Y con las apps las empresas se abren paso, por David Somoza Mosquera
Twitter: @DavidParedes861
La pandemia ha provocado cambios sísmicos —como si se tratase de un terremoto— en la forma en que interactúan los consumidores y las empresas. Aunque lecciones han sido aprendidas desde que hace más de un año aparecieron los primeros brotes en Wuhan, China, los “movimientos telúricos” provocados por el covid-19 siguen sacudiendo a los negocios y sus clientes.
Por eso, reitero, es vital que las compañías tengan una estrategia bien definida a corto plazo y puedan adaptarse a los cambios repentinos que se susciten, como es el caso del regreso a etapas más fuertes de confinamiento a causa de la segunda oleada de la pandemia y por las variantes, resistentes a algunas vacunas, que han aparecido del covid-19.
Es cierto que son tiempos inciertos y que las empresas, al igual que el resto del mundo, se enfrentan a una situación sin precedentes. Pero a estas alturas ya no se puede usar como excusa que nadie sabe cómo hay que actuar ante este fenómeno.
Como en todas las crisis y evoluciones es fundamental renovarse y reinventarse, pero hay que hacerlo de forma rápida y con agilidad, que son cualidades fundamentales para sobrevivir a una contingencia como esta.
Una de las vías que han explorado las compañías es la utilización de aplicaciones (apps) para responder a las nuevas necesidades y exigencias de los consumidores, bien sea desarrollándolas directamente para que sirvan, por ejemplo, como complemento de la web o afiliándose a las que ya están en el mercado.
De hecho, las aplicaciones se han convertido en un excelente vehículo de conexión entre las empresas y los consumidores. Sobre todo en los teléfonos celulares, que hace mucho dejaron de utilizarse para llamadas telefónicas o mensajes de texto exclusivamente y se convirtieron en una herramienta de trabajo, de entretenimiento y de consulta de datos.
Un estudio de la firma Flurry Analytics, especializada en aplicaciones para móviles, revela que para 2017 el usuario promedio pasaba cinco horas diarias en su teléfono y más de la mitad de ese tiempo corresponde a las apps. No hay dudas de que las horas de uso se han incrementado desde entonces.
Si bien los últimos informes de App Annie son del año pasado, también ofrecen resultados reveladores: el tiempo de uso de las apps y juegos aumentó 20% en el primer semestre de 2020 con respecto a igual período de 2019 y se prevé que siga incrementándose.
Otro hallazgo es que en ese lapso el número de instalaciones creció 15% y, a través de las aplicaciones, los consumidores gastaron más de 23 millardos de dólares, lo que representó un récord.
Las empresas no deberían dejar pasar esa oportunidad tomando en cuenta que estas herramientas, cuya utilización ha ido en ascenso durante la pandemia, se traducen en una estrategia poderosa en el mundo de los negocios y son un soporte importante para catapultar las marcas e impulsar la rentabilidad de las compañías.
Así que en el ámbito empresarial estos programas de software son imprescindibles —y ahora aún más— para facilitar la comunicación y la conexión entre la empresa y los consumidores. Al fin al cabo, el objetivo de cualquier compañía es incrementar las ventas, para lo cual es indispensable contar con compradores, los cuales son cada vez más exigentes, que crezcan en número y lealtad a la marca a través de productos y servicios que llenen sus expectativas y satisfagan sus necesidades.
Y con las apps las empresas se abren paso.
David Somoza es especialista en temas de negocios y manejo de capital humano.
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