Voto Tubo: nueva trampa, por Teodoro Petkoff

¡Cómo será de cajonera la eliminación de las morochas que basta con leer el escrito de “defensa” de ellas elaborado por el abogado Carlos Escarrá para percibir que el mantenimiento de ese truco es insostenible! Se ve que el abogado, aspirante a diputado por el MVR, hizo un escrito de compromiso, perfectamente consciente de que esa marramucia es insostenible.
Ciertamente, la votación por la lista indica tanto la proporción de sufragios obtenidos por cada partido como el número de cargos que con base en ello le corresponde. Al sumar a estos los cargos nominales obtenidos por el “morocho” (como si este fuera un partido distinto y no un comodín) se altera esa representación, puesto que lo que la Ley del Sufragio indica es que de la lista se descuentan tantos cargos como nominales hayan sido elegidos, de modo que la proporción entre votos y cargos se mantiene. Si un partido obtiene 10 diputados por lista y 5 nominales, se descuentan 5 de la lista y son sustituidos por los 5 nominales, quedándole al partido sus 10 diputados.
Con el truco de las morochas, suma a los 10 de la lista los 5 nominales y obtiene así 15 diputados en lugar de los 10 que le dio la proporción de votos que obtuvo.
La inconstitucionalidad de las morochas es tan evidente que el oficialismo, por boca de uno de sus expertos (conocido en los bajos fondos de la tracalería electoral con el apodo de “Triquiñuela” ), anunció que si ese artificio es anulado por el TSJ ellos tienen otro preparado, que han bautizado como “voto tubo”. Consistiría en presentar “por iniciativa individual” los candidatos nominales y no por un partido morocho. El resultado sería el mismo: los nominales que resulten elegidos serían sumados a los de la lista y la representación proporcional sería nuevamente burlada. El mismo musiú con diferente cachimbo, como decían los venezolanos de antes. El cinismo y el descaro del oficialismo no tienen parangón.
Si le eliminan un truco ya tiene preparado otro. ¿Qué le pasa al MVR? ¿Tiene miedo de contarse limpiamente? ¿Se siente tan desvalido sin el portaviones de Chávez que busca con desespero otra muleta tramposa para poder competir?
Si el TSJ decidiera contra las morochas, tendría que tomar la precaución de prohibir toda otra estratagema que atente contra la representación proporcional. El CNE, por su parte, tampoco podría admitir el truco del “tubo”. El argumento de Jorge Rodríguez contra las morochas, reconociendo que “arremeten contra la representación proporcional”, se aplica igualmente contra el “voto tubo”, puesto que este persigue exactamente el mismo propósito.
Ya el señor “Triquiñuela”, en nombre del oficialismo, avisó por dónde viene la nueva tramposería, en caso de que las morochas fuesen invalidadas. Guerra avisada, pues. La opinión pública nacional y los observadores nacionales e internacionales deben tomar debida nota de esto.