Venezuela, una sala de espera sin esperanza, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Qué sentido tiene en la Venezuela actual un programa de becas como el que iniciaron algunos candidatos siendo gobernadores. Es preferible uno que implique hablar inglés, cocina, etcétera, pues nuestros jóvenes han cambiado sus planes. Sus expectativas.
El cantante español Joaquín Sabina tiene un verso en su canción Nos sobran los motivos, donde dice «esta sala de espera sin esperanza…este helado de fresa de la venganza…»
Los habitantes en Venezuela están así. Ya sabemos que los dos sectores en pugna en realidad son uno solo, porque ambos no merecen la confianza ni el apoyo. Son ellos, sus posturas, sus acciones con negocios turbios, lo que ha llevado a un país, que sigue siendo rico, y a su pueblo, cada vez más pobre.
La pregunta de muchos jóvenes, previa a la expresión de su actitud, de su frustración es ¿para qué estudié? ¿De qué me sirve? ¿Para qué voy a estudiar?
Los candidatos con más chance de ganar son los que menos conocen las necesidades reales. Simple, no las sufren.
*Lea también: Es momento de tender puentes, por Rafael A. Sanabria M.
A muchos del G4 nunca los has visto ni los verás haciendo cola para la gasolina. No sufren recorte eléctrico porque donde viven, dos cosas pueden suceder: que no haya recorte o apagones y/o tengan planta eléctrica con el combustible, que sí consiguen; o pudieran tener una opción bien costosa, del tipo de las que usan en barcos, que se alimenta del sol y del viento.
Cómo pueden representar la necesidad de lo que no padecen, no conocen. Lo digo porque, a menudo, ese es el ataque que sufrimos los que vivimos en el exterior. Aunque muchos de nosotros sí sufrimos esas carencias, cuando estábamos en Venezuela.
G4 reedita decreto de guerra a muerte
Ramos Allup en un ataque histérico, más que histórico, quiere revivir el Decreto de Guerra a Muerte de Bolívar. Por cierto, un error según algunos historiadores, y quiere plantear las cosas en blanco y negro, como si no hubiesen grises: El que no vote por «la tarjeta de la manito» es alacrán o trabaja para el régimen…Yo me pregunto, ¿y Alfredo Díaz, Barreto Sira, Ramón Guevara, entre otros, trabajaron para el chavismo? Ellos no solo participaron hace cuatro años contra la decisión de AD y de la MUD (o fue un teatro), sino que también apoyaron a candidatos a diputados el pasado 6 de diciembre 2021… ¿Qué son ahora? ¿Cambiaron?
Y los chavistas, adoradores de Chávez, que critican a Nicolás, pero que si reviviera Chávez volverían a su lado, como Rafael Ramírez, Luisa Ortega, Rodrigo Cabezas y otros enajenados «castristas, pro guevaristas», ¿No son culpables y son bien recibidos, solo porque son contrarios a Maduro? Muchos hicieron desastres con el cambio de moneda y las notas estructuradas… Hay que olvidar, me dice un político del G4.
Falsas expectativas. El propio régimen las ha creado.
Ya están detenidos en Estados Unidos unos cuantos. ¿Suficientes como para poder preocupar a Nicolás Maduro? Alcalá Cordones, la enfermera de Chávez, los sobrinos de la primera combatiente, Alex Saab, Roberto Rincón, el Tuerto Andrade y pare usted de contar.
¿Por qué el gobierno de Estados Unidos luce de bajo perfil? Eventualmente ,aparecen dándole poca importancia al asunto. Este sí es un problema. Hay un lobby de políticos, congresistas, senadores, intentando restablecer relaciones, relajar sanciones.
En parte lo han logrado. Duele decirlo: el caso Venezuela, por la mala oposición del G4 y del «gobierno de internet», perdió interés. Rescatar eso no será tarea fácil. Los intereses económicos en esta sociedad prevalecen.
El lenguaje diplomático y político priva por encima de otros. El gobierno de Estados Unidos nunca reconocerá a Nicolás como presidente. No en las actuales circunstancias. Por ello apoya la figura del «interino». Es decir, no por lo que Guaidó señala sino sencillamente por tratarse de una antítesis escogida.
Tanto republicanos como demócratas saben que Guaidó dejó de ser el líder del país. Lanzó su futuro por la ventana al sacrificarse por amigos y grupos que operan en el exterior.
Eso también pudiera cambiar. El problema es que el equipo designado por Nicolás carece del dominio, del training necesario.
En el fondo, ni el Gobierno de Estados Unidos ni el Departamento de Estado de ese país, creen en Guaidó o en el G4. Ellos no creen en el «gobierno de internet». Eso sí, no pueden decirlo ni lo dirán.
Los Estados Unidos ya no peleará guerras de otros. No más muertes de estadounidenses, salvo situaciones que involucren un peligro inminente para la seguridad de sus intereses.
El G4 es coautor de esa obra llamada Venezuela actual.
Ganar una gobernación o una alcaldía no nos acercará a iniciar la solución de la crisis. No en las actuales condiciones.
La captura de Saab y de tantos otros no hará temblar a Maduro, sobre todo por el apoyo de Rusia y China, entre otros. El 80% de los países de la ONU lo reconocen como presidente.
Crear falsas expectativas de avances nos retrocede y hace cómplices a quienes forman parte de esa plataforma comunicacional castrista y comunista.
La salida implica tener, a diferencia de ahora, una auténtica oposición, una que puede equivocarse por error, no por acción u omisión. Coherencia y capacidad.
Callar la verdad de lo que pasó en Monómeros, de los que hicieron negocios con Alex Saab del G4, con el Pollo Carvajal, contribuye a seguir jugando en solitario, mientras «toneladas» de venezolanos huyen del país, sin fe, sin esperanza…