombia, el acuerdo se regiría por los siguientes lineamientos:
-Se creará una «zona de despeje» donde los malandros no atracarían a nadie y donde ellos tampoco podrían ser detenidos.
-Se prohíbe el «secuestro «, el ruleteo y la captura de rehenes.
-Se prohíbe la agresión a terceros no involucrados en el atraco y/o mirones desprevenidos ajenos al conflicto.
-No podrán ser asesinados niños, mujeres, ni ancianos.
-Los atracos se realizarán siguiendo la convención internacional y se iniciarán con la clásica expresión de advertencia: «¡Manos arriba, esto es un atraco!».
-Los trabajadores del transporte público quedan exonerados de ser atracados en los vehículos que ellos conducen, sin que esto implique la supresión del delito en contra de terceros.
-Los sábados en la noche se suspenden las hostilidades, a objeto de que la gente pueda ir al cine, a cenar o a otras cositas a discreción, en vías solitarias y mal iluminadas.
-Queda terminantemente prohibido el maltrato a las víctimas. Si ésta debe ser asesinada, se procederá, en lo posible, limpiamente, evitándole dolor, tortura o situaciones infamantes.
-Por su parte, las víctimas se comprometen a prestar la mayor colaboración posible con los malandros en los siguientes términos: No resistirse a la autoridad hamponil.
-Tratar de cargar encima suficiente dinero en efectivo, a fin de evitar que el delincuente pierda la paciencia al no ver recompensado su esfuerzo.
-No aferrarse a los vehículos como si fuesen el Santo Grial y recordar que se trata de un pedazo de hierro con 4 cauchos, que se puede comprar otro o que se puede vivir sin carro.
-Una vez iniciado un atraco, está prohibida cualquier actitud hostil o agresiva que provoque la justificada ira del malandro.
-Se pueden establecer normas preventivas, como las habituales rejas, alarmas en los vehículos, tranca palancas, etc.
En estos términos, según Uribe, podría regularizarse el tema de la violencia hamponil en Venezuela. Al ser reconocidos como ejército beligerante, podrá crearse un Comando Unificado Malandril que coordine las acciones delincuenciales y con quien pueda negociarse la devolución de secuestrados, pago de rescate por vehículos robados, etc. Naturalmente, al reconocérsele representación política, los delincuentes –según el presidente colombiano– podrían constituir un partido con posibilidades de presentar candidatos a cargos de elección popular. Dicha organización debería llevar en sus siglas la palabra «choro» para diferenciarse de otras formas delincuenciales de cuello blanco ejercidas por otras organizaciones políticas. Se recomienda a las autoridades electorales evitar situaciones fraudulentas que perjudiquen al partido «choro», a objeto de evitar situaciones desagradables.
El presidente Uribe señaló que ya tiene en su poder las coordenadas de Jeferson de Jesús, Wilkerson, Robinson y Kevin Aleixi y que, apenas el gobierno venezolano autorice, mandará un par de helicópteros a recogerlos y así pagarle el favor al presidente venezolano.
Advertencia: El siguiente escrito es del género ficción humorística absurda. Es decir, lo que se cuenta es mentira (NO HA SUCEDIDO Y SERÍA INADMISIBLE QUE SUCEDIERA) y además, pretende mover a quien lo lea a la hilaridad, broma o gracia. De modo que todo lo que seguido se dirá es un invento, eso que los latinos (de Roma) llaman animus jocandi. No obstante, esta advertencia, aunque forma parte del escrito, sí que es seria. ¿Sí se entiende? ¿No?