Volver a Venezuela para votar: Si hay cambio político me quedo, sino vuelvo a migrar
Miles de migrantes lograron volver al país para votar y dicen que si cambia el gobierno se quedan en el país. Un estudio realizado de Frequency58 de ORC Consultores entre el 5 y el 13 de julio de este año encontró que 31,7% de los encuestados dijo que de no ganar el candidato de su preferencia, se iría de Venezuela. De hecho, el 14,9% lo haría en el corto plazo de seis meses
Ana Ysabel Tricase tomó tres vuelos e hizo un trayecto en carro para cruzar unos 3.648 kilómetros y viajar desde la ciudad de Dallas en Estados Unidos (EEUU) para llegar a Falcón. Alondra Baute rodó cinco días, atravesando 2.537 kilómetros, con sus dos hijos de siete y 11 años de edad desde Quito, Ecuador, para volver a La Guaira, su ciudad natal. Daniel Bravo voló 5.095 kilómetros desde Bolivia hasta Caracas. Son parte de los 7,7 millones de migrantes venezolanos que abandonaron el país por la crisis humanitaria y volvieron a Venezuela porque quieren aportar su voto a la candidatura de Edmundo González.
La campaña electoral duró tres semanas, María Corina Machado acompañó a González a recorrer gran parte del país, ya antes la líder opositora había visitado lugares inhóspitos para dar a conocer su proyecto político. Sus actos estuvieron marcados por la migración: en cualquier pueblo las lágrimas de niños, adultos mayores y contemporáneos brotaban inconsolablemente para pedir un cambio de gobierno que se traduzca en el retorno de sus familiares.
No todos los que huyeron de Venezuela podrán votar en estas elecciones, apenas 69.211 podrán expresarse en el exterior, cuando se estima que unos 4,5 millones tienen las condiciones para hacerlo. Hay países donde las embajadas están cerradas y, en otros, hubo un sinfín de trabas para la actualización del registro electoral. Por tanto, hay quienes optaron por regresar a su tierra para votar.
«Desde que anunciaron la fecha dije que retornaba a Venezuela antes del 28 de julio. Tengo la oportunidad de ir a votar y a representar a quienes no pudieron venir por estar exiliados, por haber muerto en manifestaciones, por estar presos en calabozos», plantea Ana Ysabel Tricase, quien comenzó a planificar su viaje electoral el pasado 5 de marzo cuando anunciaron la fecha de las elecciones presidenciales.
Ana Tricase es politóloga, tiene 37 años, y se vino sola desde EEUU, pero en la ruta se encontró decenas de venezolanos que también decidieron retornar a casa para manifestarse en los comicios. En su vuelo Miami-Santo Domingo (República Dominicana) 36 pasajeros tenían el mismo objetivo, y en el avión Santo Domingo-Maracaibo 58 personas se embarcaron para sufragar este 28 de julio.
Por las carreteras de Latinoamérica se repitió la historia, venezolanos tomaron todos los buses necesarios para cruzar a su país a tiempo. Alondra Baute, de 28 años de edad, partió desde Quito, y en su camino se encontró «muchos venezolanos viajando a votar» desde Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Recordó que en Ipiales, frontera entre Ecuador y Colombia, estuvo ocho horas esperando adquirir el boleto con destino a Cúcuta por la amplia cantidad de votantes venezolanos que compraban pasajes para viajar.
«Decidí venir a votar porque quiero una Venezuela libre y para eso mi voto también tiene que contar y porque quiero mi futuro, el de mis hijos y mi familia aquí en mi país», expone Baute, quien llevaba seis años viviendo en Ecuador.
A Ana Ysabel Tricase y a Alondra Baute se les quiebra la voz del otro lado del teléfono cuando asimilan que ya están en suelo venezolano para ser partícipes de las elecciones presidenciales 2024, cuando cuentan que se han reencontrado con sus familiares, cuando vuelven a sentirse en casa después de haber tenido que empezar de cero en otros países en la búsqueda de mejores oportunidades de vida.
Las vacaciones en una universidad de Cochabamba, Bolivia, donde Daniel Bravo imparte clases de música coincidieron con los comicios y él no dudó en regresar luego de siete años fuera. «Estoy aquí, listo para votar», afirma con una voz que denota alegría.
Partió desde el aeropuerto de Viru Viru, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y en ese avión de Conviasa viajaron dos venezolanos más decididos a ser parte de los comicios presidenciales.
«Es un momento súper importante, histórico, aunque a veces siento que he perdido la fe en todo este tema de las elecciones, pero desde afuera se percibe muchísima esperanza», comenta Bravo, de 38 años de edad, que califica su viaje como «de muchas emociones».
Migró en 2017, «época bastante dura y terrorífica», recuerda. También dice que la vida como docente universitario se le encareció demasiado en ese entonces y por eso buscó oportunidades en el exterior.
