Venezuela está muy lejos de alcanzar Objetivos de Desarrollo de la ONU
Para el 2030 los Estados miembros de Naciones Unidas se comprometieron a garantizar el acceso al agua, el trabajo decente y hambre cero. Pero Venezuela no cumple estos Objetivos de Desarrollo Sostenible, por el contrario, se agudiza la precariedad en la que viven los ciudadanos
Aunque es probable que ciudadanos como Elizabeth Garzón o Aracely Ponce no lo sepan, en 2015 los Estados miembros de la Organización de Organización de Naciones Unidas, (ONU) entre ellos Venezuela, se comprometieron a desarrollar un conjunto de políticas para erradicar la pobreza y generar bienestar en sus ciudadanos en áreas estratégicas conocidas como: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los ODS fueron desarrollados por Naciones Unidas como un plan de acción global que contempla metas en crecimientos económico, servicios básicos, derechos humanos e igualdad, como parte de una agenda que debe consolidarse en el año 2030.
Sin embargo, en la Venezuela gobernada por el chavismo, en medio de la debacle de los servicios públicos y la crisis económica, cumplir estos objetivos luce como una utopía.
Sin acceso al agua
El acceso a fuentes de agua potable y saneamiento, es el sexto punto de los ODS y en Venezuela una quimera. “Vivimos en el oeste de Caracas y venimos cada ocho días a buscar agua“, explica Elizabeth a la agencia EFE mientras recoge agua que brota del Ávila. Esta vecina de la capital venezolana recibe agua en su domicilio una vez cada dos semanas “y no da tiempo para lavar y hacer las cosas“.
Elizabeth no es un caso aislado, el coordinador de la ONG Ciudadanía en Acción y experto en políticas públicas, Edison Arciniega explica que solo el 28 % de los venezolanos tiene agua corriente durante la semana.
Es decir, solo el 28% de los venezolanos cumplen con uno de los objetivos fundamentales para la higiene, la salud y la nutrición que ha cobrado más fuerza que nunca con una pandemia que se previene, en parte, lavándose las manos.
Arciniega aclara que el agua que se recibe en Venezuela no es segura, pues hay “severos indicios” de que “no se están desarrollando procesos correctos de potabilización, lo que se resume en una máxima: “No podemos garantizar que ese agua que sale por las tuberías es potable”.
Del trabajo decente a la informalidad
Para 2030, los ODS promovidos por Naciones Unidas propugnaban la promoción del trabajo decente. En Venezuela, con el salario mínimo ubicado en 400.000 bolívares soberanos (unos 0,5 dólares), la informalidad es la única solución para muchos.
La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) publicada en julio pasado, muestra que el 44% de la población mayor de 15 años es económicamente inactiva, mientras “se evidencia una disminución de los trabajadores asalariados y crecimiento de los trabajadores por cuenta propia”.
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Asimismo, según la encuestadora Datanálisis, antes de la pandemia cerca del 57% de los trabajadores habían caído en la informalidad. Sin embargo, incluso aquellos con un empleo formal deben acudir a negocios secundarios informales, eso que los pretenciosos llaman emprendimientos, para llegar a fin de mes.
Hambre en aumento
Poner fin al hambre y a la inseguridad alimentaria es el segundo ODS establecido por Naciones Unidas, pero a medida que pasan los años Venezuela se aleja de esta meta global y cada vez son más las personas que no tienen acceso a los alimentos, debido a la hiperinflación, el bajo salario y la caída de la producción agroalimentaria del país
Según la Encovi, el 79,3% de los venezolanos no tienen como cubrir la canasta de alimentos. Además, “la intensidad de la pobreza continuó su tendencia creciente. Si se determina a través de la línea de pobreza, se encuentra que el 96% de los hogares están en situación de pobreza y el 79% en pobreza extrema “.
El hambre no ha parado de crecer y, según recuerda a EFE la nutricionista Susana Rafalli, la última encuesta del Programa Mundial de Alimentos (PMA) muestra que cerca de 9,3 millones de personas padecen inseguridad alimentaria.
“La situación de inseguridad alimentaria en Venezuela, en una escala del cero al cinco, siendo el cinco lo más grave, está entre 3 y 4. Eso está servido sobre una serie de factores agravantes en algunos sectores de la población, eso sí es verdaderamente catastrófico, llegando un nivel máximo de severidad“, explica.
Esos datos ponen al país a en la órbita de Haití y Guatemala refiere la nutricionista.
De esta manera, con base en datos y hechos, vemos como lejos de avanzar hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en Venezuela se profundizan la carencia de derechos básicos, como el acceso al agua y los alimentos, gracias a las malas políticas del chavismo.