Olas de contagios de covid-19 condicionaron la movilidad en Venezuela
Además de ser el único país de de Iberoamérica que no cuenta con un plan nacional de seguridad vial, Venezuela es el primero de la región con la mayor cantidad de muertes ocurridas por accidentes de tránsito, con un porcentaje de 33,7 por cada 100 mil habitantes
En Venezuela, la pandemia motivó la desobediencia hacia las normas viales que, según Pedro del Médico, miembro fundador de la Red Venezolana de Seguridad Vial, la ciudadanía venía cumpliendo «medianamente». Para él, en paralelo al coronavirus se ha venido desarrollando lo que denominó como «síndrome via covid-19», que no es más que el irrespeto de los peatones de los semáforos por estar siempre «aforada» y esquivando a otras personas para evitar contagiarse.
«El virus se metió en la consciencia ciudadana. La gente ya no respeta los semáforos: ‘tengo que comerme la luz porque detrás de mí viene el virus que me quiere tragar’. Ese pensamiento ha permitido que nosotros en en el país sobrepasemos las normas viales que veníamos respetando. Creo que tendremos que hablar pronto de lo que yo llamo síndrome vial covid-19», dijo el experto durante el quinto encuentro de seguridad vial «Perspectivas y Retos para la Seguridad Vial en el Mundo y en Venezuela».
Para él, hubo un descenso importante de la movilidad debido a la pandemia, que puede variar según se dan las olas de contagios del coronavirus. Reseñó que esto generó en otros países que el uso del transporte público se redujera en un 33% e hizo que la bicicleta se convirtiera en el medio de transporte predilecto de los ciudadanos que evitaban tener contacto con otras personas para no infectarse. Mientras, en países más desarrollados, por lo contrario, incrementaron los niveles de contaminación porque aumentó el número de personas que empezó a utilizar vehículos privados.
TalCual buscó un mapa del Banco Interamericana de Desarrollo muestra como durante marzo la movilidad de personas en el país se mantuvo entre 0 y 25% en la mayoría de los estados. Sin embargo, en meses posteriores, como junio, las zonas de calor empezaron a cambiar en todo el territorio nacional y se vio mayor desplazamiento. Este cambio coincide con las primeras flexibilizaciones de la cuarentena, que en ese entonces consistía en un esquema de 5+10, que posteriormente pasó a ser 7+7. Para este primer trimestre de 2020, aún no se había producido en el país la primera ola de contagios. Fue en agosto – el 8 de agosto para ser exactos- cuando el coronavirus llegó a su cúspide y rompió el primer récord de contagios registrados hasta el momento con 1281 nuevos casos.
Pero, en comparación con la situación general de la región, al menos en el país no sólo la pandemia ha obligado a los venezolanos a usar la bicicleta como medio de transporte. Ya desde antes de decretarse el confinamiento, las fallas en el transporte público del país, al igual que la escasez de gasolina, posicionó a biciclo como el móvil más factible para los ciudadanos. Para 2020, transportistas reportaban la paralización del 80% de sus unidades por falta de combustible.
Planificación del transporte
Esta tercera semana de mayo, la que va del 17 al 23 de mayo, es la Sexta Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial. Por ello, durante la conferencia organizada por la Red Venezolana de Seguridad Vial, Manuel Sánchez, experto en movilidad sustentable y segura, dijo que en la nación es necesario generar políticas en materia de tránsito que contemplen la mejora en la seguridad en las carreteras, el diseño correcto de vías y la reinserción social de las víctimas de siniestros automovilisticos.
Reprochó que no existiese una formación profesional de transportistas públicos o de camiones de cargas. Dijo que en tiempos pasados el Fondo Nacional de Transporte Urbano (Fontur) organizaba cursos y talleres para ello, pero se enfocaban más en la atención al cliente y no en la responsabilidad que cada uno tenía como conductor en lo que respecta el respeto de normas de tránsito para evitar accidentes.
En tal sentido, señaló que Venezuela no logró el objetivo de reducir en 2020 la cantidad de muertes por choques y otro tipo de siniestros en la vía. De allí que Sánchez dijera que en el país el conductor no está acostumbrado a compartir carreteras con ciclistas o motoristas.
Para ese mismo año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) situó a Venezuela como el primer país de América Latina con la mayor cantidad de muertes ocurridas por accidentes de tránsito, con un porcentaje de 33,7 por cada 100 mil habitantes. La mayoría de las víctimas fueron conductores de bicicletas y motos. Pero ya el país tenía un antecedente. Según datos que el organismo publicó en 2018, las muertes causadas por accidentes de tránsito en el territorio han llegado incluso hasta 12.768 en un año. En ese entonces ocupaba el lugar número 14 de países del mundo con más decesos por esta causa.
Venezuela sin un plan de seguridad vial
Nuestra nación es la única de Iberoamérica que no cuenta con un plan nacional de seguridad vial, informó Elías Santana, coordinador de la Red Ciudadana de Seguridad Vial. Denunció que desde el 2001 el país ha estado abandonado en esa área y emplazó al Instituto Nacional de Transporte y Tránsito, a que cree un plan que involucre a empresas y expertos viales que mejoren la situación del país en esta materia.
«Que podamos diseñar políticas públicas, que se cumpla el ordenamiento jurídico venezolano en materia del fondo que existe. ¿Qué se hace con el dinero de los ciudadanos dan por las multas? Ese ha sido un fondo que manejado con opacidad, no se dice en qué se han invertido. Además, carece de canales necesarios para que la ciudadanía pueda acceder presentando proyectos y propuestas viales», comentó.
Exhortó entonces a la sociedad civil, a las academias y a los entes públicos a trabajar en conjunto en pro de mejorar la seguridad vial. En esta propuesta lo secundó Sánchez, quien agregó que las mejoras de la seguridad vial deben acompañarse no sólo con estrategias comunicacionales para educar en esta materia, sino con acciones más contundentes. Dijo que en el país se hizo la campaña publicitaria «aférrate a la vida» para que los usuarios comenzaran a utilizar el cinturón de seguridad en sus autos, pero, para él esto no tuvo ningún resultado. No fue hasta que empezaron a multar a quienes no lo hicieran cuando se optó por tomar como rutina el ponerse el cinturón.
«Los ingenieros viales dicen que sus vías son seguras, pero la vía segura debe ser segura para todos los usuarios de las vías, no solo los vehículos, sobre todo motociclistas y ciclistas, para reducir riesgos de pérdidas de vida en accidentes», puntualizó.