Quedarse si Edmundo gana, irse si pierde
El éxodo venezolano ha tocado las puertas de todos los hogares venezolanos, no hay una sola familia que no tenga al menos un integrante en algún rincón del mundo y este tema estuvo presente en la campaña electoral del oficialismo y la oposición, pese a que el mandatario Nicolás Maduro negó la migración por años y en la actualidad dice que solo son fueron unos 2,5 millones y que la mitad ha vuelto por sus planes de retorno.
En las calles y redes sociales abundan los mensajes de quienes están regresando para votar este 28 de julio, también es común escuchar que muchos esperan que el Consejo Nacional Electoral (CNE) emita los resultados de estas elecciones para decidir si quedarse en el país o hacer maletas para buscar un nuevo destino.
María Gabriela Trompetero, socióloga, investigadora sobre la migración y docente de la Universidad de Bielefeld, Alemania, dice que es la primera vez que se observa que «la migración venezolana tenga un impacto tan importante en la campaña electoral». Añade que los ciudadanos demandan un cambio político para poder reencontrarse con sus familiares, lo que se convirtió en parte del discurso de María Corina Machado y en promesa del candidato Edmundo González.
El futuro de Ana Ysabel Tricase y Alondra Baute está íntimamente ligado a quien resulte electo Presidente para el período 2025-2031. Tienen esperanza en que habrá un cambio político en Venezuela porque confían en los números ofrecidos por las principales encuestadoras, pero tienen un plan B en caso de que los resultados sean favorables para el actual mandatario que aspira a un tercer mandato en el Ejecutivo.
«Si gana Maduro saldría de Venezuela la siguiente semana para evitar que pase cualquier cosa (que impida emigrar) porque para salir del país hay que dar más vueltas que para regresar», indica Tricase, quien en los Estados Unidos no ejerce como politóloga, sino que ha trabajado en restaurantes y aplicaciones.
Ana Ysabel Tricase invirtió en su viaje para votar $1.745. Alondra Baute gastó $700 en su travesía terrestre, incluidos los gastos de sus dos hijos, y el músico Daniel Bravo invirtió $400 en el boleto ida y vuelta, sin sumar los gastos de mantenerse en Caracas que le han parecido elevados.
Tricase y Baute tienen esperanza en que Edmundo González resulte victorioso en las presidenciales para establecerse nuevamente en su país. A María Corina Machado, a Edmundo González y a otros dirigentes políticos que han estado de frente con la candidatura de la Plataforma Unitaria, Ana Tricase les pide disculpas por no haber llegado antes para trabajar en pro de la oposición. Casualmente llegó para el cierre de campaña en Maracaibo el pasado 24 de julio y lo resume así: «Nunca había visto tanta gente segura del cambio, si yo no he venido a esto, no me lo creo».
Por el contrario, si Nicolás Maduro resulta reelecto, Baute y Tricase emprenderán un nuevo viaje de retorno a los países que las han adoptado.
Pese a que Daniel Guerra vino a votar por la oposición no es tan optimista en que los resultados la favorecerán, cree que el oficialismo puede hacer trampa para perpetuarse en el poder. Aunque Edmundo González sea electo presidente, este profesor universitario asegura que «no volvería porque tengo planes de postularme a una beca de doctorado y quiero seguir moviéndome en el ámbito académico y aunque hay una especie de estabilidad, Caracas está muy, muy, muy costosa y no me podré sostener siendo docente universitario».
Aunque se desconoce la cifra exacta, existen reportes de venezolanos retornando desde España, Islandia, Perú, República Dominicana, Estados Unidos, Brasil y otras naciones para ejercer su derecho al voto. Se estiman que son miles. «A pesar de las distancias, estas personas entienden la importancia del evento electoral para su país, para la mejora de la calidad de vida de sus familiares que siguen en Venezuela, y para ellos mismos como ciudadanos venezolanos que fueron forzados a salir y también sufren las vejaciones del gobierno venezolano a la hora de tramitar documentos, entre otras (solicitudes) a pesar de estar fuera del país», expone Trompetero.
De acuerdo con datos de Migración Colombia, desde este país viajaron desde el pasado 20 de julio 5.282 migrantes venezolanos con la intención de participar en las presidenciales. El principal puerto de salida fue el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, con 1.545 registros, seguido del Puente Internacional Atanasio Girardot, en Cúcuta, con 852 personas y, por último Paraguachón, en La Guajira, con 766 registros.
Un estudio realizado de Frequency58 de ORC Consultores entre el 5 y el 13 de julio de este año encontró que 31,7% de los encuestados dijo que de no ganar el candidato de su preferencia, se iría de Venezuela. De hecho, el 14,9% lo haría en el corto plazo de seis meses. El resto, en año y medio. Esos números hablan de una posible migración de más de 200 mil personas en el primer medio año, y más de dos millones en 18 meses.