El Vaticano tiende «puente de solidaridad» para los migrantes venezolanos
También está previsto organizar curso de “Advocacy” (Patrocinio) para formar a los trabajadores de las conferencias episcopales, ya que entre las ayudas que se darán a los inmigrantes está también la de “incidencia política y asistencia legal”
Las Conferencias Episcopales de ocho países –Ecuador, Colombia, Brasil, Perú, Paraguay, Chile, Bolivia y Argentina– con la asistencia del dicasterio (ministerio) del Vaticano que se ocupa de inmigración, han preparado un proyecto humanitario que dará ayuda a “varios cientos de miles de venezolanos” que se han visto obligados dejar su país.
El Vaticano presentó el programa llamado “Puentes de solidaridad – Plan pastoral integrado para asistir a los inmigrantes venezolanos en Sudamérica”, creado tras la petición del papa Francisco de “recibir, proteger, promover e integrar a inmigrantes y refugiados” y ante el flujo masivo de venezolanos.
El subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano integral, que se ocupa de inmigración, Fabio Baggio, explicó que en septiembre de 2017 las conferencias episcopales de los ocho países sudamericanos comenzaron a elaborar un programa para hacer frente a la presencia masiva de inmigrantes venezolanos.
Este programa, del que podrán también beneficiarse inmigrantes de otros países, consiste en crear centros de servicio y albergues para migrantes vulnerables, asistencia en temas de vivienda y búsqueda de trabajo e inclusión social y facilitación de accesos a servicios de educación y salud.
También está previsto organizar curso de “Advocacy” (Patrocinio) para formar a los trabajadores de las conferencias episcopales, ya que entre las ayudas que se darán a los inmigrantes está también la de “incidencia política y asistencia legal”.
Las conferencias episcopales tienen también previsto llevar a cabo campañas de sensibilización de las comunidades locales ante el fenómeno migratorio.
Baggio explicó que aún es demasiado difícil de calcular cuántos inmigrantes podrán beneficiarse de este programa, pero afirmó que el objetivo es ayudar a “varios cientos de miles”.
Por el momento, añadió Baggio, es un proyecto de dos años de duración y para el que el dicasterio ha destinado 400.000 euros por año para repartir entre los ochos países y gracias a donaciones privadas, que se unirán a los fondos que destinará cada conferencia episcopal.
Baggio explicó a Efe que el papa fue informado en septiembre de la propuesta y animó a seguir adelante para “ayudar y asistir” a los inmigrantes venezolanos, y sobre todo “estaba muy feliz porque la iniciativa surgía de la colaboración de las conferencias episcopales, que es lo que él desea”.
Por el momento la Iglesia de Venezuela no está incluida en el proyecto, pero Baggio valoró la colaboración positiva que están teniendo los gobiernos de los ochos países implicados a la hora sobre todo de ayudar en la asistencia para las gestiones burocráticas, como la regularización de estos inmigrantes.