Venezolana narra cómo sobrevivió en el metro de Bruselas
Autor: Víctor Amaya
“Entre los muertos y heridos hay probablemente alrededor de 40 nacionalidades diferentes”, dijo este miércoles el ministro de Relaciones Exteriores belga, Didier Reynders, a la cadena de televisión RTBF.
Desde el día anterior, varios gobiernos del mundo comenzaron a dar cuenta de sus nacionales afectados por los atentados terroristas en Bruselas. Por ejemplo, el presidente colombiano Juan Manuel Santos informó que entre los 200 heridos se encontraban dos colombianos, uno de ellos en estado de gravedad.
En contraste, el Gobierno de Nicolás Maduro no ha informado si hay o no víctimas venezolanas de los ataques en la capital belga. Tampoco la Embajada de Venezuela en Bélgica ha confirmado la información ni contactado a sobrevivientes como Evelyn Barreto, venezolana residente en Bruselas desde hace tres años.
Embarazada de cinco meses, la mujer viajaba a bordo del tren donde ocurrió el atentado terrorista la mañana de este martes 22 de marzo. «Es mi ruta de todos los días al trabajo, pero agarré el metro más temprano de lo normal», cuenta vía telefónica a TalCual. Cinco minutos apenas la convirtieron en una sobreviviente. «Suelo tomar el tren a las 9:07 de la mañana, pero ayer me monté a las 9:02».
Barreto, quien reside a tres estaciones del subterráneo donde ocurrió la explosión que dejó 20 muertos y más 106 heridos, cuenta que cuando el tren donde viajaba entró a la estación Maalbeek escuchó una primera detonación lejana. «Esa fue en la parte de atrás del metro, pero yo iba en el primer vagón. El tren se paró con un frenazo. Todo el mundo comenzó a gritar y a llorar, algunos se pusieron a rezar. Yo no me quería alterar para evitar dañar a mi bebé, asi que me senté para tratar de tranquilizarme. El chofer estaba muy nervioso pero se portó muy bien y pidió estar calmados».
La venezolana asegura que en el subterráneo se produjeron dos explosiones, y no una sola como se ha afirmado hasta ahora en versiones oficiales. «La segunda fue en el segundo vagón, cerquita de donde yo estaba y por eso se escuchó mucho más. Fue tres o cuatro minutos después de la primera. Yo no podía comunicarme con mi pareja por teléfono. No veía por dónde poder salir y pensé que íbamos a morir todos», relata.
Barreto recuerda que el chofer del tren ayudó a los pasajeros a salir del aparato por una ventana «que había quedado destruida por la explosión». Afuera, todo a oscuras, con mucho humo blanco y también ennegrecido. «Han dicho que la gente corría, eso es mentira. La gente salió calmadamente porque no se veía nada. Había sangre y muchos heridos, con sangre en la cabeza, cristales en los brazos y piernas, la ropa rota. Los vagones tenían sangre salpicada. Caminamos hacia unas escaleras, en línea para poder guiarnos porque no se veía casi nada». La venezolana recuerda la llegada del primer contingente militar, fuertemente armado, que los apuró a abandonar el lugar, «quizá pensaron que había más terroristas». Además, pudo comunicarse con su pareja vía telefónica mientras aún tenía miedo porque ocurriera una tercera detonación.
A la salida de la estación, empleados del hotel Thon Residence acercaron agua, toallas y asistencia primaria, hasta que llegaron policías y ambulancias. A Evelyn Barreto, de 37 años, la llevaron a un hospital de la capital belga para evaluar su embarazo. «Me preguntaron en qué vagón estaba, me pidieron explicaciones de lo ocurrido y si me sentía psicológicamente bien. Había muchos militares allí y el sitio estaba abierto solo para las víctimas. Más nadie podía pasar. Allí me encontré con otros testigos y me di cuenta que había versiones diferentes de lo ocurrido, pero quienes estábamos en el primer vagón y en el último coincidimos en que hubo dos explosiones porque escuchamos la primera lejana y la segunda cercana, y viceversa. Menos mal que era uno de los trenes viejos con los vagones separados, porque si hubiese sido de los nuevos que son corridos hubiera más muertos».
Casi 36 horas después de las detonaciones, Evelyn Barreto siente «pánico, estrés», y afirma que cuando vuelva a trabajar a la tienda donde es cajera lo hará en bus, «de momento no voy a agarrar metro». La ingeniera en Informática no recuerda que otros venezolanos hayan estado en el tren donde ella viajaba. «Había ecuatorianos, belgas, congolés, peruanos, un español, pero venezolanos no«. Así, se considera la única venezolana sobreviviente del atentado en el metro de Bruselas, pero el Estado venezolano no le ha brindado asistencia, y ni siquiera se ha producido contacto alguno.
Este martes 22, la Cancillería de Venezuela emitió un comunicado condenando «enérgicamente» los ataques y entendiendo condolencias y solidaridad «a los familiares de las víctimas de este terrible y repudiable hecho. La República Bolivariana de Venezuela rechaza el terrorismo en todas sus expresiones, y hace un llamado a prevenir las causas de este fenómeno que somete a pueblos enteros al miedo y la violencia, negando masivamente el acceso a sus derechos humanos fundamentales», reza el escrito.
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